Durante los últimos años, la salud mental ha sido uno de los debates más importantes para millones de personas, especialmente para las empresas y expertos. De todos los aspectos que forman parte de ella, hay uno que ha cobrado especial relevancia, al cual no se le prestó suficiente atención en su momento, y desencadenó en una serie de complicaciones: el amor propio. 

El amor propio es la relación que construimos con nosotros mismos. Es mucho más que simplemente mirarnos con confianza ante el espejo, si no que influye en la capacidad de afrontar los retos que se ponen por delante e incluso, la relación que establecemos con los demás. 

Tanta ha sido la popularidad de este término y su aplicación en el día a día, que hay quienes han querido ir un paso más allá. En este contexto surgió la sologamia, el acto de casarse con uno mismo con el fin de consolidar ese amor propio y reivindicando el tradicional, pero también, la soltería que durante tiempo se ha visto como algo negativo.

En qué consiste la 'sologamia'

En 2011, diez mujeres de Bilbao se reunieron para proclamar públicamente su amor propio y casarse con ellas mismas. Comenzó como un acto divertido y rebelde contra el matrimonio tradicional, pero en realidad estaban aprovechando algo que ya estaba en marcha a nivel mundial: la sologamia.

En el episodio de Sex and The City de 2003, El derecho de una mujer a tener zapatos, la protagonista Carrie Bradshaw le anunció a una amiga que tenía la intención de casarse consigo misma, desafiando el estigma que enfrentan las mujeres solteras. Añadido a ello, en la película española La Boda de Rosa, dirigida por Icíar Bollaín en 2020, la protagonista decide dar un vuelco a su vida y celebrar una boda épica, consigo misma.

La sologamia, o casarse con uno mismo, es más que una moda cinematográfica. Tiene que ver con la autodeterminación, con poner la propia felicidad en el centro y realizar un acto simbólico que a muchos puede parecerles extraño, pero que en realidad tiene un giro revolucionario.

Las razones para elegir el automatrimonio pueden incluir el deseo de afirmar la relación con uno mismo o expresar que estar soltero no significa estar incompleto o solo. Si bien existe cierta controversia sobre ello, la sologamia sigue ganando popularidad en todo el mundo, en particular entre las mujeres.

Consiste en comprometerse a hacerse responsable de la propia felicidad y, como resultado, volverse más disponible emocionalmente para aceptar y comprender a los demás, porque aunque parezca que casarse con uno mismo significa renunciar a las relaciones de pareja, también puede implicar una forma de afrontarse a ellas desde otra perspectiva.

Al desarrollar un sentido de autoestima, en contraposición a la inseguridad, podemos llegar a desarrollar una mayor capacidad de conexión humana. Cuando tienes un amor propio sólido, eres más capaz de establecer límites saludables, comunicarte de manera efectiva y elegir tener relaciones que te empoderen en lugar de disminuir tu autoestima.

Sologamia.

La sologamia busca reivindicar la soltería, evitar que las personas pregunten si hemos encontrado a nuestra media naranja o por qué somos el único miembro de la familia que 'todavía no ha sentado cabeza'. Con esta tendencia, las personas prometen darse a sí mismas lo que a menudo buscan de otras. 

Si bien el apoyo y la compañía de una pareja tienen muchas ventajas, cada vez más personas sostienen que vivir en solitario puede ofrecer muchas libertades, ya que te da la oportunidad de viajar, tener nuevas experiencias o simplemente no hacer nada sin tener que hacer concesiones. 

Así son los matrimonios de 'sologamia'

Los matrimonios con uno mismo no están legalmente reconocidos en ningún lugar del mundo, por lo que no suponen ningún derecho legal adicional si alguien opta por esta tendencia. Sin embargo, las personas que eligen la sologamia lo hacen como símbolo de compromiso consigo mismas y con su crecimiento personal. 

Hoy, esta práctica se está convirtiendo en una realidad, tanto que, según The Sun, cada vez son más las mujeres millennial que, hartas de Tinder y de la presión de familiares y amigos, deciden buscar a su propia alma gemela con ellas mismas. Incluso, hay organizaciones que hacen más fácil el proceso.

Desde 2014, una agencia de viajes de Kioto, Japón, ofrece paquetes de bodas en solitario de dos días. Hay quienes eligen la ceremonia para sentirse como novios por un día, mientras que otras ya se han casado y no están satisfechas con su experiencia de boda o con su elección de pareja. 

En las partes conservadoras del mundo y en aquellas con una fuerte presencia religiosa, existe cierta controversia en torno a esta práctica. Cuando la mujer Kshama Bindu optó por casarse en un templo hindú, desató la indignación y la amenaza de protestas, por lo que optó por cambiar de lugar para evitar más problemas.

El matrimonio en solitario no se realiza mediante un único rito, no hay un método preciso, es un acto simbólico sin trascendencia jurídica, que cada uno puede negarse a realizar según le parezca. Se puede hacer la promesa en completa soledad, quizá delante de un espejo, o jurar amor eterno delante de amigos y familiares y después celebrarlo en una fiesta.

La elección es personal, al fin y al cabo, nosotros mismos somos el único elemento que cuenta. Una relación amorosa también puede terminar, como en el caso de la modelo brasileña Cris Galera, que celebró una ceremonia con vestido blanco y ramo de flores y después puso fin a la relación consigo misma solicitando el divorcio.