Según un estudio, las mujeres prefieren hablar de su muerte antes que de su dinero.

Según un estudio, las mujeres prefieren hablar de su muerte antes que de su dinero.

Estilo de vida

Shakira tiene razón, las mujeres facturan pero... ¿por qué prefieren hablar de su muerte antes que de dinero?

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Mucho se habla del llamado 'vil metal'. Liza Minelli, vestida con su traje de flecos, cantaba Money, money; las chicas (y los chicos) de Abba también lo hacían en uno de sus temas más conocidos; y más recientemente Shakira gritaba eso de 'las mujeres no lloran, las mujeres facturan'. Sin embargo, lo cierto es que a las mujeres aún les cuesta hablar de dinero. Por miedo, vergüenza, ausencia de información o una red de apoyo… los motivos son múltiples, pero ahí están.

Un estudio del banco de inversión Merrill Lynch da un dato sorprendente: el 61% de las mujeres prefiere hablar de su propia muerte antes que de dinero. ¿Parece una exageración? No, es una realidad. El problema no es que no nos interesen las finanzas, es que no se nos incluye en la conversación y tampoco en los grandes puestos de este mundo económico aún bastante masculinizado. 

Esto empieza casi desde la infancia, pues otra encuesta llevada a cabo por el portal Giftcards.com muestra que los padres aún tratan a los hijos de manera diferente cuando se trata de dinero: los 1.000 participantes eran más propensos a enseñar a sus hijas a ser prudentes con sus finanzas, mientras que a ellos les animaban a crear riqueza. Es decir, unas ahorran para seguir cumpliendo su papel de cuidadoras que generan bienestar y otros invierten. 

Pero hay más, el informe Mujer y finanzas de Mastercard dice que, en España, el 33% de las mujeres cree que nunca alcanzará el empoderamiento financiero. Esto quiere decir que no confían en tener el control del dinero, tomar decisiones financieras adecuadas, tener acceso a los recursos que ayudan a alcanzar objetivos ni seguridad al gestionar las finanzas. En resumen, podemos facturar pero… ¿manejamos los hilos?

En medio de este panorama y para romper precisamente con este tabú nace 'Amiga! Hablemos de Plata', una plataforma dedicada a normalizar las conversaciones sobre dinero entre mujeres. Es importante desmantelar las dinámicas sociales y políticas que perpetúan la desigualdad entre ambos géneros.

Hablemos de patrimonio

Según Oxfam, la brecha de riqueza entre hombres y mujeres es de 105 billones de dólares, cuatro veces el tamaño de la economía de Estados Unidos. Resulta clave hablar de cómo la pobreza se ha feminizado, mientras que el poder económico sigue siendo mayoritariamente masculino. La creadora de esta iniciativa es Laura Visco, una destacada comunicadora y publicista argentina que afincada en España con la que Magas ha hablado sobre este tema, de mujer a mujer.

Existe una brecha de género en el manejo de dinero a gran escala.

Existe una brecha de género en el manejo de dinero a gran escala. iStock

Ella predica con el ejemplo, pues es autodidacta en finanzas y, sin venir de familia de dinero, ha construido su patrimonio desde cero y ha alcanzado la libertad económica. Su misión: ofrecer a las mujeres un manual de supervivencia que les permita reclamar lo que les corresponde.

Empecemos el análisis echando la vista atrás. Llama la atención que se dé este problema cuando tradicionalmente las madres se han encargado de la organización de la economía del hogar, así que algo de manejar el dinero saben…

La razón, dice, es clara: "Históricamente, nos han dejado fuera de la conversación financiera 'grande'.  Siempre digo que somos las reinas de la caja chica, y los hombres son los reyes de la caja grande. Nos enseñan a manejar la economía del hogar, a rendir cada céntimo, pero cuando se trata de inversiones, de hablar en serio sobre generar patrimonio… nada".

Otro elemento clave es que, hasta hace décadas, las mujeres "estábamos marginadas del mundo financiero. No podíamos ni abrir una cuenta de banco a nuestro nombre hasta bien entrados los 70 en muchos países, y conseguir una tarjeta de crédito sin la firma de un hombre (padre, esposo o tutor) era impensable. En España, por ejemplo, hasta 1975, una mujer casada necesitaba el permiso de su marido para firmar contratos, abrir cuentas o gestionar sus propios ingresos. Hoy en día, el 24% de las mujeres en el mundo sigue sin acceso a servicios financieros básicos. Así que, claro, sin acceso, ni herramientas, ni educación financiera, ¿cómo vamos a hablar de dinero?". 

Laura Visco es la fundadora de la plataforma 'Amiga. Hablemos de plata'.

Laura Visco es la fundadora de la plataforma 'Amiga. Hablemos de plata'. Cedida

Eso no quiere decir que no haya mujeres expertas en el tema, haberlas haylas, como las meigas en Galicia, aunque sigamos buscando (y encontrando) un asesor hombre para las consultas porque, debido al sesgo de género, creemos que tienen "más autoridad". Hay que dejar de relacionar a la población femenina solo con ahorro, pagos y gastos. Como la propia Laura indica, "necesitamos hablar de macroeconomía, de poder… Quizá ahí resida la cuestión que el poder del dinero sigue en manos de los hombres". Nos han enseñado a pensar en pequeño, a estirar el dinero que tenemos: "Nos dan consejos para sobrevivir, no para prosperar".

Y eso se traduce en pequeños gestos que pueden parecer insignificantes en el día a día, pero que no lo son. El sentirse inseguras al sacar este tema a colación también nos hace no pedir que el dinero prestado sea devuelto, asumir más gastos de los que en realidad nos correspondería en relaciones familiares y sociales o, lo que es más grave, no negociar nuestro salario en el momento adecuado.

Con el corazón en la mano y en el bolsillo, ¿te da vergüenza preguntar por el sueldo en una entrevista de trabajo? La mayoría de las repuestas de ellas serán afirmativas. Para Laura Visco es urgente superar este miedo, porque esa actitud afectará al presente y al futuro de tu estado financiero.

"Nos da vergüenza porque culturalmente nos enseñaron que hablar de dinero es 'agresivo' o mal visto en una mujer. Lo primero es hacer la tarea. Investiga cuánto pedir de base y negociar desde ahí. No quedarse con el primer número que te dan. Siempre hago mucho hincapié en negociar algún beneficio extra, pensando en hacia dónde queremos ir en nuestra carrera y qué nos ayudará a llegar ahí. Puede ser una mentoría con alguien que te inspire, una capacitación clave… algo que sirva a tu desarrollo, no solo a la empresa. Negocia para cubrir el alquiler, sí, pero también para dar el próximo paso en tu carrera. Negociar para nosotras", explica.

Como mencionábamos al principio, Shakira nos dice que "las mujeres no lloran, las mujeres facturan", pero el tabú continúa. Por tanto, además de facturar, hemos de hablar, de hacer público que el dinero nos interesa y que podemos manejarlo a nivel macro igual de bien que un hombre.

"Shakira tiene razón, pero el verdadero cambio no está solo en 'facturar', sino en tomar el control de lo que hacemos con lo que ganamos: invertir, ahorrar y generar riqueza. Esa transformación no solo nos beneficiaría a nosotras, sino que cambiaría el panorama para todos".

El reto es, como siempre, el reparto del poder. Pese a los prejuicios existentes, con la igualdad ganamos todos y es necesario más educación y políticas encaminadas a romper esa brecha financiera para dar un toque femenino al 'color del dinero' (haciendo referencia a la mítica película de Paul Newman).