A estas alturas nos hemos acostumbrado a que el universo de los viajes amplíe su léxico año tras año de la mano de anglicismos con los que satisfacer las crecientes necesidades de los viajeros. Desde el glamping hasta las staycations, el vocabulario viajero cuenta con infinidad de neologismos, y en este campo nos encontramos con la painmoon, un término que alude a las vacaciones emocionalmente curativas para quienes pasan por un mal momento.

Mientras que la honeymoon se refiere a esas escapadas románticas entre recién casados y el babymoon al impás que las parejas toman antes de ser padres, la painmoon se erige como la escapada idónea para quienes quieren sanar sus heridas. "Este tipo de viajes reflejan una mayor conciencia y preocupación por el bienestar integral de las personas en un mundo cada vez más individualista, agitado y estresante. Aquí, ofrecemos una oportunidad para encontrar la paz para reflexionar y reconectarnos con nuestro significado y propósito, el equilibrio, además de reconectarnos con nosotros mismos", explica Cinthya Molina, Psicóloga Clínica Responsable del Departamento de Psicología Clínica y de la Unidad de Salud Sexual en SHA Wellness Clinic. 

"Cada vez los viajes de bienestar se dirigirán de forma más directa al empoderamiento de las mujeres. Hablamos de viajes seguros, de aventuras extremas para mujeres solteras, retiros para que las mujeres se recuperen emocionalmente (como retiros postdivorcio o ruptura), escapadas que ayuden a las mujeres a recuperar su bienestar sexual…" señala el Informe Global de Tendencias de Bienestar. "Las 'lunas de dolor' reconocen que quienes atraviesan capítulos difíciles son los que más necesitan el bienestar, y por eso cada vez más retiros se centrarán en ayudar a superar rupturas con diferentes enfoques de curación emocional", indica en informe.

"Si vas a estar triste, mejor que sean en París"

Blair Waldorf, Gossip Girl.

Silvia Congost acaba de publicar Diario de una ruptura, una novela en la que su protagonista, Rio, días antes de un viaje a París en pareja, es abandonada por Daniel. Contra todo pronóstico, decide emprender el viaje a la ciudad más romántica del mundo, para encontrarse consigo misma y superar el duelo. Al fin y al cabo, como dice Blair Waldorf en Gossip Girl, "Si vas a estar triste, mejor que sea en París".

"Cambiar de escenario, ver cosas, lugares, historias totalmente nuevas y que no nos conecten con ningún recuerdo vinculado con nuestra expareja, siempre es positivo. El objetivo del duelo es aceptar que esa persona ya no está en nuestra vida, soltar, dejarla atrás. Por esto, cualquier experiencia que nos permita desvincularnos de los recuerdos de nuestro pasado en común, es sanadora y muy positiva", explica Congost.

"Tenemos que enfrentarnos a nuestros miedos, inseguridades, creencias limitantes y resolver cualquier contratiempo que ocurra o cualquier situación inesperada. Ese estrés es soportable para la mayoría de las personas y favorece que se activen nuestras capacidades y nuestro mayor potencial. No nos queda otra que sacarlo. Eso hace que al regresar a casa y hacer balance, te des cuenta de que eres más capaz de lo que creías y eso siempre mejora la autoestima", explica la psicóloga.

Fotograma de la película 'Come, reza, ama' Gtres

"Romantizar" la ruptura

En realidad, los viajes postruptura tienen un amplio legado en la cultura pop. Desde Come, reza, ama hasta The Holiday, son muchas las películas que, mucho antes de que existiera el término painmoon, ya defendieron las bondades de viajar con el corazón roto. 

Desde el Observatorio de la soledad de Barcelona hablan de un nuevo servicio creado por una empresa de Hong Kong para aquellos que están saliendo de una relación. "Este servicio personaliza itinerarios basados en circunstancias y preferencias individuales, y ofrece experiencias para curar el corazón y limpiar el alma. El diseño de estas experiencias se basa en tres etapas: la liberación emocional, probar algo nuevo y aprender algo nuevo. Cada persona que compre el servicio recibirá un 'kit de primeros auxilios' con experiencias que han sido previamente diseñadas por psicólogos para satisfacer las necesidades de cada etapa del duelo de una relación" explican sobre los break up tours.

Incluso en el Reino Unido existe Heartbreak Hotel, un hotel fundado por la psicóloga Alice Haddon y la coach Ruth Field, cuya pasión por ayudar a las mujeres, así como la creencia del poder transformador de la terapia y de las mujeres para apoyarse entre sí, dieron forma a este enclave especializado en corazones rotos. El programa apuesta por métodos psicológicos con los que mejorar el estado anímico, tratar la rumiación y sanar las heridas del pasado. 

"Cuando nos enfrentamos a las sensaciones desagradables que producen una ruptura, el autocuidado es esencial. Hay que analizar cómo te sientes, cómo te hablas y qué valor te das. Esos serán los primeros aspectos a trabajar, siendo el cuerpo una prolongación de estas sensaciones. Claro que cuando nos vemos bien nos sentimos mejor, pero en estos casos, el cambio empieza más adentro. Un viaje SHA, es un viaje de comprensión holística del bienestar, puesto que consideramos salud física y mental como un conjunto equilibrado y sostenible", explica Cinthya Molina, Psicóloga Clínica Responsable del Departamento de Psicología Clínica y de la Unidad de Salud Sexual en SHA Wellness Clinic.

"Viajar a un sitio de esta característica, te ayuda a coger distancia física y emocional, pudiendo tener un cambio de perspectiva y ayudando a que las emociones se asienten. Además, estos viajes de bienestar brindan tiempo y espacio para la autoexploración y la reflexión, ya que estar en un entorno tranquilo puede facilitar la conexión con uno mismo y el proceso de curación emocional", explica.

Tendencia al alza

La plataforma Travellyze señala que un 62,7% de los viajeros que prefieren cuidar su bienestar mientras viajan son mujeres, y los datos publicados por Global Wellness Summit indican que en 2025, el turismo del bienestar aumentará un 20%, englobándose dentro del mismo las painmoons, que como podemos observar, cada vez tienen más adeptas.

Ahora que por fin podemos viajar con más de 100 ml de líquido, ¿por qué no aprovechar y soltar alguna lágrima que otra (sumen los mililitros que sumen) en un viaje sanador?