Del 25 de septiembre al 3 de octubre, París se vuelve a convertir en el gran escenario de moda del mundo. En estos días, la Fashion Week de la capital francesa da paso a las colecciones primavera/verano 2024 de nombres tan potentes como los de Saint Laurent, Courrèges o Balmain. El día 26, María Grazia Chiuri nos volvió a cautivar con una propuesta comprometida para Dior.
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La tercera jornada de la Semana contó con las destacables presentaciones de Marni, Acne Studios y Balmain pero también de Dries Van Noten, que presentó una colección basada en la idea de: "Lo familiar, desconocido".
El diseñador propuso una colección destinada a "desarrollar una conversación continua, explorando la tensión de ideas contrastadas que se unen para crear algo espontáneo y libre", en la que los códigos deportivos se aplican de forma inusual. "Las rayas de rugby se repiten en vestidos asimétricos, bufandas de tenis como tops de punto o retrabajadas como faldas". Destacan "cuadros racer gráficos, blazers club en contraste con ribetes de grosgrain", según explica la firma.
La casa apostó por "una expresión femenina del traje masculino: la camisa -elemento básico de la sastrería- transformada en nuevas formas" pero también "chaquetas de esmoquin y trajes de doble botonadura drapeados y oversized. Las gabardinas se alargan y se aplican a faldas y vestidos. La estructura de formalidad junto a la sencillez de un vestido informal. Algunas chaquetas son abreviadas, con proporciones reducidas o explosivas en la forma y una cintura acentuada".
También vislumbramos "hombros Pagoda, rigurosos en su precisión" y tejidos auténticos como el denim lavado, adaptado en chaquetas para la noche o en abrigos elegantes. Destaca cierta "simplicidad en los estampados, reducidos a sus formas más simples: bicolor, motivos gráficos". Por su parte, "las joyas se derraman en racimos fracturados".
La amplitud de esta propuesta estilística fue especialmente marcada por su apuesta de calzado y complementos. Dries Van Noten volvió a dar protagonismo a uno que ya se abrió camino en las calles de las capitales de la moda: el calcetín.
Estampado, alto y vistoso, supera su función utilitaria al convertirse en un accesorio de estilo, destinado a ser visto y admirado. Y no solo con deportivas o mocasines, el calcetín se suma a todo tipo de calzado: del salón femenino, reelaborado con exageradas puntas, cordones deportivos y tacones curvos hasta sandalias de un solo dedo o incluso salones, consiguiendo el perfecto equilibrio entre el estilo preppy y sofisticado.
El resurgir del calcetín
Esta aparición estelar en las pasarelas no hace más que confirmar una tendencia que lleva temporadas triunfando. El calcetín ya no se esconde. Volvió en parte debido a la reaparición de la estética de los paninari, precursores de la moda tomada del estilo preppy americano pero adaptándolo a su estilo italiano-
"Enseñar los calcetines era un imprescindible en su cultura, adaptada del estilo preppy americano que hemos visto este año en las minifaldas de tablas, las bomber o los cárdigan. De igual manera, los mocasines del estilo preppy recuerdan también al paninari aunque, eso sí, los calcetines se sustituyen por modelos principalmente en color blanco.
Una tendencia que las celebrities e influencers han recuperado y el street style no se ha hecho esperar. Los mocasines vuelven a llevarse este año y parece ser que la primavera será su gran momento para llevarlos en todas sus formas pero eso sí, con calcetines", aclaran los expertos de Vidorreta.