En las redes sociales se conocen diversos trucos de belleza que ayudan a mejorar la apariencia del rostro, que prometen hidratarlo, iluminarlo, rejuvenecerlo y conseguir su mejor versión. Desde determinadas formulaciones, ingredientes caseros que tenemos en casa o maquillajes destacando áreas estratégicas del rostro, en la actualidad es más fácil que nunca conseguir el resultado que tenemos en mente.
Esta facilidad se ha visto favorecida con la llegada de tratamientos estéticos innovadores o herramientas tecnológicas que hacen el procedimiento mucho más efectivo. Una de las formas más famosas de conseguir corregir los signos más visibles del envejecimiento del rostro es el lifting facial.
Las arrugas y signos de la edad son una parte obligatoria del paso de los años, nadie puede evitarlas y todos vamos a pasar por ellas. Son diferentes áreas del rostro las que se ven perjudicadas, como los ojos, la boca, las cejas o el cuello. La elasticidad y firmeza de la piel disminuyen, y el lifting facial busca corregir esto mediante una cirugía.
Sin embargo, al tratarse de una cirugía, no todo el mundo está dispuesto a pasar por ello. No solo por el presupuesto, que en muchas ocasiones supone un esfuerzo económico que querríamos ahorrarnos, sino también por el miedo al procedimiento. Los pinchazos, la incertidumbre de cómo quedará y el temor a que el resultado no nos guste, hace que muchas personas busquen otras alternativas.
Entre ellas, encontramos el kinesiolifting facial. La kinesiología es una disciplina médica que estudia el movimiento del cuerpo para determinar posibles trastornos mediante la manipulación de los músculos, su movimiento y respuesta. Es el procedimiento que emplean muchos fisioterapeutas con sus pacientes y ahora también los esteticistas.
Qué es el kinesiolifting facial
Con el fin de conseguir unos excelentes resultados sin necesidad de pasar con un quirófano, el kinesiolifting facial es un novedoso método de masaje. A base de habilidades y técnicas manuales realizadas con mucha precisión, el experto profundiza en todas las zonas del rostro, escote y nuca, consiguiendo retroceder o, en muchos casos eliminar, el descolgamiento muscular, flacidez y las líneas de expresión. Incluso también inciden sobre la papada, la que puede disminuirse considerablemente con esta técnica.
Es un tratamiento no invasivo y holístico, es decir, que se basa en los poderes de sanación naturales del organismo, las formas en que los tejidos interaccionan y la influencia del medio ambiente para devolverle la elasticidad a nuestro rostro. De esta manera, consigue neutralizar los signos de la edad por completo.
Este procedimiento combina cinco técnicas de masaje en una misma sesión, una del tejido conectivo, drenaje linfático, técnicas musculares, dermales y de relajación. No solo aborda el envejecimiento y la flacidez facial de manera integral, sino que su enfoque considera el diagnóstico visual, la postura, la respiración y el movimiento para lograr los mejores resultados.
Con el fin de oxigenar la piel y dejarla descansar para mejorar la circulación, se incorporan técnicas de relajación en cada etapa del proceso para asegurar el confort y bienestar. Esta sinergia de técnicas permite restaurar la armonía facial, redefinir los contornos del rostro, corregir los tejidos y la musculatura, y generar un efecto lifting visible.
Beneficios y procedimiento
El kinesiolifting facial es un tratamiento seguro y apropiado para personas de todas las edades que no solo buscan neutralizar los signos de la edad, sino también mejorar la apariencia de la piel. A pesar de todas sus ventajas, el principal motivo por el que destaca es su poder de reducir las arrugas en áreas como el entrecejo, la nariz, la frente o el contorno de los ojos.
Proporciona un efecto lifting tensor, que tiene como finalidad disminuir la hinchazón facial y elevar los pómulos, pero sin tener que someternos a un procedimiento intrusivo. Además, mejora aspectos esenciales de la piel, como su tono y coloración, reequilibrando su oxigenación y nutrición.
No solo incide en la parte visible de nuestra piel, sino que tiene un impacto en el músculo y el sistema nervioso central. Aporta diferentes beneficios como una mejora en la respiración, alivio de dolores de cabeza y corrección de alteraciones vasculares.
El tratamiento, tal y como ocurre con el lifting tradicional, se personaliza de acuerdo a las necesidades individuales de cada persona. Por este motivo, la duración de las sesiones puede variar desde los 20 minutos hasta la hora y media; sin embargo, no supone ningún dolor o molestia, salvo casos concretos.
En cuanto al coste, al tratarse de procedimientos manuales, suele ser mucho inferior que los tratamientos quirúrgicos. Siempre dependerá de la estética en la que nos realicemos, pero la sesión de una hora puede ir desde los 65 euros hasta los 130 euros.