Con la llegada del buen tiempo comenzamos a deshacernos de la ropa y a estar más activas y es entonces cuando, de repente, nos damos cuenta de los kilos que hemos ido acumulando durante el invierno. Muchas veces, para conseguir esta pérdida de peso, solo es necesario hacer pequeños cambios saludables.

Es de sobra conocido que las bebidas alcohólicas son grandes portadoras de calorías vacías. Una copa de vino tinto aporta unas 150 calorías, y una lata de cerveza de 330 ml, unas 142. Pero no solo el alcohol es un enemigo a la hora de adelgazar, existen muchos otros factores que muchas veces, por sencillos, pasan inadvertidos.

A continuación, enumeramos tres errores frecuentes que están relacionados con las bebidas y que podrían estar saboteando cualquier esfuerzo por perder peso.

Tomar bebidas light

Existe el error extendido de creer que los refrescos dietéticos son inofensivos por su ausencia de calorías. Sin embargo, existen investigaciones que sugieren que estas bebidas pueden tener un impacto negativo en el peso. Existe una asociación directa entre el consumo regular de bebidas endulzadas artificialmente y un mayor riesgo de aumento de peso.

De hecho, la cintura de personas que consumen a diario refrescos light aumentó casi cuatro veces más en un periodo de diez años en comparación con aquellas personas que seguían una dieta similar pero sin tomar bebidas edulcoradas, según un estudio científico publicado en el Centro Nacional de Información Biotecnológica

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Si tu objetivo es adelgazar, es hora de dejar los refrescos light y optar por agua o agua con gas sin azúcar.

Descuidar la hidratación

Beber agua es esencial para un metabolismo eficiente y puede ayudar a controlar el hambre. Está demostrado que no beber la suficiente agua puede dificultar los esfuerzos para perder peso. Además, muchas veces se puede creer que se tiene hambre cuando lo que se tiene de verdad es sed.

Si no se está acostumbrada a prestar atención a la sensación de falta de agua, lo que se activa la sensación de hambre y, por lo general, lo que apetece comer en estos casos suele ser algo dulce.

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Tener una botella de agua cerca como recordatorio visual para beber más es el mejor truco para permanecer hidratada. Se pueden añadir sabores al agua si te cuesta beber el litro y medio recomendado al día.

Endulzar el café o el té

Agregar edulcorantes al café puede ser un hábito que contribuye a un aumento de calorías sin aportar nutrientes esenciales. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llegado a la conclusión de que puede haber posibles efectos negativos del uso a largo plazo de edulcorantes."Las personas deberían reducir totalmente el sabor dulce de la dieta, desde una edad temprana, para mejorar su salud", aseguran desde la OMS.

Además, los edulcorantes afectan a nuestra microbiota intestinal y, al tratarse de productos inflamatorios, pueden hacer que el organismo extraiga más grasa de los alimentos, por lo que podría conllevar ganar más peso en lugar de perderlo.

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Para evitarlo, existen alternativas como incluir canela, especias o leche baja en grasa para dar sabor al café.