Del 15 al 20 de febrero, Londres volvió a convertirse en el foco de atención del mundo de la moda. La capital británica acogió su mítica semana, siguiendo el calendario internacional. Precedida por Nueva York y seguida por Milán, suele destacar por sus apuestas innovadoras y su fuerte compromiso con la sostenibilidad.
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Esta edición tuvo un sabor especial: la Semana cumplió su 40 aniversario de existencia. El nacimiento de la Semana de la Moda de Londres, tal y como la conocemos hoy, coincidió con la creación del Fashion Council (BFC) en 1983. El British Designer Show fue el primer ejemplo de evento de moda femenina con un enfoque claro.
"La Semana de la Moda de Londres siempre ha sido conocida por su talento creativo y por visitar lugares desconocidos y recónditos a los que los diseñadores han dado vida en Londres durante los últimos 40 años. Cada desfile tiene un punto de vista y cada diseñador utiliza este momento para dar vida a su visión: la ropa, la artesanía, los modelos, la música, el lugar, todos desempeñan un papel en esto. Constantemente suben el listón y traspasan los límites, desafiando el statu quo y eso nos impulsa a hacer más", destaca la organización.
En los últimos años, no solo desfilaron los diseñadores asentados, empezaron a participar talentos emergentes, con el objetivo de visibilizar la moda británica en su conjunto. Temperley London, Bora Aksun y Richard Quinn fueron algunos de los diseñadores que presentaron sus propuestas en esta edición. Repasamos las tendencias que nos dejaron en las pasarelas.