Adentrarse en el mundo del maquillaje no siempre es una tarea fácil. Debemos de conocer qué tipo de piel tenemos, los productos que mejor nos sientan, que cosmético nos va mejor para cada zona del rostro, la diferencia de texturas, el orden correcto de aplicación, etc.
Todo esto hace que muchas nos sintamos perdidas y gastemos dinero en productos que, finalmente, no usamos más de dos veces. El maquillaje es un arte y perfeccionar nuestra técnica puede llevarnos tiempo, pero tenemos algunos consejos básicos para que ese tiempo sea el menor posible.
Una de las cosas más importantes a tener en cuenta a la hora de realizarnos un look beauty son las brochas de maquillaje. Se tratan de las herramientas que vamos a utilizar, y es fundamental saber cuál necesitamos para aplicar cada producto, ya que no todas sirven para lo mismo. Cada brocha tiene una función específica, sirve para un tipo de producto o proporciona un acabado determinado.
Guía básica de brochas de maquillaje
Base de maquillaje
La brocha kabuki es ideal para aplicar bases tanto fluidas como en polvo por todo el rostro. Se trata de una brocha de forma plana, totalmente circular, que combina pelo sintético con pelo natural, bastante consistente. Adhiere el producto de forma efectiva y consigue un acabado muy natural, ligero, sin perder la cobertura.
Corrector
Para aplicar el corrector de ojeras e imperfecciones de forma precisa y difuminarlo para un acabado natural, lo mejor son las brochas planas y finas con punta ligeramente puntiaguda. Funcionan muy bien con correctores fluidos o en crema. Otra opción es apostar por la beauty blender, esponjitas pequeñas que se pueden utilizar para extender un producto específico, normalmente, en crema.
Contorno
Los dos detalles que tenemos que tener en cuenta para que la brocha de contorno haga bien su trabajo son: que sea tipo biselada, es decir, que imite la forma del pómulo, y que sea tupida, sobre todo si sueles hacer este proceso con productos en crema. De esta forma, la cobertura será mayor y es mejor para difuminar e integrarlos con el rostro.
Colorete
Para los coloretes es importante escoger una que difumine bien el color y, sobre todo, que adhiera bien el producto. Las mejores son las llamadas brochas mofeta, un tipo de brocha gruesa con cerdas negras que tienen las puntas blancas. Es importante que tenga la punta redondeada y que el pelo sea suave y largo para poder difuminar bien el producto.
Bronceador y/o polvos sueltos
Cuanto menos tupido sea el conjunto de las fibras, menos disposición de producto dejarás. Esto implica que tendrás un mayor control del producto, algo fundamental en los bronceadores o los polvos sueltos. La brocha debe ser redondeada para facilitar llegar a todas las zonas del rostro, y así poder sellar bien y broncear nuestra piel.
Iluminador
En el caso del iluminador todo va a depender de dos cosas: la intensidad de brillo que te guste lucir y la pigmentación de tu iluminador de cabecera. Si esta es ya de por sí muy alta y tú prefieres un acabado natural, asegúrate de que la brocha escogida tenga las fibras sueltas y espaciadas. Si el producto es más bien suave, pero te gustaría que se notara más, necesitas una tupida. ¿Nuestra recomendación? Con forma de abanico para conseguir una aplicación ultraligera y eliminar el exceso de producto sobre la piel.
Sombras
Para la zona de los ojos, existen multitud de pinceles diferentes, pero el primero que debemos añadir a nuestra colección es uno para difuminar, imprescindible en cualquier neceser. Sirve para integrar el color de forma natural sobre la cuenta, aplicar pigmento o resaltar la línea inferior de las pestañas.
Delineador
Si sueles delinearte los ojos con productos en polvo o en gel, también necesitarás un pincel de acabado biselado para aplicar el producto sobre la línea de las pestañas y difuminar. Su forma oblicua permite trazar una línea con bastante precisión.
Labios
Ahora que perfilarse los labios está más de moda que nunca, no viene mal hacerse con un pincel de labios. Suele ser de pelo sintético con punta plana y redondeada, y suelen traer un capuchón metálico para corregir el labial si te sales ligeramente del trazo al aplicarlo.