Vivir dentro de un castillo es lo que llevamos viendo durante toda la historia en películas y series. Un sueño de cuento de hadas, donde las piedras cuentan los secretos de siglos pasados, los pasillos resuenan con los ecos de caballeros y nobles, y las murallas cuentan historias de batallas. Aunque resulte algo lejano, es una realidad que viven los habitantes de Castellar de la Frontera, en Cádiz.

Andalucía lleva siglos destacando por sus paisajes y cultura, playas de película y fiestas reconocidas internacionalmente, pero tiene mucho más. Se erige como una de las regiones más emblemáticas del país, con una historia simbólica y una identidad cultural profundamente arraigada.

Esta tierra ha forjado su narración a lo largo de los años, gracias a todos los elementos que la hacen especial. Prueba de ello es Castellar de la Frontera, que además de estar rodeado de una fortaleza rocosa, pasear entre sus calles significa retroceder en el tiempo, tal y como ha destacado National Geographic.

Castellar de la Frontera, Cádiz

Castellar de la Frontera es un municipio español situado en la provincia de Cádiz, que forma parte de la comarca del Campo de Gibraltar. Esta pequeña villa pasó de estar muy poco habitada a contar con más de tres mil habitantes, lo que favoreció su diversificación y, sobre todo, su calidad de vida. 

Los orígenes de Castellar se remontan a la Edad del Bronce (yacimientos de Cuevas del Cancho, los del Tajo y Abejera), sin embargo, cuando adquiere su verdadera identidad es con la conquista musulmana, pasando a llamarse Al-Qars. Además de su fortaleza, esta villa está caracterizada por su forma triangular vista desde arriba y por sus calles amplias y casas blancas con grandes patios.

[Esta es la pequeña ciudad medieval que aún continua amurallada: perfecta para una escapada de fin de semana]

Sin embargo, si hay algo que llama la atención es la fortaleza que rodea a la villa, el Castillo de Castellar. Halla sus raíces en el siglo XIII, en tiempos de luchas entre musulmanes y cristianos, su muralla de piedra formaba parte de la línea defensiva, fundó el reino de taifas de Algeciras, aunque se dice que comenzó a formarse ya en la Prehistoria. 

La fortaleza está situada en la parte "vieja" y se conserva casi en perfecto estado. Sin embargo, en los últimos años se le ha sometido a varias restauraciones, incluyendo la construcción de un hotel y restaurante dentro de las murallas de la Fortaleza. Dentro de sus muros se halla uno de los pocos ejemplos que existen de núcleo habitado en el interior de una fortificación.

Pasear entre callejuelas empedradas y muros de roca nos hace retroceder en el tiempo, pero las casas que habitan en su interior tienen una peculiariedad, y es que son todas blancas, de una sola planta y cuentan con grandes patios para disfrutar. 

Castellar de la Frontera fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1963 y desde el año 2019 forma parte de la lista de Los Pueblos más Bonitos de España.

El crecimiento de Castellar de la Frontera

Lo cierto es que Castellar de la Frontera en la actualidad no es lo que era antiguamente, y es que a partir de 1971 el pueblo comienza a crecer y desarrollarse, por lo que su localidad decide dividirse en dos: Castellar Viejo, dentro del castillo, y Castellar Nuevo, que está a ocho kilómetros de este recinto y fue construido en el mismo año que comienza a crecer.

Castellar de la frontera. SHUTTERSTOCK.

Por muy ligado que estén pueblo viejo y pueblo nuevo, existe la gran diferencia de que la fortaleza medieval está localizada en una zona de elevación, mientras que el pueblo nuevo se fue movilizando hasta los pies de la montaña. Todo ello se realizó con el fin de construir un pueblo que hoy día destaca por su amplitud y espacio, sus calles ajardinadas, florecidas y un blanco que lo hace rústico y moderno a la vez.

Gracias a este desarrollo, los habitantes comenzaron a diversificar sus opciones laborales y la calidad de vida mejoró por completo al estar mejor conectado con otras zonas de la Comarca. 

Castellar nuevo, de forma individual, también ha ido creciendo con el tiempo alrededor de su propia iglesia del Divino Salvador, en la que se guarda la venerada talla del Santísimo Cristo de la Almoraima, un crucifijo de pasta de madera que se remonta al siglo XVI. Además, en su Plaza Andalucía se levanta una importante escultura que conmemora el XXV Aniversario de la creación del nuevo pueblo y muy cerca otra escultura dedicada a los Derechos Humanos.

Además de la zona nueva y la vieja, el pueblo tiene otra área para visitar, La Almoraima, donde podremos encontrar una torre almenara construida por los musulmanes, el antiguo convento de San Miguel y una importante industria del corcho, alrededor de la cual se fue formando la actual pedanía del municipio gaditano.