La segunda jornada de la Semana de la Moda de París, que se celebra hasta el próximo 3 de octubre, fue marcada por uno de los desfiles más esperados de la edición: el de María Grazia Chiuri para Dior. La directora creativa de la maison presentó su propuesta para la primavera/verano 2024 en las Tuileries, con el objetivo de seguir explorando los vínculos "plurales, cautivadores, entre la feminidad y el feminismo".
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El desfile arrancó con un mensaje claro y contundente, proyectado en el conjunto del recinto: "Not Her". Parte de la videoinstalación creada a partir de una serie de collages fotográficos de la artista italiana Elena Bellantoni, fue el primer mensaje de una larga lista como "No solo soy una madre, una esposa y una hija, soy una mujer", ilustrados con imágenes de inspiración vintage.
En total, la obra de la artista incluyó más de 300 imágenes de publicidad sexistas, que pretendían plasmar diferentes conceptos: desde el estereotipo de 'ama de casa perfecta' hasta anuncios de los años 60 que mostraban a mujeres subordinadas a la 'mirada' de la cámara, retratándolos de arriba a abajo o la 'muñeca' que constituye casi un elemento decorativo. Todas figuras de 'mujeres-objeto', de ayer y de hoy.
Elena Bellantoni decidió, en este sentido, ponerse en la piel de un 'anunciante sexista', creando 24 nuevos anuncios que recorren la estética y las representaciones desde los años 40 hasta la actualidad. La artista elaboró un decorado para cada plano, sumergiéndose en las situaciones y cuerpos de otras mujeres.
"NOT HER es una narrativa verbal y visual que se desarrolla y toma forma en la paradoja, intrusión, sobreabundancia y acumulación de imágenes y frases con las que estamos constantemente bombardeados", subraya la casa.
No dejó de recordar el desfile otoño/invierno 2020/2021 de la casa. Colgaban entonces mensajes como "Consentimiento", "Todas las mujeres son clitorianas" o "El amor de las mujeres es un trabajo no remunerado", en letreros gigantes.
Este primer eslogan, proyectado sobre una base luminosa de rayas moradas y amarillas, que como indicó la casa "no es un marshmallow, sino una forma de reivindicar lo que está bien y lo que está mal", enmarcó una colección feminista y homenaje a la mujer.
En esta ocasión, la directora creativa se asoció a la antropóloga Michela Zucca, autora de Donne Delinquenti, quien analiza la evolución de la etimología para definir a las mujeres sabias y de espíritu rebelde. Tal y como lo explicaba en el vídeo previo al desfile, la creación de esta línea se presentó como una reflexión de figuras como la de la bruja, curandera, rebelde y poderosa. Este nuevo desfile hace por lo tanto eco a la trayectoria de María Grazia Chiuri quien siempre se esmeró en celebrar la igualdad y el poder femenino, a través de diseños míticos como la camiseta "Todos deberíamos ser feministas".
A nivel estético, cabe resaltar la paleta cromática de la colección, reducida casi de forma exclusiva al blanco y negro. Solo destacan algunos estampados y destellos de beige y marrón, en diseños destinados a abrazar naturalmente el cuerpo.
Cómodos, sofisticados y elegantes a la vez, siguiendo la senda de la propuesta de la directora creativa, la colección incluye una reinvención de la camisa, con un escote asimétrico, una gabardina clásica, vestidos con transparencias y de corte midi, pero también llamativos culottes con medias, asentando la tendencia del no pants. En 2024, la mujer Dior seguirá pisando "en plano", con bailarinas clásicas, multitiras y de inspiración romana, apostando por una ya indispensable comodidad.
La colección da protagonismo a los patrones de diseño tan preciados de María Grazia Chiuri. Entre ellos, los vestidos de vuelo y de silueta triangular, las americanas con hombreras marcadas y los pantalones anchos, a medio camino entre el culotte y el palazzo. En cuanto a complementos, la propuesta primavera/verano marca el gran regreso de los chokers, estos collares a ras del cuello que triunfaron en décadas como la de los 90, y del Tote Bag, en diferentes dimensiones y estampados.
Feminismo y sofisticación vuelven a marcar el rumbo de una colección aparentemente clásica que, sin embargo, lanza un mensaje tan poderoso como necesario y recuerda el poder de la moda como medio de reinvidicación.