A favor o en contra de los zapatos de tacón: ¿la cumbre de la moda o la cumbre del absurdo?
Varios expertos nos explican su punto de vista sobre uno de los complementos de moda más cuestionados de nuestra historia.
19 noviembre, 2022 02:02Aristóteles dijo: "en el punto medio, está la virtud". Sin embargo, y con perdón del filósofo, algunas temáticas nos invitan a posicionarnos de forma más clara. Tomar partido no solo supone expresar una opinión, sino también defender un pensamiento más general e incluso un movimiento con fuertes repercursiones sociales.
En MagasIN hemos creado esta nueva sección A favor y o En Contra, para conocer la opinión de la sociedad sobre determinados temas de los que se habla sin parar y, a veces, sin todo el conocimiento de causa.
Recientemente, por ejemplo, supimos que la reina Letizia le habían diagnosticado neuroma de Morton, una afección ubicada en la planta del pie que se agrava con el uso de zapatos de tacón, un accesorio que nuestra soberana lleva a diario porque parecen ser obligatorios en todo atuendo formal o elegante.
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Como sucede con lo que lleva la reina, el debate sobre el uso de los zapatos de tacón no se hizo esperar. Y hubo quien llegó a describirlos como "el burka del siglo XXI en las sociedades democráticas". Así que les hemos pedido a varios expertos en diferentes ámbitos, de la moda a la medicina pasando por la sociología, que nos desvelen su punto de vista sobre el uso de tacones.
¿Símbolo de femenidad o del modelo patriarcal? ¿Elección libre o impuesta por la sociedad? ¿Peligrosa para la salud o legítima en caso de uso responsable? ¿Exigidos por la elegancia o hay que 'darle la vuelta' a este concepto y renovar lo que se considera elegante o no?
En el libro Zapatos, de Linda O'Keeffe, que va se ha traducido a 15 idiomas y es un suúper ventas, esta periodista británica analiza la historia del calzado y, en el capítulo II, En la cumbre de la moda: el tacón, recoge una frase que escribió Rona Berg en Vogue: "Los tacones son auténtica paradoja: pueden hacer parecer a una mujer más —o menos— poderosa".
O'Keeffe asegura que [los tacones] "si se llevan durante largos periodos de tiempo resultan un diabólico instrumento de tortura, ya que son los causantes de diversas patologías, desde el molesto dedo en martillo hasta la deformación de la bóveda del pie, pero cuando se utilizan en ocasiones especiales, como el zapato de cristal de Cenicienta, pueden obrar milagros y ser una especia de varita mágica para la seducción".
La periodista británica, que ha vivido entre Nueva York, Londres y Berlín, y ha publicado en medios como Harper’s Bazaar, Cosmopolitan, New York Sunday Times Magazine, Daily News Magazine, London Sunday Times Magazine y The New York Observer, da argumentos a favor y en contra y recorre la historia de los tacones "es más bien sombría, aunque lo cierto es que datan de tiempos anteriores al cristianismo".
Y, según explica, pasaron de ser usados para un fin concreto (los egipcios, "para caminar sobre sus víctimas", y los a los jinetes de Mongolia, "para sujetar los estribos con mayor firmeza") a utilizarse "con fines puramente estéticos", cuando [en 1533] "la menudísima Catalina de Médicis los llevó de Florencia a París con motivo de su inminente boda con el duque de Orleáns".
"Pero, pese a todo —continúa esta experta—, tanto si la mujer cree que los tacones son la cumbre de la moda como si siente que son la cumbre del absurdo, siempre guarda un par de zapatos de tacón en el fondo del armario".
He aquí los 'valientes' que se atrevieron a contestarnos.
A favor
Isabel Abdo creó su firma homónima, centrada en los míticos zapatos de tacón, también conocidos como stilettos, en 2019. Su modelo Carrie se puso literalmente a los pies de la reina Letizia en varias ocasiones.
"Me posiciono a favor de los tacones porque son buenos para la postura de la mujer, siempre que se utilicen moderadamente. No todo el mundo tiene problemas con los pies llevando tacones, sobre todo si son cómodos y no se abusa de ellos.
A aquellos que dicen que hace 100 años nos libramos del corsé, les diría que, liberarse de los tacones o no, es una elección de cada persona. Primero, si el zapato es cómodo, si no se abusa de llevarlos, si eso a ti te hace sentirte más alta, más guapa, te hacen caminar de una forma más femenina, te empoderan... ¿Por qué te vas a liberar de algo que es una elección tuya?
No es una cuestión de lo alto o lo bajo que eres, es una cuestión de feminidad, de gusto. El tacón te hace sentirte femenina, te da altura. Hay mujeres muy altas que llevan tacones por la forma con la que caminan, porque empoderan.
Es una elección tan personal que no hay por qué liberarse de ellos. O sea, el que no quiera, que no se los ponga y el que sí, pues sí. Ahora, lo que sí que hay que hacer es ponerse zapatos de tacón de buena calidad y cómodos, para que no te dañen el pie".
Ximena Alborta, fundadora de la firma de calzado OMAIS, se posiciona también a favor: "Para mí es muy importante la imagen que uno transmite, y unos tacones te aportan sofisticación, elegancia... por lo tanto, las mujeres transmitimos más seguridad".
"La tecnología de hoy nos permite llevar tacones que combinen perfectamente el diseño y el confort. Cada uno en la vida tiene que elegir lo que le haga feliz, ese es mi principal deseo para las mujeres".
En contra
La doctora Laura Zambrini es socióloga, especialista en moda y estudios de género y profesora a cargo de la cátedra de Sociología de la Moda en la Universidad de Buenos Aires.
"En mi vida personal, estaría más en contra del uso de tacones por una cuestión de comodidad, para ser poco funcional... tiene algunas consecuencias en la salud, repercute en el cuerpo de las mujeres.
Está, además, asociado a la sexualización del cuerpo femenino. Tiene que ver con la cosificación y la idea de que la mujer elegante es aquella que lleva tacones sin tomar en cuenta la funcionalidad, la posibilidad de moverse con destreza en el espacio público. Creo que el uso de tacones ya va más con una figura de elegancia del siglo XIX, de la mujer decorativa, de la mujer objeto.
Si vamos a los orígenes de los zapatos de tacón, nos llevamos la sorpresa de que eran inicialmente masculinos. Por ejemplo, en Francia, el Rey Sol destacaba justamente por ornamentar y sobrecargar su cuerpo, y también por el uso de zapatos con tacón.
En ese contexto, el ornamento estaba asociado al poder, no a lo femenino. Esto va a cambiar con la Revolución Francesa y con la burguesía, que va a modificar la idea de elegancia y, por supuesto, va a tener un impacto en los géneros, en la idea de lo femenino y lo masculino.
Todo lo que tiene que ver con el ornamento, lo decorativo y la moda, después de la Revolución Francesa, va a ser más asociado a lo femenino, la vestimenta masculina va a quedar despojada de la norma.
El zapato de tacón ya no va a ser visto como algo que tiene que ver con el poder, con la masculinidad, sino como un atributo de lo femenino. Seguimos usando tacones, quiere decir que ciertos discursos del patriarcado aún siguen vigentes.
Y a esas personas que sienten que al usar tacones se sienten con más poder, les invitaría un poco a revisar cómo se construye históricamente esa idea de poder y esa identidad de belleza atravesada por todos estos mandatos y normativas patriarcales, sobre todo a partir del siglo XIX, con discursos que han interpelado a los cuerpos femeninos y esta idea del imperativo de la belleza, la mujer objeto, decorativa... y la idea de una mujer como complemento.
Tiene que ver con que sentimos que somos aceptadas socialmente si cumplimos determinados cánones de belleza o si resaltamos ciertos atributos a nuestra corporalidad. Los tacones ayudan en ese sentido, se integran en ese tipo de discursos.
Hoy, en esta cuarta ola feminista, todos esos discursos los estamos cuestionando y poniendo en crisis. Creo que una mujer para ser poderosa, no necesita usar tacones. Tenemos atributos por los cuales destacar que no tienen solo que ver con lo físico".
María Amores González es psicóloga en la Red de Atención Social a personas con enfermedad mental de la Comunidad de Madrid; además, es formadora en perspectiva feminista en salud mental y trastorno mental grave, así como socia de la Asociación de Psicología y Psicoterapia Feminista.
“Antes que nada quiero decir que, como ya dijo Celia Amorós, las feministas y, por ende el feminismo, no cuestionamos las decisiones individuales de las mujeres, sino las razones que las obligan a tomarlas”.
Para ella, la cuestión detrás de que las mujeres decidan llevar tacones no es otra que “los mandatos de género más antiguos y anacrónicos que hay: estar guapas”. Además, añade que “no se nos debe escapar que los tacones también nos hacen estar más quietas y tener más dificultad de movimientos, otro de los mandatos esenciales del sistema patriarcal, más allá de la belleza”.
A las mujeres que relacionan los tacones con el empoderamiento femenino, la psicóloga Amores les diría que “eso nos pasa a las mujeres con un montón de cosas que nos oprimen pero de las que no somos conscientes, empezando por los tacones o el maquillaje y terminando por la maternidad y el rol de cuidadora y mujer dadora de amor… Esto ya lo dijo Simone de Beauvoir, cuando dijo que “el opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”.
“El problema es que todos y, sobre todo, todas, hemos sido socializadas en un sistema patriarcal que dirige a las mujeres hacia una serie de cosas y a los hombres hacia a otras. El sistema se encarga, de muchas maneras, para que ‘te guste’ lo que se espera de tu género, y te refuerza por ello. Es el feminismo el que nos saca a las mujeres de Matrix”.
Ni a favor ni en contra o a favor de ambos
Lina Mascaró, que está al frente de la firma de zapatos Mascaró actualmente, se posiciona "a favor de tacones y a favor de planos" porque, "actualmente, las colecciones son muy amplias y ofrecen zapatos de todas las alturas, capaces de acompañar a la mujer todo el día, desde la oficina hasta un evento de noche".
La diseñadora considera que "hay un zapato para cada momento, multitud de modelos, materiales diversos, diseños que se adaptan a todas las necesidades. Lo importante es llevar los zapatos que quieres, con los que te sientas cómoda y segura, pueden ser de 1 o de 11 centímetros".
Lina Mascaró opina que "la clave es la LIBERTAD para elegir. Los zapatos, como la ropa, hablan de nosotros y de nuestra manera de estar en el mundo. Blahnik dice que una mujer con un buen tacón, en el que se siente cómoda, es como un ave en el paraíso … y es cierto que hay algo especial en esa imagen".
La Asociación de Fabricantes de calzado de Menorca cree en el respeto del calzado, de forma genérica, y en un uso responsable.
"Los tacones son una parte fundamental del calzado y en España, y particularmente en Menorca, tenemos algunas de las mejores marcas de calzado femenino reconocidos en todo el mundo por sus diseños de tacón como Mascaró, Pons Quintana, Homers y Plumers. Creemos que no hay que posicionarse en favor o en contra: y que todos los diseños de calzado, planos o con tacón, deben convivir".
"En primer lugar que no creemos que el tacón suponga ningún tipo de opresión, sino todo lo contrario. Es una forma de embellecimiento de la mujer, ya que estiliza su figura con cualquier look que lleve de día o de noche. Con ese argumento también deberíamos eliminar la corbata, los trajes, los chaqués, el esmoquin, los tirantes, el vestido largo, los tocados, los pendientes y cualquier tipo de indumentaria elegante".
"Además en España tenemos una de las industrias de calzado con marcas y fábricas de reconocimiento internacional y artesanos zapateros en nuestras fábricas. Por lo tanto, somos una potencia del calzado y deberíamos potenciarla con mayor reconocimiento".
El Dr. Héctor Figueiredo es traumatólogo especialista de pie del Hospital Universitario HM Torrelodones y jefe de la unidad de pie y tobillo HM Torrelodones.
"Como casi todo en la vida, tiene matices. La respuesta más correcta sería a favor de un uso adecuado del tacón.
La transmisión de carga a la región anterior del pie aumenta progresivamente según se aumenta la altura del tacón, además de comprimir medio lateralmente el antepié por estrechamiento de la punta del calzado femenino.
A dia de hoy, la moda de la bota con plataforma, y no solo con tacón, hace que la mujer pueda seguir empoderada y supere con facilidad la inseguridad de la altura y además mejora biomecánicamente el pie con respecto a los tacones de aguja".
Pero, en mi opinión, es importante que el debate se centre en otra pregunta, no en el peso de una acción individual de una mujer de decidir calzarse unos tacones o no, influenciada en mayor o menor medida por un sistema que nos oprime, sino centrar la cuestión en las imposiciones y estereotipos que nos vienen desde la sociedad en distintas formas, dependiendo de nuestro género, y que nos vienen a decir que si somos mujeres nuestro mayor valor estará en nuestra belleza e imagen estética.
Criminalizar una prenda no va a hacer que el sistema cisheteropatriarcal colonialista y capitalista desaparezca. Creo que podemos apropiarnos de algunos símbolos de opresión, así como nos apropiamos de los insultos. Para algunas podrá significar eso, para otras no.
El caso es que cada una podamos elegir lo que nos gusta llevar puesto, sin juzgar, porque cada una venimos de distintos lugares y nos deconstruimos de distintas maneras. Lo importante es respetar también los procesos y la intimidad de cada mujer, porque el cómo cada una se viste, es algo muy personal. Y el ser juzgadas por cómo vestimos es caer en la misma violencia simbólica que hemos recibido las mujeres en la historia”.