Emily Greene Balch, la mujer premio Nobel que defendió la paz en las dos Guerras Mundiales
Balch recibió el Nobel de la Paz (1946) por su rol pacifista en la I Guerra Mundial y cofundar la Liga Internacional de Mujeres para la Paz y la Libertad.
1 febrero, 2022 02:11Noticias relacionadas
Emily Greene Balch fue una líder pacifista internacional, reformadora social y profesora que dedicó su vida a trabajar contra la guerra. Encabezó el movimiento de mujeres por la paz que creció a mitad del siglo XX, cofundó la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (WILPF, 1915) y recibió el Premio Nobel de la Paz (1946).
Nació el 8 de enero de 1867 en Boston, en una familia acomodada. Su padre, Francis V. fue un importante abogado y su madre, Ellen (Noyer) Balch, fue maestra. Ellen Balch falleció siendo Emily G.Balch muy joven. Gracias al apoyo de su padre
Se graduó en Bryn Mawr College (1889) y estudió Sociología y Economía. Pasó 1990 cursando un estudio independiente de Sociología, usó una beca europea para estudiar Economía en París (1890-1891) con Émile Levasseur y para escribir Public Assistance of the Poor (Asistencia Pública a los Pobres) en Francia (1893). Completó sus estudios formales con cursos independientes en Harvard y la Universidad de Chicago, además pasó un año completo trabajando en el área de Economía en Berlín (1895-1896).
Durante 20 años fue profesora en la Universidad de Wellesley, Emily G. Balch buscó inspirar a sus alumnas para que reflexionaran y lucharan por la mejora de sus condiciones. Durante esta época fue miembro de la junta municipal sobre niños y sobre planificación urbanística y dos comisiones estatales, una sobre educación industrial y la otra sobre inmigración.
Participó en los movimientos por el sufragio femenino, justicia racial, control del trabajo infantil, y mejora de las laborales; contribuyó al conocimiento con su investigación ‘Our Slavic Felow-Citizens’ (Nuestros compatriotas esclavos, 1910), un estudio sobre la concentración de esclavos americanos y sobre áreas de austria y hungría y de dónde emigraron.
I Guerra Mundial
Balch siempre estuvo preocupada por la paz y siguió concienciadamente el trabajo de las dos Conferencias de Paz (1899 y 1907) en la Haya.
La I Guerra Mundial (1914-1918) supuso un punto de inflexión en su carrera, que a partir de ese momento se focalizó en la necesidad de conseguir y mantener la paz. Se convirtió entonces en una figura referente en oposición a la guerra y al militarismo.
Tras su participación en el Congreso Internacional de las Mujeres (La Haya, 1915), fundó una organización llamada Women’s International League for Peace and Freedom (WILPF, Liga Internacional de Mujeres por la Paz y Libertad).
Aunque no fue miembro del ‘Peace Ship’ de Henry Ford, si lo fue de su Conferencia Neutral para la Mediación Continua, en Estocolmo (Suecia) para la que redactó un documento titulado Administración Colonial Internacional, proponiendo un sistema de administración no muy diferente del sistema de mandato aceptado más tarde por la Liga de las Naciones.
Cuando volvió a Estados Unidos hizo una campaña activa contra la entrada del país al conflicto armado. Además, pidió una extensión de su permiso de ausencia de la facultad de Wellesley. Sin embargo, en 1918, tras veinte años de docencia rescindieron su contrato.
Aceptó un puesto en la redacción de La Nación, asistió a la segunda edición del Congreso Internacional de Mujeres (Zúrich, 1919) y aceptó su invitación para convertirse en secretaria de la Liga de Mujeres por la Paz y la Libertad, con sede en Ginebra.
"Nunca más las mujeres pueden permitirse creer que no son responsables porque no tienen poder. La opinión pública es poder"
A partir de 1922, estuvo trabajando en la organización de manera voluntaria. Su implicación con la WILPF era tan plena, que cuando recibió el Nobel de la Paz donó parte del dinero a la organización.
Su deseo era que mujeres de diferentes procedencias se unieran en oposición a la guerra y en su apoyo a la igualdad y principios generales de justicia, desarrollando una nueva identidad humana como ciudadanas del mundo.
Afirmaba que las mujeres son, de algún modo, cómplices de la guerra y deben pararla y trabajar por la paz: “Nunca más las mujeres pueden permitirse creer que no son responsables porque no tienen poder. La opinión pública es poder.”
II Guerra Mundial
Durante el periodo de entreguerras, Balch puso su talento a disposición del Gobierno, las organizaciones internacionales y varios tipos de comisiones.
Su deseo de superar los problemas socioeconómicos a nivel supranacional la llevó a apoyar la Liga de las Naciones y la creación de Naciones Unidas. Trató de promover la cooperación internacional a través de alianzas globales. Además, tenía una capacidad especial para la diplomacia. Ahora bien, creía en las alianzas siempre respetando la diversidad.
La II Guerra Mundial supuso un reto a su postura completamente pacifista. El nazismo le hizo cuestionar la relación entre paz y justicia y en los años 30 trabajó para ayudar a las víctimas del régimen.
Durante este periodo (1939-1945) se concentró en proporcionar ideas para la paz, la mayoría de ellas caracterizadas por el internacionalismo.
Premio Nobel de la Paz
En 1946 recibió el Premio Nobel de la Paz junto a John Raleigh Mott por su labor en la I Guerra Mundial, cuando ayudó a fundar la Liga Internacional de Mujeres para la Paz y la Libertad e hizo campaña contra la entrada de Estados Unidos en el conflicto armado.
Después de recibir el Premio Novel de la Paz, a los 79 años, Balch siguió participando por la causa a la que había entregado su vida.
También mantuvo su vinculación con WILPF, actuando a menudo en calidad de miembro honorario. En 1959 fue copresidenta de un comité para conmemorar el centenario del nacimiento de Jane Addams, una compañera de antaño que también ganó el Nobel unos años atrás (1931).
A pesar de haber vivido una vida de manera poco pública, Emily Greene Balch fue una de las mujeres más importantes e inspiradoras del siglo XX. Ella creía en la posibilidad de un mundo mejor, un mundo pacífico y trabajó incesante y desinteresadamente para conseguir esa meta.