Un impresionante artesonado nos recibe nada más cruzar el umbral. Yolanda Mascaraque, al pensar la obra, lo mantuvo para respetar el espíritu del espacio y porque, desde luego, lo hace diferente a todo lo que hemos conocido antes. Su página web ya lo anuncia: SPA Calma, Bienvenidos al arte del Masaje.
Una cuidadosa y meditada reforma transformó un local de dos plantas en un espacio, luminoso y original, que te transporta inmediatamente a otra dimensión y otro lugar, que mezcla la arquitectura de un palacete señorial de principios de siglo con la moderan decoración de un centro de masajes, belleza y relajación del siglo XXI.
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Nada más llegar nos recibe el alma de Calma Madrid, Yolanda Mascaraque, una emprendedora que, a pesar del incierto momento, se decidió a montar este negocio porque tenía claro que, igual que le sucedió a ella, sus clientas iban a descubrir un centro de belleza y masajes diferente.
“Yo había trabajado en una tienda de moda y complementos, donde tuve experiencia en el trato con los clientes y aprendí muchísimo. Luego mi marido y yo nos fuimos a vivir fuera de España y estuvimos seis años en Catar. Al regresar aquí me quedé embarazada, cuenta Yolanda.
Buscaba un sitio en el que dieran masajes para embarazadas con total seguridad: "Hay que ponerlas de una manera, para que estén cómodas, trabajar el estado del sacro cuando tienen ciática para piernas cansadas, etc.", añade esta emprendedora.
Y le costó encontrarlo, así que pensó en montar uno en el que ofrecer esos y luego, claro, todo tipo de masajes y rutinas o tratamientos de belleza, aportando algo más: un remanso de paz en pleno Madrid.
El nombre del centro, Calma Madrid, no puede estar mejor elegido pues, desde que se pone un pie en él, se respira una paz inusual en pleno Madrid. La calma recorre las instalaciones, desde la recepción a las cabinas de masajes, la sauna y el secreto mejor guardado: la Sala Calma.
Esta habitación, que recuerda a las terrazas de los balnearios de principios de siglo a los que iban la aristocracia y la nobleza a reponer fuerzas, y es una de las grandes novedades de Calma Madrid. "Queríamos diferenciarnos y que cada persona, después de su masaje, de su tratamiento, pudiera tener todavía una experiencia más completa", explica Yolanda.
"Vimos que, aquí en Madrid, adonde vamos corriendo todo el día y no tenemos mucho tiempo, era necesario unir a un masaje magnífico otra experiencia añadida y diferente, en la que el cliente se siente especial porque puede ‘reposar’ las sensaciones que has vivido durante el masaje o el tratamiento facial, etc., añade.
"Aunque algunas veces el cliente o la clienta vienen con prisa y nos dicen que no les da tiempo a pasar a la sala, ese ratito de después, en el que te quedas descansando, escuchando la música y disfrutando del aroma floral del perfumador de ambiente, es muy importante para asentar los efectos de la relajación del masaje y completar la experiencia slow", relata.
Su tratamiento estrella es el Tierra de Moka: la exfoliación con café recién molido. "La molemos aquí mismo, justo antes del tratamiento: una parte la ponemos en una fuente bajo la camilla para que el cliente la pueda ver y oler, y el resto lo aplicamos durante la exfoliación", describe con orgullo.
Y realmente, cuando entras a la cabina, ya te huele a moka tostada. Es, sin ninguna duda, una experiencia para los cinco sentidos porque, además de las propiedades que tiene la moka bebida, depurativa y antioxidante, aplicada sobre la piel aporta otras sorprendentes y, por su origen natural, no provoca alergias.
Tras aplicar la moka con un agradable masaje, se hace una envoltura en plástico fino y una aromaterapia con naranja y aceites de cítricos. Después de un ratito, pasamos a la ducha para terminar de eliminar todas las toxinas. El ritual termina con un masaje corporal en función de las necesidades de cada cliente.
"Antes del masaje, siempre preguntamos qué es lo que el cliente o la clienta buscan porque no es lo mismo si se trata de una mujer con problemas de celulitis, para quien trabajamos la zona con una crema termoactiva que tiene hiedra y tiene café, especialmente en la zona más conflictiva, que son las cartucheras, los muslos o la zona abdominal.
Y, una vez que la moka está extendida en la piel, hacemos unos pases más enérgicos también para drenar y para romper nódulos... Por eso digo que en función de cada cliente personalizamos el área a tratar y el tipo de masaje: relajante, para una contractura, etc.", continúa explicando Yolanda.
El Equipo de masajistas está formado por Lucía, Raquel y Ruth, que vienen de trabajar en centros de referencia de Londres, Santander y Madrid. "Su experiencia diversa nos ayuda a que cada tratamiento se adapte a cada persona según sus problemas específicos o sus preferencias", añade Yolanda.
Quien quiera vivir una experiencia en pareja, puede reservar una sala con dos camillas: para parejas, para dos amigas o para una madre y su hija... En Calma Madrid personalizan todos los masajes y tratamientos de belleza en función de las necesidades de cada persona y, en el caso de estos masajes dobles, lo hacen igualmente.
[Beneficios del masaje en pareja]
"Si ha tenido una mudanza últimamente o bien se encuentra más sensible emocionalmente, no va a necesitar lo mismo una persona que otra. Incluso la gente que se da un masaje todas las semanas, no está igual de una semana para otra. A lo mejor un día te apetece probar el masaje facial kobido, por ejemplo", explica esta viajera que ha vivido fuera de España y probado múltiples masajes.
Para facilitarlo, tienen bonos de cinco masajes, cinco tratamientos faciales o cinco saunas, a elegir, según se sienta cada uno el día en cuestión. Dependiendo del tratamiento escogido, los productos utilizados son distintos, pero siempre de altísima gama: para los de belleza o faciales, los productos de Natura Bissé y para los masajes corporales, los de Alquimia.
Después una sauna y una ducha, la experiencia termina en la Sala Calma, descansando en una de las cómodas tumbonas de bambú y tomando una deliciosa infusión con frutos secos.
En dicha sala se pueden organizar mini reuniones de amigas: desde pequeñas pero selectas beauty parties a fiestas de despedida de soltera, tranquilas y diferentes, en las que agasajar a la novia con un supermasaje y/o tratamiento facial. Además, se imparten clases de yoga semanales para grupos reducidos.
Yolanda está al habla con varias wedding planners y organizadoras de eventos que quieren hacer en la Sala Calma desde clases de pilates y/o zumba… a eventos más íntimos y reducidos, como cursos de automasajes faciales para seis amigas.
"Además de la Sala Calma nos diferencia también el que no tenemos aparatología, todo se hace de forma natural, con las manos, los aromas y los productos como el café, para lograr una experiencia única que estimule los cinco sentidos", explica Yolanda.
Tienen unas tarjetas de regalo con sellos de lacre muy especiales, que son ideales para estas próximas fiestas navideñas, pero también para cumpleaños, aniversarios y todo tipo de celebraciones. Y los pueden personalizar absolutamente todos, desde incluir un ramo de flores a un marquito o un saquito de semillas...
"Es también la opción ideal para ese día que te coges libre y en el que quieres hacerte un autorregalo o probar algo especial", asegura Yolanda. Esta emprendedora quiere "decirle a la gente que vengan y que lo prueben. Porque van a repetir, ¡van a repetir seguro!".
Lo que podemos asegurar es que, tras la exfoliación, la piel está más suave que nunca, preparada para soportar los rigores del invierno, y que el masaje te deja como nueva para afrontar la jornada laboral. Si estás buscando un lugar diferente, en el que, regalar y regalarte belleza, y mucha paz, anímate a disfrutar de su hospitalidad y de la Calma con aroma de moka.