Pensar que cuando crecemos dejamos atrás los miedos que nos han acompañado durante la niñez, es un absurdo. Algunos persisten y otros aparecen nuevos con más fuerza aún, sin poder recurrir a los brazos de nadie. 

Una de las desolaciones más frecuentes entre los adultos es la de no poder volver a confiar en otra persona basándote en experiencias traumáticas anteriores. Hay a quien le cuesta más y a quien le cuesta menos depositar esa intimidad con otra persona, bien sea un familiar, un amigo o tu pareja. Un trauma que muchos padecen y pocos identifican. 

Conocido como pisantrofobia, este miedo a confiar en los demás se ha convertido en un mal mucho más generalizado de lo que se puede llegar a pensar. Una auténtica quimera en ciertos casos que requiere incluso tratamiento psicológico.

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La confianza con alguien aparece tras mucho tiempo y vivencias compartidas, por lo que, cuando esa persona nos falla, el sentimiento es indescriptible. Como se suele decir, "la confianza tarda mucho en ganarse y poco en perderse". 

Quien sufre de pisantrofobia, no solo sufre a nivel afectivo, sino que es un miedo psicológico que también se traslada al resto de ámbitos de nuestra vida: familiar, laboral, conyugal y hasta socio-culturalmente. 

Qué es la pisantrofobia

Ese miedo a ser decepcionado o traicionado por otra persona, resulta tener un notorio impacto en la vida de quiénes padecen pisantrofobia. Estas se convierten en personas altamente desconfiadas, con un gran temor a que esta situación se vuelva a repetir

Esta barrera de extrema desconfianza hacia el mundo que les rodea se convierte en un resistente muro que impide cualquier tipo de conexión más estrecha con otra persona. 

Mujer joven mirando el móvil con desconfianza. iStock

Las personas con pisantrofobia entran en un bucle de pensamientos negativos y autodestructivos, haciéndose preguntas continuamente sobre el porqué le pasan a ellos este tipo de situación. Se sienten impotentes ante la idea de no encontrar jamás la felicidad al lado de una persona, permitiéndoles esa conexión especial. 

Desilusión, frustración o tristeza son algunos de los sentimientos más frecuentes para quiénes lo padecen. Pero también enfado, culpa o vergüenza ante lo que le supone cualquier interacción social. 

Un mal que también radica en la autoconfianza

La desconfianza hacia los demás suele estar derivada de la confianza hacia uno mismo, acrecentado con un "sexto sentido" que nos hace ver de quién debemos fiarnos y de quién no. 

Las personas que sufren de pisantrofobia no confían en esa capacidad de acertar a la hora de elegir sus relaciones sociales o afectivas. 

Mujer llorando tapando su rostro. iStock

Además, esa falta de confianza en saber elegir con quién pueden contar, les hacen perder fe también en otras habilidades que les convierte en más indefensos aún, consiguiendo que la fobia se convierta en más grande y limitante. 

La intensidad que toma ese temor a confiar en otra persona es tal, que en muchas ocasiones deciden cortar abruptamente cualquier tipo de relación para no estar expuestos a sufrir. No se sienten con fuerza suficiente para seguir aumentando la confianza que tiene con el otro para que el miedo se disipe. 

Cómo combatir la pisantrofobia

Para superar la pisantrofobia, como cualquier otro mal que afecte a nuestra salud mental, es fundamental buscar ayuda de un profesional para sanar esas heridas emocionales y anímicas provocadas por decepciones pasadas.

Abordar ese medio a ser decepcionado, llegando a la causa en sí, puede resultar el mejor remedio para sanar el problema. Los psicólogos recomiendan un proceso de duelo saludable, sabiendo aceptar y enfrentar el dolor emocional sin minimizarlo ni evitarlo. 

Mujer feliz chocando las manos con compañeros. iStock

Por supuesto es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo, evitando iniciar nuevas relaciones prematuramente para poder así estar preparados plenamente para confiar en alguien nuevo, sin que resurjan traumas pasados. 

Otro de los grandes consejos que los expertos dan es enfrentar situaciones cotidianas que requieran confianza en los demás, como delegar tareas en la pareja o participar en actividades conjuntas. 

La confianza en las personas de nuestro entorno es clave y conlleva múltiples beneficios, incluido la disminución del estrés y consiguiendo que quiénes sufren pisantrofobia adquieran una mayor capacidad para afrontar problemas.