Cada verano las playas y piscinas se llenan de bañistas dispuestos a refrescarse y pasar un buen rato. Cuando ese momento llega, las mujeres tienen la libertad de vestir como quieran y cuentan con una gran variedad de opciones para elegir: bañadores, bikinis con escote tipo bandeau, de triángulo, deportivos... Sin embargo, esta prenda que ahora forma parte de nuestras vidas no tiene ni cien años de vida.
A lo largo de la historia, los trajes de baño femeninos han evolucionado, al igual que otras vestimentas, adaptándose así a los cambios sociales y culturales. Pero el bikini moderno no es el único atuendo "joven". La realidad es que los trajes de baño no aparecieron hasta finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Antes que nada, es necesario apuntar que en la villa romana de Casale, en Sicilia, destaca un mosaico de hace 1.800 años que muestra a 10 mujeres vestidas con un traje de dos piezas muy similar a los bikinis actuales y practicando distintos juegos. No se percibe claramente si se están dando un baño, pero es una representación importante para la historia de los trajes de baño femeninos.
Inicios s. XVIII-XIX
No obstante, la llegada de los trajes de baño y su evolución hasta lo que conocemos hoy comienza en el siglo XVIII gracias al rey Jorge III de Inglaterra y su afición a bañarse en el mar. En cambio, se dice que el primer baño oficial de una mujer no se dio hasta 1822. Según este dato, María Carolina de Nápoles y Sicilia, duquesa de Berry y nuera del rey Carlos X, habría sido la primera mujer en darse un chapuzón como acto de simple diversión y entretenimiento.
A lo largo del siglo XIX se fue popularizando el baño, pero en un principio se hacía con ropa normal. Ya en 1860 se creó por primera vez una prenda destinada únicamente para usarse en estos momentos que consistía en llevar pantalones largos, medias y camisola. Además, en esta época las mujeres no podían bañarse en la misma zona que los hombres y debían entrar al agua metidas dentro de unos carros para evitar se vistas por los varones.
Los "medidores" del bañador
A principios del siglo XX los trajes de baño comienzan a ajustarse más al cuerpo de la mujer. En estos años el concepto de "darse un baño" se empieza a relacionar también con hacer ejercicio, nadar. Por esa razón es necesario que se ciñan más al cuerpo y sean más cómodos, aunque los materiales continuaban siendo bastante pesados, ya que se empleaba lana o, con el paso de los años, algodón.
En este sentido destaca la nadadora profesional australiana Annette Kellerman, que fue una de las precursoras en el uso del traje de baño de una sola pieza, en lugar de los pantalones que hasta entonces estaban permitidos.
A partir de 1910 cada vez más mujeres se deshicieron de las medias para poder nadar y comenzaron a usar los bañadores de una sola pieza. Esto provocó un escándalo entre las autoridades, que lo consideraban un atentado a la moral. Es por ello que en 1920 aparecen "los medidores", que se encargaban de asegurar que el largo de los bañadores (tanto si eran como una falda, como si eran de pantalón) era el adecuado. La regla estándar era que no se podía enseñar más de 15 cm de muslo.
Hollywood y el traje de dos piezas
Al mismo tiempo que continuaban con su trabajo los 'medidores de bañadores', en los años 20 y 30 las grandes actrices de Hollywood cambian por completo el panorama al utilizar trajes de dos piezas. Durante estos años las clases pudientes dejan atrás la idea de que el bronceado es algo de clases bajas, por lo que se crean prendas con las que se pueda mostrar más cuerpo para tomar el sol, pero sin ser demasiado provocativo.
De esta manera se empezó a mostrar parte del abdomen y se amplió el escote, aunque todavía no era algo generalizado entre las mujeres debido a la gran cantidad de piel que se mostraba.
1946: llega el bikini moderno
El diseño que más se parece al bikini moderno llegó en 1946 de la mano de Louis Réard. El ingeniero francés no encontraba ninguna modelo para presentar su diseño, completamente transgresor, y por ello tuvo que contratar a una estríper para que desfilara con él puesto.
Ella era Micheline Bernardini. Se dice que el nombre de 'bikini' viene de que, al ver la prenda, Bernardini le dijo a Réard: "Su bañador va a ser más explosivo que la bomba de Bikini", en referencia a las pruebas nucleares que se estaban realizando en el atolón de Bikini, en las islas Marshall.
A mediados de siglo, concretamente en 1960, se descubren nuevos materiales y la lycra se convierte en un elemento fundamental de los bañadores. A partir de aquí los bikinis y bañadores de mujer no han cambiado en exceso, aunque a lo largo de los años muchas mujeres han optado por mostrar más piel.
Del topless al burkini
En este sentido, es relevante el surgimiento del topless y el tanga. El topless, apareció a raíz del "monokini": un bañador negro sostenido por dos tirantes que dejaba al descubierto los pechos de la mujer. Fue diseñado en 1964 por el estilista californiano, Rudi Gernreich. Por otro lado el tanga llegó unos años más tarde, en los 70, gracias al italiano Carlo Ficcardi, que inventó esta pieza en Brasil.
Desde entonces, poco ha variado en la ropa femenina de baño. Cada mujer elige la prenda que más se ajusta a sus gustos y más cómoda le parece. El mayor cambio que se ha producido en estos años fue a principios de los 2000, cuando apareció otra modalidad de traje destinado a las mujeres que no pueden o no quieren mostrar su cuerpo por razones religiosas: el burkini, una prenda que sin duda todavía genera polémica.