Nació como Truman Streckfus Persons. Había nacido en Nueva Orleans (Luisiana) en 1924. Sus padres se divorciaron cuando él cumplió dos años y fue enviado a la casa de unos parientes en Monroeville (Alabama), donde tenía de vecina y amiga a Harper Lee, quien después se convertiría también en escritora de éxito con Matar a un ruiseñor (1960), obra por la que recibiría el premio Pulitzer en 1961.
Aprendió a leer y escribir, de manera autodidacta, antes de ir al colegio. Sus vecinos lo recordaban como un niño cargando con pesados diccionarios que casi eran más grandes que él. Así, logró refugiarse de una infancia infeliz y solitaria en los libros que 'devoraba' uno tras otro y comenzar a escribir con solo ocho años de edad.
En 1932, fue a vivir con su madre y el segundo marido de está, un contable cubano llamado José García Capote, a Nueva York. Cuando su padrastro lo adoptó legalmente, Truman Streckfus Persons se convirtió en Truman Garcia Capote.
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El escritor se recordaba como un niño muy serio, siempre escribiendo páginas y páginas de cuentos y otros textos. No cuesta imaginarlo así: su padre fue acusado de fraude y Truman, que asistía a una escuela católica, fue enviado a una academia militar.
La familia se vio obligada a abandonar su casa y mudarse a Greenwich (Connecticut), aunque regresarían en 1941, y Truman terminaría su educación en un High School de la Gran Manzana, mientras trabajaba de copista en la revista The New Yorker. Nunca asistió a la Universidad ni tuvo ninguna intención de hacerlo. Iba a ser escritor o nada.
Dejó el trabajo para volver a Alabama y escribir relatos cortos, que son publicados en muchas revistas de la época. Es premiado, y uno de ellos, Miriam (1945), le consigue un contrato con Random House para publicar Other Voices, Other Rooms (1948). Una novela polémica, y bastante autobiográfica, que se convirtió en un best-seller.
Capote no descansa y comienza a escribir obras de teatro y guiones para musicales de Broadway y para películas e Hollywood, algunos en colaboración con el director de cine John Houston. En la década de los 50 sale de gira por Europa con Porgy and Bess, escribe artículos desde la Unión Soviética para The New Yorker y, finalmente publica Breakfast at Tiffany's, que en español se tituló Desayuno con diamantes (1958).
Este libro lo convierte en toda una celebridad. En noviembre de 1959 lee en The New York Times un artículo sobre un suceso ocurrido en la localidad rural de Holcomb (Kansas), en el que los cuatro miebros de la familia Clutter, granjeros muy queridos en la zona, fueron asesinados a sangre fría (este sería el título del libro que lo llevaría a la gloria literaria con un nuevo género: la novela de no-ficción).
Fascinado por el tema, en los siguientes meses y años, y hasta la publicación de A sangre fría (1966), Capote viajará en incontables ocasiones a Holcom y se hará amigo de vecinos, detectives y autoridades de la localidad de Kansas, que ahora sale en todos los mapas turísticos de la zona gracias al escritor.
Entre medias, y durante los seis años que pasó escribiendo el libro, hay también un ir y venir del autor a Europa, donde se aleja del mundanal ruido para centrarse en la escritura. Capote se queja de que en Nueva York no puede concentrarse.
Siguiendo una recomendación de su amigo Robert Ruark, periodista de The Washington Post, el 26 de abril de 1960 Truman Capote llega a la Costa Brava, tras una travesía en barco desde Nueva York hasta Le Havre (Francia) y cinco horas en coche.
Capote ya había estado en Europa y conocía Italia. Incluso, en 1950, (diez años antes de su llegada a España), había escrito para la revista The New Yorker el relato Un viaje por España, en el que repasaba con sorna tópicos de nuestro país como "un país precioso", entre bandoleros, siesta y gastronomía.
En el libro El hombre de los pijamas de seda, el escritor y periodista Màrius Carol reconstruye los veranos de 1960, 1961 y 1962 que Capote pasó en Palamós. El primero de ellos, en la habitación número 705 del Hotel Trías, una fonda abierta por María Trias en 1900 y cuyos herederos regentaban cuando llegó el huesped más célebre que habían tenido nunca hasta la fecha.
Cómo encajó en una localidad costera de Girona (Cataluña), de 20.000 habitantes un estadounidense excéntrico, de voz chillona y peculiar manera de hablar, y forma de vestir fuera de lo común, es un misterio. Y lo hizo junto a su pareja, el también escritor Jack Dunphy, además de 25 maletas, dos perros, una gata y, según dicen, más de 4.000 folios del borrador de su futura novela, A Sangre Fría”.
Ambos se habían conocido en 1948. Dunphy era diez años mayor, había estado casado antes, había probado suerte como bailarín y combatido en Europa durante la II Guerra Mundial. Era más alto y atlético que Capote y mucho más introvertido y callado que este.
Sabido es que la Costa Brava ha sido desde comienzos del siglo XX refugio y hasta escondite de muchos famosos, sobre todo artistas, como Salvador Dalí y su esposa, Gala, o Josep María Sert y la suya, Misia, que invitaban a sus amigos famosos de todo el mundo a sus masías en la zona.
Allí se instalan y allí, en junio de 1962, según cuenta Marius Carol en su novela, se enteró Truman Capote del suicidio de su querida amiga Marilyn Monroe, compró una botella de ginebra e iba gritando, desesperado, por las calles de Palamós: “¡Mi amiga ha muerto!”.
[La carta que Marilyn envió a Truman Capote a Palamós 11 días antes de morir]
Durante esos años, en los que disfruta del reconocimiento de la crítica y el público, se codea con la jet set y se dedica a acudir a fiestas de millonarios, aristócratas, artistas y actores y actrices de Hollywood, pero mantiene también en su curioso círculo de amistades a críticos y artistas como Andy Warhol, con el que colabora ocasionalmente en la revista Interview.
Acaricia la idea de escribir, más de medio siglo después, un equivalente, a lo que En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, supuso en 1913. La fecha de publicación inicialmente prevista era 1968, pero la irá postergando hasta que, en 1975, consentirá que Esquire publique el primero de dos capítulos.
El segundo de ambos, La Côte Basque 1965, publicado en 1976 supondrá el principio del fin de su carrera: sus amigas y confidentes (ricas y/o famosas como Lee Razwill, la hermana de Jackie Kennedy; Pamela Churchill, la ex del hijo de Winston Churchill; Bárbara Babe Paley, la esposa del director del canal de televisión CBS; Gloria Guinness...) se vieron perfectamente descritas tras los nombres supuestos de los personajes de la futura novela.
Y, al romper el pacto no escrito de silencio y 'desvelar' algunos de sus inconfesables secretos, le cerraron las puertas de sus pisos en Manhattan y sus mansiones en la costa o la montaña: de los cielos de lo más selecto de la vida social neoryorquina descenderá a los infiernos de la indiferencia.
El escritor mimado por la alta sociedad, el fundador del llamado "Nuevo Periodismo o periodismo narrativo" (aunque sus detractores lo acusaran de que inventaba más que hablaba) no publicaría ninguna novela más, pues Plegarias atendidas fue publicada de forma póstuma en 1986.
Capote se meterá en una espiral de alcohol y drogas de la que ya solo saldrá con su muerte, el 25 de agosto de 1984, a los 60 años. Falleció en la casa que su amiga Joanne Carson, ex-mujer del presentador de late nights Johnny Carson, tenía en Bel Air (Los Angeles). Según la autopsia, la causa de l muerte fue "enfermedad hepática complicada con flebitis e intoxicación por múltiples drogas".
Para completar una biografía surrealista donde las haya, sus cenizas fueron repartidas entre su amiga Joanne Carson y la ex pareja de Capote, Jack Dunphy, a quien nombró heredero de su testamento. Este negó siempre que Joanne Carson tuviera la mitad de las cenizas del escritor, que incluso llegaron a salir a subasta.
Dunphy murió ocho años después, y las cenizas de ambos feron esparcidas en Crooked Pond, un estanque en Long Island Greenbelt (Nueva York), donde una placa los recuerda.
En la casa de la Plaza de la Catifa de Palamós puede leerse todavía una placa que recuerda el paso del escritor y de Jack Dunphy por esta zona: "Este es un pueblo de pescadores, el agua es tan clara y azul como el ojo de una sirena. Me levanto temprano porque los pescadores zarpan a las cinco de la mañana y arman tanto ruido que ni Rip Van Winkle podría dormir..." (Rip Van Winkle es el protagonista de un cuento de Washington Irving, del mismo título, que duerme veinte años bajo la copa de un árbol).
Ruta de Truman Capote en Palamós
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Hotel Trias de Palamós, donde terminó la novela A sangre fría.
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La librería de la Calle Mayor, adonde acudía a curiosear novedades.
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Última casa en la que estuvo, en Cala Sanià, una masía impresionante en medio del camino de Ronda que une Palamós con Calella de Palafrugell. Invitó a algunos amigos, como la diseñadora Gloria Vanderbilt, el fotógrafo Cecil Beaton y la hermana de Jackie Kennedy, Lee Radziwill, a una de sus fiestas.
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Fan de la caza mayor, casa ante la playa de Es Monestri donde cabezas de animales decoraban las paredesCasa frente a la Plaza de la Catifa (ya no existe como tal, buscar nombre nuevo).
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Cala de La Fosca o la Cala S’Agaró, donde Capote y demás intelectuales solían asistir a los espectáculos flamencos de La Pañoleta (que ya no existe) con la Chunga.
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La Pastelería Collboni en la calle Mayor (dicen que a Truman le encantaba su pastel conocido como brazo de gitano).
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Restaurante María de Cadaqués, donde degustaba la gamba roja típica de la zona.
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Y persiguiendo las gambas es muy recomendable la visita a la Lonja, cerca del puerto, al lado de la Plaza de la Catifa.