Hay lugares que venden libros y libros que son lugares. Ubicada en el centro de la capital catalana existe una librería que despliega la cultura a través de exposiciones, talleres, intercambios lingüísticos, servicio de cafetería y sala de lectura.

Entre sus estanterías se pueden adquirir globos terráqueos, mapas, calendarios solidarios, artesanía de otros países, dulces de todo el mundo y viajes, pues también posee una agencia turística que orienta a los viajeros y viajeras y los ayuda a planificar los itinerarios de las próximas rutas.

La librería Altaïr está incluida por el Ayuntamiento de Barcelona en una lista de 389 comercios dignos de protección y representativos de la ciudad y no es sólo una librería de viajes. Son viajes dentro de una librería.

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Dónde buscar para encontrar

Algunos escritores, como el periodista Santiago Tejedor, utilizan este coqueto lugar para tener una primera cita amorosa regalándole al resto de mortales ideas originales para conquistar a sus futuras parejas.

Si este no fuera el caso de la persona que llega hasta ella, el tablón de anuncios ubicado en la entrada es una buena zona para poder encontrar compañeros de viaje, recomendar un libro o buscar información viajera. La librería Altaïr es un mundo dentro de muchos mundos y, entre todas sus ofertas, también vende revistas y libros.

No es necesario definir un objetivo ni buscar una temática. Cuando se visita este templo de las letras, las mesas ubicadas en la entrada orientan al lector con las recomendaciones personales de los trabajadores. Ensayos, narrativa contemporánea, libros de actualidad, clásicos de viaje, novelas. El abanico es tan grande como la indecisión.

Sin embargo, para este 23 de abril, Día Internacional del libro, las recomendaciones tuvieron nombre femenino y aventura asegurada. Si el viajero o la viajera quiere explorar otros lugares sin salir de casa, esta lista es un ejemplo para descubrirlos.

Egeria, la primera viajera española

Nacida en esas tierras que, en algún momento de la historia, fueron descritas como lugares inhóspitos e ingobernables, Egeria fue la primera viajera y, además, española, en dejar constancia de su viaje por escrito.

De esa época tan antigua como el hilo negro nace la historia de esta mujer que, en su peregrinación a Tierra Santa, escribiría cientos de cartas a sus compañeras y amigas relatándoles sus aventuras.

Aunque el uso del vocabulario empleado y las traducciones que, posteriormente, se llevaron a cabo de sus textos situaban a Egeria como una monja gallega, el escritor Carlos Pascual se encarga elucidar el lenguaje antiguo describiendo como "una mujer de posibilidades que viajaba con un séquito muy amplio".

En su libro, Viaje de Egeria: El primer relato de una viajera hispana, se incorpora una introducción muy completa del personaje y las localizaciones visitadas durante su recorrido.

La India de Alexandra David-Neel

La historia está llena de viajeras famosas, pero, tal vez, una de las más intrépidas fue Alexandra David-Néel. Esta mujer francesa no se contentó con ser Penélope, la sumisa y bondadosa mujer que esperaba el regreso de su esposo cuidando de los hijos, sino que intercambió los papeles convirtiéndose en la Homero del siglo XIX.

Su gran logro fue convertirse en la primera mujer europea que accedió a la ciudad de Lhasa, la capital del Tíbet: un lugar que a principios del siglo XX estaba prohibida a los extranjeros y, en especial, a las mujeres.

En el libro La India que viví, la autora y protagonista relata sus aventuras y reflexiones sobre este país, y analiza la espiritualidad oriental desde los prejuicios cargantes de la sociedad occidental. David-Néel es la autora de una treintena de libros de viajes que abarcan desde el relato convencional hasta el estudio de las diferentes culturas del mundo.

Todas las reinas de Cristina Morató

No importa que sean estrellas de Hollywood o exploradoras atrapadas en otros continentes, las mujeres más aventureras y fascinantes del universo se encuentran entre las páginas de los libros de Cristina Morató. Tras años de investigación y búsqueda, en todos y cada uno de sus textos se observa la dedicación de la periodista catalana por cuidar a sus personajes femeninos.

Las damas de Oriente, Las reinas de África, Reinas de leyenda o Diosas de Hollywood. No importa el libro elegido, cualquiera de ellos será una sorpresa cargada de semblanzas interesantes, anécdotas e historia. Mucha historia.

Heridas del viento, de Virginia Mendoza

En el año 2013, la escritora Virginia Mendoza se desplazó hasta Armenia para trabajar en un proyecto sobre minorías étnicas en el marco del Servicio de Voluntariado Europeo. El país caucásico le atrapó de tal manera que continuó viviendo en Ereván mientras viajaba buscando historias para alimentar sus artículos en la prensa.

Mendoza visitó zonas rurales, hizo incursiones por Georgia y Nagorno Karabaj y volcó toda la información en su blog Cuaderno armenio.

Fruto de esta pasión y trabajo, en 2015 autoeditó su libro Heridas de viento, Crónicas armenias, y pudo plasmar lo vivido: "Ser armenio significa ser superviviente". En la actualidad, la editorial La línea del horizonte ha recogido su experiencia y la ha publicado con una edición revisada por la autora.

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Svetlana Aleksiévich, la contadora de historias

Si algo caracteriza los textos de la escritora bielorrusa, Svetlana Aleksievich es la fusión de los grandes temas que rodean la Unión Soviética con las historias personales de los individuos que las sufrieron. En su éxito se atisba la pasión: la prestigiosa periodista pregunta poco y escucha mucho.

Aleksiévich tiene un método muy particular para atrapar al lector: en sus relatos utiliza frases en cursiva enmaradas entre paréntesis para mostrar las pausas entre un sollozo, las miradas vacías de los entrevistados, el silencio entre ambos o directamente el llanto. La autora no marca el ritmo de la conversación, simplemente carraspea o bebe agua, algo de lo que los lectores también son informados para poder comprender las sensaciones de quien se encuentra en el nexo de unión entre la historia y el lector.

En la entrega y recogida del Premio Nobel de Literatura del año 2015, la escritora pronunció las siguientes palabras: "El tiempo ha dado marcha atrás. El tiempo en que vivimos ahora es de segunda mano. Tengo tres hogares: mi tierra bielorrusa, la patria de mi padre, donde he vivido toda mi vida; Ucrania, la patria de mi madre, donde nací; y la gran cultura rusa, sin la cual no me puedo imaginar a mí misma. Todos son muy queridos para mí. Pero en los tiempos que corren es difícil hablar de amor".

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Soñar entre los libros, leer en la infancia

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La importancia de empezar a leer a una edad temprana potencia la imaginación y eleva las ganas de querer descubrir, como las antiguas expedicionarias, nuevos mundos. Las historias que narra J.K. Rowling en la saga fantástica Harry Potter o el cuento cargado de realismo que traza Ana María Matute en El polizón del Ulises son relatos altamente recomendables para iniciar a los preadolescentes y potencialmente atractivos para leerlos en la edad adulta.

La escritora afgana Nadia Gulah contó su vida en El secreto de mi turbante y se inició en la literatura infantil con el cuento El país de los pájaros sin alas, para, posteriormente, publicar El sueño de Mirabel.

La editorial Cuentos a la deriva narra las historias de aquellas personas que una vez se cruzaron con Open Arms en medio del mar y añaden: "Por todas esas personas y para que esas historias no se repitan debemos contarlas e intentar hacer de este mundo un lugar un poco más justo. Cada vida cuenta. Cada cuento es vida". Además, la editorial es un proyecto solidario de La Galera con la ONG.

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Leer es viajar y viajar es vivir. No importa la edad, el momento ni argumento. Como señala el profesor y asiduo a las librerías, Santiago Tejedor: "No escribimos de los lugares, incluso podemos argumentar que no viajamos a ellos. El viaje son las personas que allí viven o las que de allí se fueron. Incluso, el viaje, es a uno mismo".