Ni semipermanentes ni acrílicas: así es la nueva manicura que cuida y da descanso a las uñas

Desde hace tiempos inmemorables, las uñas son un elemento clave en la belleza. Si nos remontamos a la época de Babilonia, en la Baja Mesopotamia, los hombres se las pintaban con diferentes colores y, mujeres referentes en la historia como Cleopatra, popularizaron una manicura a base de ricos aceites para sus manos y uñas decoradas con Henna.

Y aunque los colores y los decorados aún en la actualidad siguen siendo parte de la manicura, en los últimos años hemos visto como esta corriente se ha vuelto más artística que nunca: postizas, acrílicas, semipermanentes, degradados y texturas que moldean y estilizan nuestras uñas como nunca.

Sin embargo, por mucho que todos estos estilos sean maravillosos, es cierto que hay ocasiones en las que nuestras uñas nos piden un "descanso". En este punto, las tendencias también se han adaptado a ello y, desde Corea del Sur, llegan las blush nails, una manicura minimalista en tonos nude y rosas delicados.

Qué son las 'blush nails'

Las blush nails o como diríamos en español uñas ruborizadas es una tendencia coreana de estilo minimalista, pero creativo, que combina el arte de las uñas con el maquillaje. Se trata de la versión más sutil de manicura, en la que el diseño replica la apariencia del colorete de las mejillas, con tonos rosas y nude.

En la mayoría de los casos, este estilo se logra usando principalmente esmaltes; sin embargo, hay quienes usan colorete real para crear no solo un color más llamativo, sino una textura diferente. Cuando aplicamos maquillaje en polvo en el centro de la uña después de aplicar una capa de base transparente, obtenemos un efecto 'floreciente'.

Las uñas ruborizadas encarnan la simplicidad y la elegancia. Adoptan la filosofía de "menos es más", utilizando colores suaves y apagados para crear un estilo único y diferente de la forma más discreta. Además, al emplear colores ruborizados inspirados en tonos naturales y rosados, agregamos un toque de romance a tu apariencia general.

Parte de su fama se debe, precisamente, a su sencillez. Y es que hay un creciente interés en una estética limpia y minimalista, también por parte de celebrities como Hailey Bieber, que se han encargado de lucir la mejor versión de las blush nails y, sobre todo, por la especial atención que en los últimos años ha recibido la cosmética coreana. 

Aunque las blush nails estén caracterizadas por tener un diseño muy simple, hay quienes van un paso más allá e incorporan elementos más llamativos, como pequeñas flores, degradados o líneas simples, lo que lo convierte en una técnica muy versátil y capaz de adaptarse a novedades.

Cómo conseguir las 'blush nails'

Existen muchas formas de conseguir el estado de las blush nails; sin embargo, todas ellas dependen de nuestros gustos y del 'descanso' que queramos darle a nuestras uñas. En cualquiera de los casos, se trata de una manicura muy sencilla de realizar y que podemos conseguir con las herramientas mínimas.

Así como con cualquier manicura, hay que poner especial cuidado en limpiar la uña. Cuando limpiamos y limamos, no solo desprendemos residuos y desinfectamos, sino que también conseguimos que todo lo que ponemos después se fije mejor.

En las blush nails la limpieza de las uñas es fundamental, ya que los tonos que vamos a usar —rosas, nudes o tratamientos casi transparentes— dejarán prácticamente desnuda nuestra uña, por lo que lo ideal es tenerlas perfectas antes de empezar con el esmalte.

Llegados a este punto, podemos elegir nuestro color. Si simplemente queremos el diseño, podemos optar por un tono rosa muy claro; sin embargo, si buscamos ese descanso para nuestras uñas, podemos usar esmaltes de uñas semitransparentes que incluyen tratamiento.

Las uñas con efecto ruborizado destacan por un tono rojo o rosa contrastante que se aplica con aerógrafo, esmalte, pigmento o maquillaje en el centro de la uña. En este punto, podemos elegir qué herramienta queremos usar, así como los lugares en los que queremos aplicarlo.

Si elegimos el esmalte, la mejor opción y la más sencilla es ayudarnos de una esponja de maquillaje. En ella, pintaremos un pequeño círculo con un tono rosado más oscuro y daremos toquecitos a nuestra uña, para conseguir ese efecto.

Sin embargo, si queremos probar con el colorete, lo ideal es ayudarnos de una brocha para ser más precisos. Si queremos el círculo más grande o más pequeño, todo depende del utensilio que elijamos, pero el efecto de forma general es el mismo.