Roberto Verino ha cumplido cuatro décadas haciendo lo que más le gusta, vestir a mujeres "libres e independientes, aquellas que no se disfrazan, que son de verdad y transmiten su personalidad con lo que llevan", asegura el diseñador.
"Mirando hacia atrás, parece que fue ayer, porque no te das cuenta de lo deprisa que corre el tiempo… Hace cuarenta años que iniciamos nuestra andadura, y seguro que hemos cometido muchos errores, pero también hemos tenido algún que otro acierto", afirma.
"Estoy contento de cómo se han desarrollado estos 40 años, matizo contento, porque satisfecho, no lo estoy jamás. Soy un perfeccionista, y la exigencia de mejorar, es algo que me impongo cada día. Si consigo algún logro, siempre considero que es mejorable, por eso digo que estoy contento.
Tengo la gran ventaja de que estoy ilusionado y enamorado de mi trabajo. Pongo tanta pasión en ello, que a veces pienso que es un hobby. Soy muy afortunado, y me gustaría seguir en esta lucha hasta que el cuerpo me lo permita. No me voy a bajar de este compromiso, hasta que tenga que ir con los pies por delante...", confirma a MagasIN en las horas previas al desfile, en el que presenta la colección primavera-verano con la que festeja estos 40 años al servicio de la moda.
Pregunta: Su nombre es Roberto Mariño, ¿por qué lo cambió por Verino?
Respuesta: Yo nací en Verín, en Orense. Verino era mi apodo cuando iba al colegio. En un momento dado, me pareció interesante llevar en el nombre, algo que me podría hacer sentir orgulloso de mis orígenes.
Usted es el tercero de seis hijos. Cuéntenos cómo vivió su infancia.
Entonces no había facilidades para dar estudios a los hijos. Efectivamente, fui el tercero de seis hijos. Y mis padres hicieron todo lo posible por darnos la mejor formación, por ayudarnos en un momento en el que España no estaba muy bien. Como soy muy aventurero, mi ilusión y mi obsesión era irme a París, y tan pronto como me fue posible me fuí. Entre mis padres había diferencias de opiniones, pero gracias a ellos, a su esfuerzo y apoyo he logrado cumplir mi sueño.
No tuvimos momentos fáciles. En nuestro caso, hubo altos y bajos. En este país, es difícil llevar adelante proyectos, sobre todo, los que nos hemos dedicado a defenderlos de esta envergadura.
Mirando hacia atrás, hemos tenido suerte de ser una generación que, después de salir de la Guerra Civil, se entusiasmó con los cambios ocurridos en este país. Se generó una ilusión tremenda, y las mujeres habéis tomado un protagonismo grande, siendo el motor de este cambio.
Ahora, que hemos pasado una pandemia como la que nos ha tocado pasar, ya sólo nos faltaba una guerra, y entonces, ¿qué razones hay para creer que somos afortunados? Pues la verdad, es que hay otros muy cerca, que lo están pasando mucho peor.
En mi caso particular, intento llenar siempre de optimismo el esfuerzo que hay que hacer cada día, como una medida de energía positiva.
Roberto Verino marca es su proyecto vital...
Este proyecto vital, a mí me ha permitido sentirme bien conmigo mismo, y esto es lo que intento transmitir a las personas a las que visto. A las que quiero llenar con argumentos constructivos y positivos. Insisto siempre en la necesidad de que nos conozcamos, de que nos cuidemos, de que nos aceptemos. Pero que también, nos queramos. De otra forma, la aportación de la moda se puede convertir en una especie de tiranía, que hace infeliz. Yo busco que la gente se mire al espejo y se acepte. Por eso, insisto en que yo no disfrazo a la gente, sino que busco que su personalidad salga por encima de la propuesta de cualquier diseñador.
¿Y la sostenibilidad?
En Roberto Verino buscamos la sostenibilidad, y que mejor manera, que utilizando materias primas naturales, con calidad, con propuestas que duren en el tiempo. Estamos creando armarios, a los que yo denonimo emocionales, porque cada vez que lo abres, y coges una prenda que hace tiempo que no te has puesto, te vienen a la memoria, recuerdos gratificantes. Y con esto, me siento implicado y comprometido, y me hace feliz dentro de todas las dificultades que tenemos hoy, ante una realidad muy triste, como es la invasión de Ucrania.
¿A qué diseñadores admiraba en sus inicios?
Tuve la gran suerte de tener cerca a los maestros franceses, que fueron los primeros que dieron el gran salto de la alta costura al pret-à-porter. Casualidad del destino que yo estaba justo en París, cuando ocurrió el cambio. Yves Saint Laurent era quizá mi mayor referente, porque coincidía más con mis pensamientos que ningún otro, pero también Balenciaga, por ejemplo, que no cabe duda, de que fue el maestro de los maestros. También Dior, Coco Chanel, y más recientemente, una figura a la que yo siempre he admirado, que es Giorgio Armani, porque ha sabido capitalizar de una manera inteligente los cambios sociales que se produjeron para vestir a las mujeres de manera más funcional. Cosa, en la que yo me he sentido también involucrado, para contribuir a mejorar vuestras libertades.
¿Cómo ha cambiado la mujer española en estos 40 años?
Las mujeres, en el inicio de mi andadura, y ésta fue una de mis mayores motivaciones, estaban en un planteamiento muy distinto. No tenían independencia económica, y en muchos casos, tampoco trabajo. El cambio fue gratificante y mayoritario, y hemos pasado de ver a pocas mujeres en las universidades a que seáis mayoría, y en puestos de responsabilidad también. Sigue habiendo problemas, pero las mujeres estáis en los lugares de decisión y definición de muchos aspectos. Tengo que reconocer, que he estado rodeado toda mi vida de mujeres, y cuando oigo lo de la paridad, en mi caso, yo digo que no me quiten el 90% de mi porcentaje de mujeres... No estoy de acuerdo en que el porcentaje se tenga que medir por la condición sexual, en lugar del talento. Las mujeres habéis demostrado y dado a este país profesionalidad, futuro y seriedad, lo que nos ha venido muy bien.
Cuando diseña sus colecciones en quién piensa…
Reconozco que las mujeres siempre me han parecido muy atractivas cuando son ellas mismas. Son mujeres que saben estar. Si quieren pasar desapercibidas lo hacen, pero si quieren tener un puntito sensual, pues también. Ahí radica la inteligencia. Por eso yo digo que trabajo para mujeres inteligentes, que saben lo que quieren y saben cómo ejercitar su libertad. Por eso busco, que lo que yo aporte, no cambie lo que son ellas mismas. No me gusta aquello de... ¡Qué vestido tan bonito! Lo importante es la personalidad.
¿Qué encontramos en la colección Belleza Serena?
Siempre digo que la clave está en ver las pequeñas cosas. Tenemos que saber mirar a nuestro alrededor. Por eso, la colección de estos 40 años se titula Belleza Serena. Se trata de mirar hacia atrás, de darnos cuenta de que tenemos que parar, tenemos que cuidarnos, ver lo que vale la pena y no viajar a toda velocidad por la vida, sin dejar huella, sin dejar amigos. Porque lo que más importa, es que te quieran, porque tú has querido.
En la colección he identificado tres propuestas, tras mirar a nuestros iconos y nuestro futuro, y he establecido tres momentos de uso: el día a día, bajo el concepto de lo cotidiano, de buscar el equilibrio masculino-femenino. Por lo tanto, hay una colección de trajes, ya que para mí el traje es una de las piezas más emblematicas de las colecciones.
Seguida, por un momento de celebraciones, de tarde-noche, con tejidos brillantes y dorados. Y para finalizar, uno de los aspectos que me motivan, es la utilización del color y los estampados, con coordinaciones muy sencillas y atractivas. Necesitamos esa pildora de ánimo colectivo, y de estar con las pilas cargadas.
Yolanda Díaz, ha elegido alguno de sus modelos…
Yo no soy partidario de dar nombres de personalidades que se visten con mis trajes, por una razón: Porque para mí, es tan importante una persona que tenga un trabajo sencillo y que me elija para vestir, que la persona con la empresa más grande o del nivel político de turno. No hago distinciones. Yo creo que todas las personas tienen que estar cómodas consigo mismas.
Su hija Cristina ha recogido el testigo del negocio Verino...
Cristina lleva conmigo desde que terminó sus estudios, formándose en distintas áreas del negocio. Nuestro mundo es muy complejo. Diseñamos, producimos y comercializamos. Tres tareas diferentes, pero complementarias. Estar preparados para el futuro significa conocerlas de verdad, es decir, que lo mames. Cristina ha estado en las tiendas, trabajando en los distintos eslabones de la cadena y últimamente, en la labor de comunicación, marketing, y en la defensa de la marca. Está preparada para hacer frente a los años que vienen, y si pueden ser otros 40 años más, mejor. Y si yo puedo estar a su lado, pues estaré dándole todo lo que pueda de mis conocimientos y de mi forma de ver la vida.
¿Qué le da más alegrías la moda o sus viñedos?
Yo siempre digo que la actividad de uno y de otro (la moda y los vinos) intentan seducir nuestros sentidos. La gran ventaja, es que cuando uno de ellos te da una tristeza, lo resuelves muy bien ahogándola con el otro. Los vinos son muy buenos y me han dado muchas alegrías. Mi filosofía de ayudar a las personas para que sean felices, también está ahí, en el mundo vitivinícola.
¿Se ve jubilado entre viñedos?
Jubilado no. Yo voy a seguir trabajando hasta el final. Esa palabra en mi vocabulario no existe...
¿Cómo es Roberto Verino fuera del negocio, con sus 5 nietos?
Mi actividad profesional me exige viajar mucho y me deja poco tiempo libre. Además, tengo a los nietos repartidos. Los reúno a todos siempre que puedo, en la casa familiar de Verin.
Lo que transmito con mi trabajo, que son apuestas sencillas para gente inteligente, lo llevo a la práctica en mi vida. Soy una persona sencilla y busco ser feliz con las pequeñas cosas.