Las personas disruptivas siempre se llevan mi atención. Si además esa disrupción está envuelta en elegancia, creatividad y productividad, con mayor motivo. Viendo de cerca a la CEO de Copenhaguen Fashion Week (CPHFW), Cecilie Thorsmark, nadie diría que es una chica revolucionaria.
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Nadie diría contemplándola andar, saludar, vestir que es 'la diferente' que promueve el cambio. Tan fina, tan delicada, tan amable, sonriente, vestida más allá del comme Il faut, impecable. Y sin embargo, con ella ha llegado una gran transformación a un mundo, el de la moda, que está haciendo como puede una triatlón, pero sin entrenamiento adecuado, para alcanzar la meta necesaria e imprescindible de la sostenibilidad.
Ella llegó hace ya mucho. Y vió (el panorama). Y venció modificándolo. Tuvo el coraje de colocar las fechas de sus desfiles, los de la Semana de la Moda de Copenhague de manera excéntrica, en febrero, pero justo antes de que empiece la temporada de shows de mujer (comienza en Nueva York, sigue en Londres y Milán y acaba en París) y, ¡oh herejía!, en agosto, momento en que el terreno de los desfiles de moda es cuasi baldío. Y ha conseguido imponer su criterio, eligiendo antes de que fuera casi normalizada, una dirección que el sistema busca, la de la sostenibilidad, con criterios muy claros, transparentes.
Hace unos meses, cuando se realizó esta entrevista, tuve el honor de asistir a la cumbre de la European Fashion Alliance, en Gran Canaria. Allí, acogida por su Cabildo, se encontraba la flor y nata ejecutiva de las pasarelas internacionales, entre otros, los cuatro grandes presidentes de los Consejos de la Moda, Steve Kolb, del americano Council of Fashion Designers of America (CFDA), el italiano Carlo Capasa de la Camera della Moda, el francés Pascal Morand, de la Fédération de la Haute Couture et de la Mode y la británica Caroline Rush, del British Fashion Council. Grandes y veteranos…, todas las miradas, incluida la de ellos se dirigían a Cecilie, que tenía algo realmente grande y nuevo que ofrecer y que contar, la visión hecha realidad de una moda más sostenible.
Y yo también me desvivía por hablar con esta danesa que además de firme y elegante resultó desprender una dulzura espectacular, incluido su acento argentino hablando español -todos tenemos un pasado-, aunque la entrevista la realizamos en inglés.
Cecilie no estudió moda. Proviene de una familia de profesores, pero con un entorno de artistas, lo que seguramente le ha transmitido una genética creativa. “Siempre tuve interés por la moda. Uno de mis abuelos fue bailarín y coreógrafo. El otro, arquitecto. Mi abuela se dedicaba a la costura, como diseñadora de ropa. Y mi tía era diseñadora de vestuario para películas, de algunas de las más importantes de Dinamarca”.
Un mundo de artistas, en el que asegura que sus padres eran los díscolos fuera de ese universo creativo. Una familia nuclear en la que había que estudiar sí o sí, obtener un título universitario, algo que Cecilie agradece porque le “puso los cimientos de una manera de trabajar y de pensar que debo mucho a mis estudios de Marketing y Comunicación, a haber leído muchos libros sobre teoría y metodología. Ha sido muy beneficioso, pero siempre me gustó la moda. Así que me fui a la Bocconi en Milán donde encontré un curso de Gerencia de Empresas de Lujo y Moda, y eso fue realmente inspirador”.
¿Cómo consigues ser la gran dama de la moda sostenible, la CEO de la CPHFW?
La realidad es que durante mi programa de estudios, siempre elegía escribir sobre moda en cuanto tenía una oportunidad. Es más, escribí mi tesis de maestría sobre la Semana de la Moda de Copenhague.
Para ello, entrevisté a su ex directora ejecutiva y a muchas partes interesadas y también diferentes empresas del sector. Y cuando terminé, me llamó para decirme que le gustaba mucho la tesis y me ofreció trabajo. Hice una entrevista y conseguí mi primer puesto en el Danish Fashion Institute (DFI), organismo del que dependía la organización de la Fashion Week.
Así que comencé en 2010 en la moda danesa durante los primeros dos años como mano derecha de la CEO. Estoy muy agradecida a aquella época en la que le acompañaba a todo, a reuniones con la industria, con el Gobierno…, fue una especie de extensión de mi educación. Siempre he sentido como un cierto privilegio la experiencia de esos primeros años. Y después de otros dos, me hice cargo de la Comunicación del Danish Fashion Institute, trabajo que mantuve durante algunos más. Así que participé en la CPHW haciendo la comunicación para la Semana de la Moda.
Más tarde el Instituto Danés de la Moda se convirtió en una Organización sin ánimo de lucro, la Global Fashion Agenda, con el objetivo principal de promover la sostenibilidad en esta industria. De hecho, ha estado trabajado en ello desde desde 2007. Por ejemplo, fue su responsabilidad la Cumbre de la Moda de Copenhague.
Una larga historia...
La realidad es que sí que es una larga historia. Fíjate que la Cumbre de la Moda de Copenhague ha existido desde 2009. Yo participé en ella desde el principio.
Ya he dicho que Cecilie fue una especie de estrella en la reunión de la European Fashion Alliance, porque a nadie se le escapa que el crecimiento de la moda y de toda su cadena de valor pasa por un desarrollo sostenible serio, transparente, trazable y holístico. No vale simplemente con medir la huella de carbono del sector, que no es poco, sino que es fundamental trabajar parámetros de sostenibilidad social relacionados con los trabajadores y sus derechos, por ejemplo, así como de gobernanza, como una participación igualitaria en los lugares de toma de decisión de las empresas de moda, por ejemplo.
No es una casualidad, que en la cumbre de Gran Canaria, de los grupos de trabajo que se crearon el de la sostenibilidad fuera el de mayor participación. Allí estaba la CEO de la CPHFW como gran ponente y desde luego los responsables de las pasarelas de Nueva York, Londres, Milán y París.
Yo como ex directora de la madrileña asistía voraz a las discusiones y a la puesta al día de la gran apuesta de una moda sostenible también desde el punto de vista del negocio, por supuesto. Ella vio claro desde el principio que el camino era ese.
“Durante dos años estuve trabajando con la Global Fashion Agenda y pasó que la CEO de la Fashion Week renunció en 2018 y como yo sabía de la industria, conocía a sus protagonistas, pero además tenía una gran red internacional, mucha gente comenzó a preguntarme si quería el puesto. Al principio, era un poco escéptica precisamente porque había trabajando mucho con la sostenibilidad y descubrí que ir a una semana de la moda sería todo lo contrario a promover una transición más sostenible de la moda, de la industria de la moda. Y finalmente, acepté también por ese mismo motivo porque pensé que tal vez podíamos reinventar el propósito de la Semana de la Moda de Copenhague.”
De hecho, lo primero que hizo ya en 2020 fue lanzar Reinventing Copenhagen Fashion Week, un plan de acción de tres años que trazaba planes sostenibles para quienes quisieran participar en la Semana de la Moda,
Tremendo desafío...
Quería saber si era posible no hacer simplemente una semana de la moda con un formato tradicional, ya sabes, celebrando desfiles con brillo y glamour y sin prestar mucha atención a los problemas sociales más amplios del planeta. Me parecía que era posible desafiar ese modelo. Así que en efecto solicité el puesto y conseguí el trabajo, y luego comenzó lo bueno… Había que convertir la Semana de la Moda de Copenhague en la Semana de la Moda Sostenible.
Así dicho no parece sencillo.
Si no hubiera sido por mi experiencia y por mi educación habría sido muy difícil. No podía hacer algo simplemente mediático. El primer año en la CPHFW fue de arduo trabajo, de preparación y estrategia. Hubo que organizar un consejo asesor de sostenibilidad con el que pude dar forma a alguna de las ideas que tenía para el evento.
Empezamos por analizar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para ver cómo podíamos alinear nuestra estrategia con ellos. Seleccionamos los que nos parecieron más relevantes para la CPHFW. Y luego comenzamos con el trabajo de estrategia que se convirtió en un plan de acción que era fundamental. Realmente, fuimos sostenibles desde el primer día.
¿Podemos decir que la moda tiene un papel muy relevante en el desarrollo sostenible?
En estos años siempre he pensado que si nosotros, como semana de moda, podemos hacerlo, cualquier empresa, cualquier marca en esa industria puede hacerlo. Y ahora estamos viendo muchas que lo han conseguido, lo sabemos gracias al informe anual que publicamos sobre el desarrollo sostenible de la industria de la moda danesa.
Lo fundamental es que no sea un desarrollo sostenible falso, es decir greenwashing.
Por eso, la parte más importante de nuestro plan de acción es lo que va a suceder en este 2023, que es la aplicación de nuestros estándares mínimos para participar, todos ellos relacionados con la sostenibilidad. Durante los últimos tres años, hemos trabajado en la implementación de esos dieciocho requisitos mínimos para las marcas que desean ser parte de la Semana de la Moda de Copenhague.
De no cumplirlos, no se les permite ya sea en los desfiles o como expositor. Existe un formulario on line, con preguntas relativas a esos estándares y hemos estado dos años con pruebas piloto. El formulario, además, nos sirve para ver dónde se encuentra actualmente la industria y establecer una especie de base para comprender cuáles son los desafíos comunes.
Aparte de eso, han colaborado consultores a quienes luego hemos involucrado en la capacitación de las marcas para que entiendan exactamente lo que queremos decir con estándares mínimos. Porque tienen que describir y documentar su trabajo alineado con ellos. Hemos tratado de guiar y tomar de la mano a las marcas para acompañarlas tanto como fuera posible. Por eso creo que hemos tenido tanto apoyo por parte de la industria. Porque no han sentido que era solo una organización o alguien diciendo “ok, está muy bien pero ahora tienes que cumplir con los estándares mínimos y de lo contrario no puedes ser parte de la Semana de la Moda. Buena suerte”.
Más bien, hemos dicho que habíamos creado estos dieciocho estándares mínimos, que reconocíamos que se trataba de un plan bastante ambicioso pero que se trataba de un camino que había que tomar y que nosotros estábamos allí para guiar y ayudar.
En realidad, estamos hablando también de un programa casi educativo.
Nuestro propósito no es solo que dos veces al año, durante la CPHFW se haga esta exhibición de sostenibilidad sino que durante doce meses realizamos acciones para empujar a la industria hacia la sostenibilidad como una demanda. También seguimos con pruebas y programas piloto para comprobar la evolución de las marcas. Lo que estamos implementando es un desarrollo natural en el que los implicados sienten que han formado parte de las decisiones.
¿Han visto, han entendido que la sostenibilidad es fundamental también desde un punto de vista económico?
Sí, claro. Quiero decir, eso espero. Es una buena narrativa para la industria esa de preparar sus negocios para el futuro si actúan de manera más responsable. Creo que es una de las razones de su apoyo.
Más allá de la pasarela danesa y su semana de la moda, ¿crees que este cambio que estáis realizando sirve también para transformar la mentalidad de ciudadanos y consumidores?
Me encantaría contestar de modo afirmativo. Pero no puedo hacerlo porque no puedo documentarlo. (Para, cierra los ojos en un acto de reflexión antes de responder). Me encantaría decir que tengo la sensación de que los ciudadanos y los consumidores, la audiencia que atraemos a la CPHFW es mucho más consciente que antes sobre la necesidad de contribuir con la moda a una sociedad más sostenible.
Pero lo que realmente espero es que sea muy evidente para los consumidores que las marcas que se muestran en la CPHFW pueden ser una guía de cuáles son o no buenas para comprar porque son o no más sostenibles. Y no quiero decir con esto que sean mejores que otras en sostenibilidad. Pero sabemos con certeza que las presentes en la CPHFW cumplen con los estándares mínimos que solicitamos. Y desde luego también es importante decir que en relación a esos estándares hay empresas o diseñadores que están más avanzados que otros, y no siempre en todo, tal vez en algunas áreas.
En este camino hacia la sostenibilidad es imposible trabajar en todas las áreas al mismo tiempo.
Exactamente. Ten en cuenta que nuestros dieciocho estándares mínimos cubren toda la cadena de valor de la moda. Así que creo que es imposible. Este nivel mínimo sigue siendo muy ambicioso, la industria realmente se ha esforzado para conseguirlo, porque sí, es algo bastante complicado de lograr. Pero creo que es importante para mí comunicarlo como estándares mínimos y también saber que estamos educando a las marcas.
Es fundamental dejar claro que no es que solo tengamos marcas sostenibles en la CPHFW porque ese no es el caso. Son marcas más avanzadas que otras. Pero nunca se puede afirmar que es una marca sostenible porque cumple con los estándares mínimos.
También es primordial para nosotros que se entienda que esto no es una especie de sello que pueden usar como garantía de que son sostenibles. No es así. Eso sería greenwashing. Otra cosa importante es que no somos nosotros como organización quienes determinamos si cumplen o no con esos dieciocho estándares mínimos, sino una organización externa que lo evalúa.
Por cierto, has hablado varias veces de greenwashing. Y desde mi punto de vista no solo existe en la industria de la moda, en sus empresas, sino que los propios consumidores lo practican. Muchos afirman que están dispuestos a pagar un precio mayor por prendas sostenibles que además puedan probarlo, pero compran en cadenas que están muy lejos de serlo o compran on line y devuelven gran parte de sus adquisiciones con lo que ello significa de gasto energético.
Los hábitos de consumo debe cambiar. Tanto los de los adultos como los de los jóvenes. Pero creo que es importante que no señalemos demasiado a los consumidores como responsables porque tienen mucha confusión.
Es un problema que parte de la industria. Y hay que encontrar una forma muy clara de explicar lo que se hace, lo que las marcas están haciendo bien…, así, con una buena comunicación sería más fácil para los consumidores entender y comprender la complejidad de la sostenibilidad.
Y estoy muy de acuerdo con declaraciones de Pascal Morand (habla de una intervención magnífica del presidente de la Fédération de la Haute Couture et de la Mode el día anterior a esta entrevista) cuando dijo que el mayor problema en este mundo es el volumen, y eso significa sobreproducción y sobreconsumo.
Tal vez es más factible que acometan este cambio necesario las pequeñas empresas, los diseñadores independientes más que las grandes industrias.
Seguramente es así. Pero el cambio tiene que producirse en toda la cadena de valor. Esa es la gran diferencia. Y desde luego el gran problema es el volumen, pero también mirar la sostenibilidad desde todos los puntos de vista y prestar mucha atención a las condiciones sociales de quienes trabajan en el sector.
No voy a mencionar nombres pero desde hay grandes empresas que de repente presentan una fabulosa colección realizada en poliéster cien por cien reciclado y creen que con eso ya han cumplido… o que trabajan con nuevos materiales innovadores. ¡Gracias! Gracias por ese material. Sí, es interesante, está bien usar cualquier material, cualquier cosa de la que nunca se había oído hablar, no sé, piel de naranja… genial. Pero si sigues generando volúmenes masivos y sin darles un valor, continúas manteniendo el problema que está muy generalizado.
Luego está el asunto del fast fashion.
Como decía es una cuestión de volumen. Pero también de valor. Hay algo que es un poco comprometido, un tema controvertido estando yo al frente de una Semana de la Moda, que son las tendencias rápidas versus el diseño… Me encanta la industria de la moda, de la que soy parte. Me encanta la creatividad y los creativos. Y creo que hay un desafío que debe abordarse. Y es que a veces una empresa fabulosa lanza una colección magnífica que tiene quizás solo seis meses de vida útil y de pronto encuentras que una empresa de moda rápida ya la ha hecho parecida…
Que el sistema de la moda está cambiando es un hecho. Que cada vez hay más confusión o digamos interacción entre las colecciones de primavera-verano y otoño-invierno es bastante evidente.
Desde luego, en España lo es, salvo en pasarelas como la de Gran Canaria, exclusiva de baño. Que si miramos nuestros armarios, observamos que muchas de nuestras prendas no desaparecen por más que varíe el tiempo que cada vez lo hace menos o de forma más radical por obra y gracia del cambio climático.
Y luego existe un hartazgo por parte de algunos creadores que especialmente en el momento álgido de la pandemia producida por la covid-19 dijeron que optaban por salirse del sistema y desfilar en el momento del año que les fuera conveniente, sin ceñirse a calendarios establecidos.
Otros que aseguran que no es sostenible tantas colecciones cuando se está evidenciando la sobreproducción y sobreconsumo y que prefieren desfilar una sola vez al año. “Estoy abierta a ello -asegura Cecilie Thorsmark-. De hecho, también he hablado de eso, sobre todo durante la pandemia cuando todo estaba tan en el aire. Es un tema muy particular. Es decir que si las marcas quieren eso harán eso. Pero tú sabes que existe una estructura del sistema muy marcada que complica adaptarse a una sola edición de desfiles al año. Sin embargo, estoy abierta.
En realidad no necesito las dos semanas de la moda anuales. Pero para cambiarlo habría que romper un patrón muy concreto de nuestra industria que responde a ciclos. Habría que cambiar todo el sistema, también el de los compradores que acostumbran a venir cada seis meses y a hacer los pedidos también cada seis meses…".
¿Cuáles son tus próximos objetivos para la Semana de la Moda de Copenhague?
A medida que los dieciocho estándares mínimos entren en vigor en esta temporada, esperamos lanzar una línea de marcas donde todas hayan sido evaluadas y verificadas de acuerdo con ellos. Dado que esto seguirá siendo obligatorio, nuestro objetivo es continuar estableciéndonos como una plataforma que marque la agenda de la sostenibilidad en la moda y participar en asociaciones internacionales para expandir nuestro impacto en la industria.
Además, lanzaremos un nuevo Plan de Acción 2023-2025 que agregará nuevas acciones y objetivos para seguir impulsando los esfuerzos de la industria hacia la sostenibilidad.
Curiosamente la misma semana de la publicación de esta charla, la consejera de Industria, Comercio y Artesanía del Cabildo de Gran Canaria, Minerva Alonso, comunicó un convenio entre la Semana de la Moda de Copenhague y Gran Canaria Swim Week by Moda Cálida. Nuestra pasarela internacional de baño se promocionará en Dinamarca en su edición de enero, con un vídeo que se verá repetidamente en el hall del hotel principal del evento, donde se hospedan compradores, prensa internacional y danesa y con un objetivo mayor, el de conseguir que marcas de Gran Canaria presenten sus propuestas en la próxima edición de CPHFW en el mes de agosto.
¿Estás interesada en futuras alianzas con otra Semana de la Moda?
Sí, establecer alianzas internacionales relativas a la sostenibilidad ha sido un enfoque que se establecía en nuestro Plan de Acción 2020-2022, y seguirá siéndolo en el futuro. Trabajar en esta dirección es crucial, ya que nos esforzamos por ser una plataforma que contribuya a un cambio positivo en la industria en su conjunto.
Como tal, hemos utilizado y seguiremos utilizando el marco de requisitos de sostenibilidad para construir alianzas y optimizar la transformación sostenible en otras plataformas y entidades. Actualmente, ya hemos confirmado socios como la Copenhagen International Fashion Fair (CIFF), Norwegian Fashion Hub, el evento de moda noruego Oslo Runway y el Consejo de Moda de Islandia. Todos ellos implementarán los estándares mínimos de sostenibilidad en breve. Y animamos a otras Semanas de la Moda y plataformas industriales similares a que los repliquen.
Cecilie no nombra Estocolmo, pero también están siguiendo la senda de la sostenibilidad, y no desde el punto de vista de la pasarela, sino como incubadora para talentos emergentes. Su compromiso pasa por realizar talleres sobre sostenibilidad, inclusión o diversidad, además de exposiciones de arte o conciertos. Sí me dijo que el catering que se sirve en la CPHFW es vegano y los coches y autobuses, eléctricos. No hay botellas de agua de plástico. Desde luego miden la huella de carbono y o la eliminan o la compensan, muchas veces con reforestaciones. Ay, los nórdicos.
¿Crees que tu modelo de semana de la moda podría ser adaptado por otros países?
¡Siempre estamos interesados en tener un diálogo abierto! Entendemos que nuestro modelo de estándares mínimos de sostenibilidad por alguna u otra razón puede no funcionar para todos, y por eso creemos que es importante ser flexibles y encontrar opciones de adaptación. Dicho esto, el marco se desarrolló en base a la industria de la moda en su conjunto y los problemas globales y sus impactos. Como tal, en nuestra experiencia previa con socios que representan a la industria en otros países, ha habido muy pocas adaptaciones.
En el mes de octubre, durante la entrega de los premios Princesa de Asturias, tuve la oportunidad de conocer y conversar con Dame Ellen MacArthur, presidenta de la Fundación Ellen MacArthur, galardonada con el premio Princesa de Asturias a la Cooperación Internacional. Lógicamente hablamos sobre economía circular. ¿Tu modelo de Fashion Week está enfocado a ser circular? ¿O necesitas un paso más para ello?
Por supuesto que tenemos un enfoque hacia la circularidad. Eso es seguro. En nuestro Plan de Acción de Sostenibilidad 2020-2022, establecimos el objetivo de reducir el consumo de recursos y la generación de desechos, con el fin último de convertirnos en una semana de la moda sin desperdicios para 2022.
Prohibimos todos los materiales de un solo uso en cualquier etapa de los desfiles en general y de cada evento en particular. Y aseguramos el reciclaje de todos los materiales utilizados para los desfiles y el evento global.
Además, nuestros estándares mínimos establecen diferentes acciones para que las marcas aceleren en su viaje hacia la circularidad. Estas abarcan desde varias actuaciones que pueden estar más al alcance de la mano, como encontrar una segunda vida para sus prototipos y usar solo envases reciclados, hasta opciones comerciales más estratégicas, como ofrecer servicios de reventa, alquiler y uso compartido a sus clientes.
Aumentar la longevidad de la ropa es realmente lo más esencial para nuestra industria en lo que respecta a la circularidad, mientras que las plataformas de reventa y otros servicios similares que están entrando lentamente en la escena de la moda requieren un cambio de mentalidad tanto en la industria como en el consumidor. Por lo tanto, CPHFW tiene como objetivo impulsar a la industria hacia esa dirección con el marco de requisitos de sostenibilidad y participando en debates y asociaciones.
¡Amén!
Requisitos mínimos de sostenibilidad exigidos por la Semana de la Moda de Copenhague
Los dieciocho requisitos responden a seis áreas estratégicas que afectan a toda la cadena de valor de la moda. Las marcas que deseen participar en CPHFW deben cumplirlos.
Estrategia
1- Incorporación de la sostenibilidad y los estándares internacionales en materia de derechos humanos.
2- Inclusión de la diversidad y la igualdad en el enfoque de gestión empresarial y compromiso activo de contemplar estos aspectos en la contratación de personal, especialmente cuando se trate de puestos directivos.
3- Compromiso de no destruir los invendidos de colecciones anteriores.
Diseño
4- Diseños que trabajen para mejorar la calidad y el valor de los productos e información a sus clientes sobre el valor de la longevidad de las prendas.
5- Asegurar una segunda vida para los prototipos que se muestran en los desfiles y eventos.
Materiales y tejidos
6- Al menos el cincuenta por ciento de la colección debe tener certificación de estar realizada con materiales que no dañan al medio ambiente, sostenibles de nueva generación o reciclados, o procedentes de prendas invendidas.
7- Utilizar una lista de tejidos que no dañan el medio ambiente.
8- Utilizar una lista de sustancias restringidas, siguiendo los requisitos de la Directiva REACH de la UE y garantizar el cumplimiento de los mismos por parte de sus proveedores.
9- No utilizar pieles en las colecciones.
Condiciones de trabajo
10- Compromiso de ejercer las investigaciones necesarias en toda la cadena de suministro de acuerdo con las pautas y estándares internacionales, trabajando con sus proveedores para garantizar, por ejemplo, un empleo elegido libremente, un empleo seguro o la ausencia de trabajo infantil.
11- Compromiso de trabajar en un ambiente de trabajo seguro, saludable y respetuoso para todos sus empleados, libre de acoso y discriminación y donde todos disfruten de las mismas oportunidades independientemente de su género, etnia, edad, orientación política/religiosa/sexual, apariencia física y capacidad.
Consumo
12- Contar con personal de servicio al cliente en la tienda física y on line, bien informado sobre la estrategia de sostenibilidad de la empresa.
13- Educación e información a los clientes sobre sus prácticas de sostenibilidad en múltiples plataformas.
Desfiles
14- No utilización de envases de plástico de un solo uso en la tienda o para pedidos on line, ofreciendo alternativas reciclables, recicladas o reutilizables.
15- Diseño de escenarios y producción de desfile con cero desperdicio.
16- No utilización de envases de plástico de un solo uso en backstage durante la semana de la moda, con alternativas reciclables, recicladas o reutilizables.
17- Compensación o eliminación de la huella de carbono del desfile.
18- Haber firmado la Carta Ética de la Moda Danesa y consideración de la diversidad y la inclusión en el casting de modelos.