Nuestra piel está expuesta a numerosas agresiones durante todo el día: contaminación, sol, temperaturas extremas, ambientes secos o húmedos. Además, el estrés, las emociones y las hormonas diarias pueden complicarnos la vida.
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Pero, ¿Cuáles son los gestos imprescindibles y sencillos que te van a ayudar a cuidar tu piel? ¿Qué puede hacer para mantener su piel sana y sin imperfecciones?
Limpieza
La limpieza es una parte indispensable de la rutina diaria. Es esencial limpiar la piel después de cada día para librarla de las toxinas acumuladas. Cuando no se limpia correctamente, empiezan a aparecer las imperfecciones. Por la mañana, puede hacerse de forma ligera con agua termal o agua micelar. Por la noche, la limpieza debe ser profunda y precedida de un desmaquillante.
Una mujer aplicando crema hidratante
Hidratación
Cada piel es diferente, por eso cada persona tiene que encontrar la crema adecuada a su tipo de piel. La hidratación es necesaria para una piel sana. Si no la hidratas, tu tez se vuelve apagada y pierde frescura. Para protegerse, la piel empieza a producir sebo, engrasándola y favoreciendo la aparición de granos e imperfecciones. La crema hidratante asume el papel de protectora.
Los sérums y aceites faciales también pueden ser la solución para una hidratación en profundidad. Con sus múltiples virtudes y su aporte en nutrición, los aceites y los sérums pueden adaptarse a las necesidades específicas de la piel. Por eso es importante tomarse el tiempo necesario para elegir el que más le convenga.
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Una piel sana y radiante
Tratamientos y mascarillas
Una o dos veces por semana, tu piel te agradecerá un exfoliante y una mascarilla después de la limpieza para conseguir resultados inmediatos. La exfoliación sirve para liberar la epidermis de células muertas y reavivar la luminosidad. Estimula la microcirculación y la renovación celular, al tiempo que elimina las pieles muertas. La piel respira y se regenera.
Existen muchos tipos de mascarillas. Las que hacen espuma, las de un solo uso, las que se dejan actuar, etc. La frecuencia de uso depende del tipo y el estado de la piel. No hay que abusar, ya que puede dañar y secar la piel.
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Cuidado con el sol
Cuando pensamos en el sol, nos viene a la mente un bronceado y una bonita tez morena. Pero cuidado: la exposición a los rayos solares tiene muchas consecuencias perjudiciales para la piel y la salud. El sol es la principal causa del envejecimiento prematuro de la piel. Tanto en verano como en invierno, el sol no es un buen amigo. No olvides hidratar tu piel con productos de protección UV.
Una piel sin imperfecciones
Un estilo de vida saludable
Junto a esto, es importante adoptar una rutina saludable como parte de tu estilo de vida. Nuestro cuerpo reacciona a todo lo que hacemos y comemos. Por eso, una dieta sana es esencial para una piel radiante. En primer lugar, mucha agua. Los expertos recomiendan alrededor de 1,5 litros al día para eliminar toxinas. Pero también alimentos ricos en vitaminas, minerales, antioxidantes y nutrientes esenciales que pueden ayudar a nutrir y proteger la piel desde el interior. Además, una buena noche de sueño es ideal para la renovación celular, por lo que te despertarás con una piel fresca, oxigenada y sana.
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En resumen, tu piel necesita atención. Son las pequeñas cosas que haces cada día las que te harán sentir que tu piel goza de buena salud.