La segunda mitad del siglo XIX británico estuvo envuelto en una ola política y social encabezada por las mujeres. Las sufragistas y las llamadas suffragettes exigían al gobierno algo tan sencillo como el derecho al voto. Esta concesión, sin embargo no llegaría hasta el año 1918.
En este ambiente tenso creció Katherina Maria Schafer, conocida popularmente como Kitty Marion, quien se había mudado desde Alemania a la capital inglesa. Trabajó como actriz en diferentes salones de música y descubrió como la mayoría de sus compañeros de trabajo acosaban a las demás actrices. Marion veía cada día insinuaciones por parte los hombres que trabajaban con ella -llegaron a pedirle favores sexuales- mientras la política hacía caso omiso de los movimientos sufragistas de entonces y de cualquier reivindicación de igualdad.
Un joven Winston Churchill llegó a declarar que las mujeres que se casaban y tenían hijos ya contaban con la "adecuada representación" de sus respectivos maridos. "Si da usted el voto a las mujeres, se verá en último término obligado a permitir que también ocupen escaños en el parlamento", con lo cual sería inevitable que el poder acabara pasando "íntegramente a sus manos", llego a decir.
En este sentido, la actriz optó por unirse a la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU). Esta organización defendía el uso de la violencia como arma tras la hostilidad recibida durante años por las autoridades. La radical Emmeline Pankhurst controlaba la membresía y las acciones que tomaban, las cuales solían incluir huelgas de hambre y ataques a iglesias o edificios desocupados.
"Pankhurst propuso como medio más eficaz de defensa personal el jiu-jitsu, el arte marcial incluido en la formación de los agentes de policía", se narra en El libro del feminismo (Akal), todo un manual lleno de informaciones, ilustraciones y esquemas de la historia del feminismo.
De esta manera, Marion participó en todo tipo de choques con la policía. Decenas de feministas eran detenidas todos los días, mientras los incendios eran cada vez más asiduos en estaciones ferroviarias, oficinas de correos e iglesias británicas. Asimismo, la joven actriz entendía que para realizar cambios políticos, quienes ejercían el arte de la política debían verse afectados personalmente.
Finalmente, también Kitty Marion cayó en manos de la policía. "Fue detenida en varias ocasiones por romper ventanas y prender fuego a las casas de los parlamentarios contrarios al sufragio femenino, entre ellas la que se estaba construyendo David Lloyd George -quien entre 1916 y 1922 fuera primer ministro-, por entonces Canciller de la Hacienda", explica el libro.
Se mudó a EEUU
A finales de la Primera Guerra Mundial las mujeres al fin lograron el derecho al voto, tras años de lucha y esfuerzo por sustituir a los hombres que combatían en el frente en sus puestos de trabajo.
Marion abandonó Inglaterra y emigró a los Estados Unidos, donde trabajó junto a la enfermera Margaret Sanger en la publicación de la revista Birth Control Review. Vendía copias de la revista, la cual defendía el control de la natalidad, en Times Square, mientras recibía todo tipo de insultos vejaciones -incluido abusos físicos y acoso policial-.
A lo largo de su vida, por mucho que cambiara de domicilio y se mudara a un país diferente, siempre sufrió el machismo que trataba de erradicar. Murió en 1944, en el Hogar de Ancianos Sanger (Nueva York).