Símbolo absoluto de la naturaleza, la flor ha inspirado la moda desde su origen. Misteriosa, bella e inspiradora, en todas sus variantes, sigue siendo un motivo recurrente en las colecciones de numerosos diseñadores.
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"Las flores poseen una belleza y una fuerza innegable. Son un elemento esencial de la naturaleza, con un poder inigualable, aportan belleza y nos ofrecen formas geométricas reconocibles. Su presencia en la vestimenta se remonta a tiempos inmemoriales. No hay que olvidar que las flores se usaron históricamente en su forma natural para adornar el pelo, los vestidos y, muy especialmente, los sombreros.
La evolución de la tecnología textil ha permitido que las flores se integren en los tejidos de la moda. Desde la invención de hilos y husos, hasta las técnicas como el bordado, el brocado y los encajes, las flores han sido un motivo universal en la industria textil. En la actualidad, gracias a avances como la impresión 3D y otras técnicas de modelado, las flores pueden incorporarse de manera espectacular en la pasarela, como vimos en el desfile de Primavera-Verano 2023 de LOEWE", nos recuerda María de los Llanos Domínguez, Directora del Grado en Gestión y Comunicación de la Moda de UDIT, Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología.
Pero, "no hay un mensaje único, ya que depende de cómo se utilicen las flores. Pueden aportar romanticismo, como lo hace Valentino, o llevarnos al surrealismo, como en las creaciones de Viktor&Rolf. Incluso podemos encontrar una conexión con el naturalismo, como vemos en las obras de Gucci bajo la dirección creativa de Alessandro Michele. A lo largo de la historia de la moda, han transmitido una diversidad de mensajes, pero siempre se ha mantenido una conexión muy íntima con la feminidad clásica", añade la experta.
"Todas las flores tienen un poder innato gracias a sus colores y formas atractivas; sin embargo, lo que hace que la camelia de Chanel y el muguet de Dior sean tan poderosos en el mundo de la moda es que estas marcas han conseguido convertir esas flores en los grandes emblemas de su identidad, que está intrínsecamente relacionada con el lujo", subraya la docente. Recordamos el significado de algunas de las flores favoritas del mundo de la moda.
La camelia de CHANEL
CHANEL explicó en un vídeo, en el que habla en primera persona la flor, su importancia en el diseño de la casa. Cuando tenía 13 años, la joven Coco quedó impactada por la intepretación de Sarah Bernhardt en La dama de las camelias. En aquel entonces, la flor era un atuendo esencialmente masculino: figuras tan ilustres como el autor Marcel Proust y otros dandys la llevaban como símbolo de "refinamiento, unidad y ambiguedad" en la solapa de sus chaquetas.
Coco Chanel, inspirada por la moda masculina desde sus inicios, decidió 'apropiarse' la flor. De hecho, en una de sus visitas a la playa de Étretat, la diseñadora lució una a la altura de su cintura.
La camelia cuenta con un indudable aura enigmática: es una flor que tiene la delicadeza de no desprender ninguna fragancia, dejando la libertad a cada mujer de elegir la suya. Florece en invierno, adelantándose una estación, y nunca pierde sus hojas, haciéndola irresistible a cualquier edad. En este sentido, se mimetiza con la diseñadora: moderna, vanguardista, delicada pero también contundente. Al igual que Coco Chanel, la camelia es sencillamente inolvidable.
En 1923, la diseñadora la incorporó por primera vez en un diseño de gasa. Desde entonces, aparece cada temporada en diferentes versiones: bordada, estampada, en relieve... y en diferentes tejidos como la organza o la seda. Sus pétalos, unidos, forman la doble C icónica de la casa.
El muguet de Dior
Los amuletos marcaron de forma indudable la trayectoria de la casa Dior. Monsieur Christian Dior incorporó numerosos símbolos en sus diseños, como la estrella, emblema de la Bonne Étoile, o el número 8. Pero también una flor, tan sorprendente como sutil: el muguet.
El diseñador, fascinado por el poder de esta pequeña flor blanca que también le recordaban el campo de su infancia, decidió dedicarle una colección entera en 1954. Cada 1 de mayo, Día del Trabajador, tenía por costumbre regalar a sus petites mains y clientes un ramillete.
La flor se incorporó naturalmente en el mundo olfativo de Dior. En 1955, el famoso perfumista Edmond Roudnitska creó el que se convertiría en uno de los perfumes insignia de la casa: Diorissimo. Como respuesta al ímpetu del diseñador de diferenciarse de los perfumes dulces que triunfaban en aquella época, el perfume con base de muget se presentó como un homenaje al estilo del diseñador: elegante, sofisticada y espléndida a la vez.
La flor de Lys de Louis Vuitton
El histórico canvas Monogram Louis Vuitton, fue creado por George Vuitton en 1896 para rendir homenaje a su padre, Louis Vuitton, "inspirándose en la heráldica de esta flor y el cuadrifolio porque eran signos de nobleza y distinción", recuerda la experta. El diseño se inspira en los azulejos de la localidad francesa de Gien.
El vínculo de la flor con el mundo de la moda no es reciente: "la flor de Lys fue signo de las casas reales francesa e inglesa. Figuras como María Antonieta o la Reina Victoria fueron iconos en su tiempo gracias al uso de flores en su forma natural, bordados o encajes, algo que estaba reservado para la nobleza y la aristocracia. Aunque inicialmente estaban únicamente al alcance de las clases altas, a medida que las tecnologías textiles avanzaron, los colores y las flores se volvieron más accesibles", añade la docente.
Un uso extendido
"En la actualidad, la flor se ha convertido en un símbolo atemporal que no se limita al lujo. Puedes encontrar diseños y decoraciones florales en tiendas que van desde Primark y Zara hasta Valentino, lo que demuestra que son accesibles para todos", explica la experta.
En definitiva, "el poder de las flores no sólo se encuentra en sus formas, sino que sus propiedades y estructura han inspirado generación tras generación. La biomímesis, un proceso de diseño que consiste en estudiar la naturaleza, entenderla y proponer soluciones innovadoras a problemas humanos imitando los sistemas y diseños propiamente biológicos.
Por ejemplo, se han creado tejidos con altas propiedades antisépticas y autolimpiantes inspirándose en la estructura externa de las hojas de las flores de loto, considerandas altamente hidrofílicas", concluye la experta, quien reflexionó acerca de la temática con Laura Saldaña, Profesora de Tecnología Textil en el Grado en Diseño de Moda de UDIT, Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología.