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Sandra Grohs, especialista en longevidad: "El colágeno empieza a descender entre los 25 y los 30"

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Pese a que el cambio de hora aceche a la vuelta de la esquina, las gustosas temperaturas de las últimas semanas y el agradable sol han hecho que aún podamos notar resquicios en nuestra piel de las jornadas de playa donde adquirimos un atractivo bronceado. Espero que, de ser de aquellas que subieron un par de tonos el color de su piel durante la temporada estival, lo hicieras a base de protección solar y sin abandonar tus rutinas de cuidado y skincare para que el daño haya sido el menor posible. 

Sea así, o no, es hora de ponernos a punto para recibir el otoño-invierno y la mejor manera es mimar la piel. Ya lo dicen los expertos, una piel bonita es una piel sana, y siendo que es el órgano más grande y extenso con el que contamos en el cuerpo, es clave darle el cuidado que necesita. 

Después del verano es posible que hayamos notado la piel más fina, con mayor flacidez, e incluso que hemos perdido la definición en el óvalo facial a causa del fotoenvejecimiento. Para ello "Liftera es un tratamiento que trabaja en revertir los excesos del verano", nos adelanta la doctora Sandra Grohs Diez (@dra.grohsdiez), especialista en Medicina Estética en la Clínica Dr. Mercado. Con ganas de saber más, y de preparar nuestro rostro, indagamos. 

¿La panacea estética?

¿Qué es el HIFU Liftera? 

Es una tecnología poco conocida, pero con grandes resultados. Es un tratamiento de ultrasonidos micro focalizados y consiste en unas ondas muy precisas que van a estimular diferentes capas de nuestra piel, dependiendo de los transductores que usemos. 

Se puede estimular el músculo y la grasa para reducirla y así dar forma al óvalo facial que, con el paso del tiempo, vamos perdiendo por la flacidez. Es algo que preocupa en especial a nuestros pacientes. 

¿Duele? ¿Cuánto tenemos que esperar su efecto?

No es un tratamiento invasivo, aquí no se usan agujas y no deja marcas. Podemos sentir alguna molestia por el ultrasonido, pero en ese caso se puede adaptar la potencia. 

Existe un efecto buena cara inmediato pero hasta unos tres meses después vamos notando mejoría gracias a la producción natural de colágeno que estimulamos con el tratamiento. 

¿Es una alternativa para aquellas que no quieren someterse a toxina botulínica o a rellenos de ácido? 

Idealmente es un tratamiento complementario. Habría que valorar cada paciente para saber qué es lo que mejor le vendría. Es un muy buen tratamiento para personas que no se plantean en ningún momento la cirugía u otros tratamientos invasivos, puesto que no hay ni agujas, ni necesitas anestesia. 

¿Para quién está indicado? ¿Hay una edad mínima para comenzar a hacérselo o puede venir una persona de 20, de 30 o de 40 y van a notar todas los efectos? 

A veces la edad biológica no se corresponde con la cronológica. La exposición al sol o a determinados tóxicos como alcohol y tabaco influyen en la calidad de la piel. A lo mejor en los 20 no es tan necesario, pero ya cuando estamos en los 30 pues sí. Quizás no sea necesaria una sesión muy potente, pero sí que vas a beneficiarte ya que a esta edad se comienza a degradar el colágeno y empieza a notarse. 

Los resultados se ven tras la sesión, pero el colágeno se va produciendo durante los tres meses posteriores. ¿Cada cuanto deberíamos repetir el tratamiento para mantener esa producción?

Depende de la persona y de lo que queramos obtener. Si queremos mejorar la calidad de la piel o trabajar el óvalo facial, a lo mejor sí que necesitamos alguna sesión más, pero si generalizamos, la mayoría de pacientes se hacen una sesión al año. 

La tecnología HIFU es clave para la recuperación después del verano pero, ¿por qué es tan importante que recuperemos la piel después del verano?

Durante las vacaciones nos exponemos más al sol y a vivir en el exterior, pero no es solo la radiación lo que daña. También es la contaminación, la sal y los tóxicos. Por mucho que nos protejamos, no lo hacemos del todo bien porque no repetimos la aplicación del filtro cuando deberíamos, nos exponemos en horas centrales del día, nos deshidratamos muchas veces y no mantenemos la misma rutina de cuidado de cremas que tenemos en invierno, cuando tenemos unos horarios más fijos. 

Para reparar todo este combo, HIFU es mi juguete favorito. También vendría bien una luz pulsada para mejorar la pigmentación y trabajar a nivel vascular la dilatación de arteriolas; o algún tratamiento de ácido hialurónico no reticulado para recuperar la hidratación en la piel. 

¿Cuáles son los signos de envejecimiento o daño que más ve en consulta después del verano? 

Enrojecimiento y aumento de pigmentación de manera inmediata. A la larga y con el cúmulo del daño solar, en personas de más edad vemos que comienzan a aparecer arrugas finas y la piel pierde grosor

Venimos del verano, pasamos al invierno. Es un gran contraste para nuestra piel, ¿cómo se notan estos cambios de estación?

Los cambios bruscos de temperatura provocan deshidratación de la piel y una pérdida de la función barrera de esta. Podemos incluso sufrir pequeños brotes de acné por el uso de las cremas solares si no hemos escogido la adecuada y si no hemos limpiado o exfoliado bien, yo recomiendo una limpieza para que todos los cuidados posteriores actúen mejor. 

Longevidad eterna

"Tratarse joven para prevenir, sí, pero con cabeza y sin excesos"

¿Hay alguna edad muy prematura para empezar a cuidarse? 

Mi opinión personal y como médico creo que no hay una edad como tal para empezar a tratarse. Va a depender de las necesidades de cada una, tanto anatómicas como de la piel. En medicina estética todo va a depender de la percepción de cada uno, pero hay determinados límites que no se deberían de pasar, como la propia anatomía.

Tampoco creo que haya que demonizar que determinadas personas empiecen a tratarse jóvenes siempre y cuando se haga de mano de un buen profesional con cabeza que respete la anatomía de la paciente. 

El cuidado de la piel en jóvenes que padecen acné o que sufren rosácea, siempre va a estar indicado tratarse. Para los procedimientos invasivos como rellenos o toxina botulínica habrá que ver qué signos de edad presenta realmente esta persona porque el efecto es acumulativo. Tratarse joven para prevenir, sí, pero con cabeza y sin excesos. 

¿A qué edad pasamos de prevenir los signos de edad a revertirlos?

No me atrevería a fijar una cifra, pero es verdad que entre los 25 y los 30 comienza a descender el colágeno, se empieza a reabsorber hueso y grasa profunda de una forma cada vez más en picado.

En la franja entre los 30 y los 40 hay personas que vienen directamente a tratarse y otras que podrían venir a prevenir un poco, a evitar que profundicen las arrugas dinámicas o a recuperar ciertos soportes faciales. 

Si tratamos vamos a ir envejeciendo un poquito mejor a lo largo del tiempo y manteniendo esa frescura de cuando somos más jóvenes, aunque es algo muy personal. 

¿Cuál diría que es la clave de la longevidad?

Los hábitos, eso es lo más importante y son la base de la pirámide. Recuerdo que esto lo promovía mucho Cristina Mitre y Gemma Herrerías y venían a decir que lo básico siempre es la prevención con alimentación, deporte, buenos hábitos de sueño y el cuidado de la piel con cremas.

Hay personas que no lo tienen en cuenta, pero es muy importante darles un mantenimiento a los tratamientos de medicina estética. La crema solar súper importante, de nada sirve que nos hagamos muchas cosas si luego nos tostamos horas y horas al sol o tenemos hábitos de consumo de tóxicos como tabaco o alcohol. La medicina estética y la cirugía, son lo último, están en la cúspide.

Sus pacientes, ¿saltan hasta la cúspide de esta pirámide o toman conciencia de los hábitos? ¿Cuál es la tendencia actual? 

Las pacientes que tenemos suelen ser gente a la que le gusta cuidarse, esto es un gran avance porque nos permite que los resultados sean naturales, bonitos y duraderos en el tiempo.

Siempre hay algo en la que todos fallamos porque somos personas diversas, pero es importante empezar por la base y por suerte nuestros pacientes intentan evitar esa cirugía si no es algo muy concreto lo que quieren corregir. Ahí somos honestos con ellas sobre hasta donde podemos llegar con la medicina estética.   

Existen casos a la inversa, empiezan a hacerse tratamientos de medicina estética, mejoran su autoestima a través del autocuidado y esto les motiva a implementar pequeños cambios para mantenerse activos. 

Colágeno: elixir de juventud

Dentro de estos hábitos está la alimentación y la buena nutricosmética, muy en auge, sobre todo el colágeno. ¿Realmente funciona?

Sí, funciona. Tampoco soy súper partidaria y le digo a todos los pacientes que tomen suplementación con colágeno, no es algo que vayamos a notar rápido o de manera drástica como determinados tratamientos, pero es un apoyo importante. Lo que hay que tener en cuenta es que esté hidrolizado. El colágeno es una molécula muy grande y es difícil de absorber por nuestro cuerpo.

Lo básico siempre es una alimentación saludable, después todos los suplementos que vengan nos van a ayudar, pero no son sustitutivos de conseguir las vitaminas a través de intentar consumir mucha verdura, mucha fruta y seguir las recomendaciones del plato Harvard.

¿Hay algo de nutricosmética que sea un must para ti? 

Recomiendo mucho a mis pacientes la fotoprotección oral, para mí es esencial. Si vas de vacaciones a sitios con playa o les gusta tener una vida expuesta al sol estos suplementos con antioxidantes ayudan a proteger la piel desde dentro, pero ojo ¡no nos exime de la protección!

La nutricosmética es un complemento, ¿y el skincare? ¿Es suficiente cuidarnos con una buena rutina facial para prevenir el envejecimiento?

Cada vez se formulan mejores cremas con mayor penetración, y es importante porque forman parte del segundo escalón de cuidado en la pirámide que mencionaba anteriormente.

Sin embargo, si llegasen a penetrar tanto, sería un fármaco. Además, dependiendo del compuesto, nuestra piel no llega a ser del todo permeable, por ejemplo, el ácido hialurónico, que es un claim muy popular en muchas cremas, hay que ver cómo está formulado porque es una molécula muy grande y es difícil que la piel la absorba como tal.

"No por comprar una crema de una marca buenísima ya lo tengo todo resuelto"

¿Qué es lo más importante del skincare? 

A veces nos volvemos locas con determinados activos o cremas que se han puesto de moda y lo importante siempre es la fórmula en sí, el conjunto de la crema y la rutina. No por comprar una crema de una marca buenísima que esté muy bien formulada ya lo tengo todo resuelto.

Hay que establecer ese hábito de limpieza e hidratación si lo necesitamos, una exfoliación, nuestra famosa fotoprotección, súper importante. Luego volver a lavarnos por la noche y aplicarnos cremas con activos que vengan bien a nuestra piel.

Lo que te puede ir bien a ti no tiene por qué irme bien a mí. Que te lo recomiende la vecina no va a hacer que te funcione.

Un mito que quieras vencer sobre la medicina estética y el cuidado.

Que el ácido hialurónico desaparece. No es así, el ácido hialurónico tiene efecto acumulativo, no desaparece. A los laboratorios le interesa decir que se reabsorbe, que tienes que pincharte cada seis meses, para vender, pero no es así.

Dicen que esto es tirar piedras sobre nuestro propio tejado, pero no es así. Cuando pones mucho relleno lo que haces es añadir peso a la piel y luego vemos esas caras infladas que acaban cayéndose porque no tienen soporte.

Para evitarlo, no solo es importante respetar las cantidades de relleno, y la propia anatomía, también lo es inyectar por debajo del músculo, cuando lo haces por encima, al gesticular, queda artificial y se nota el relleno produciendo el efecto pillow face.