Carmen de Burgos, la primera periodista en España: convivió entre soldados y defendió el divorcio cuando era tabú
- Viajó por toda Europa y habló de temas como la igualdad, el divorcio o el sufragio universal desde un punto de vista revolucionario en pleno siglo XX.
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Podría haber sido nuestra Simone de Beauvoir, la Virginia Woolf española, o la gran sucesora de Emilia Pardo Bazán a los ojos del mundo. Escribió más de 10.000 textos, según sus biógrafas; viajó por Europa en plena I Guerra Mundial, bailó sobre todas y cada una de las leyes que dictaban algún tipo de desigualdad, y fue una de las mujeres más revolucionarias del siglo XX.
Nos referimos a Carmen de Burgos, aunque probablemente no sepas quién es porque la Dictadura Franquista la guardó en el desván de la historia y censuró toda su obra, prohibiendo a las imprentas publicar sus cientos de novelas, ensayos, artículos de prensa y cuentos.
Carmen de Burgos nació en 1867 en Rodalquilar, Almería. Fue la primogénita de diez hermanos, se casó con un hombre que su familia no aceptó, perdió a tres de sus cuatro hijos y siempre luchó por ejercer su vocación: el periodismo. Lo logró en 1903, con 30 años de edad, aunque tuvo que firmar bajo un nombre falso para ocultar que era una mujer, como tantas otras. Ahora, hemos recuperado su vida y obra, y cada vez son más las voces que reconocen su importante legado.
Pionera en el periodismo
Gracias a su paso por Diario Universal, fue la primera mujer contratada como periodista profesional en España, donde tenía un espacio propio titulado Lecturas para la mujer. La igualdad, el sufragio universal, o el divorcio fueron algunos de los temas que trataba en ellas, y lo hacía desde un punto de vista bastante transgresor para su época. Además, consiguió una columna propia en el periódico El Globo, a la que tituló Notas femeninas.
Esto provocó que tuviera que firmar sus artículos bajo el pseudónimo Colombine, un nombre francés que le sugirió el propio editor para que sus lectores no supieran que era una mujer, y también para preservar su propia seguridad.
Además, Carmen de Burgos hizo de corresponsal de guerra, conviviendo con los propios soldados cuando fue enviada, por ejemplo, al desastre del Barranco del Lobo en 1909, en el Rift. Después, viajó por todo el continente europeo en plena guerra, y escribió algunas de sus crónicas más influyentes desde Alemania.
Por las causas perdidas
Además de sus artículos, crónicas y reportajes, Carmen de Burgos escribió diversas novelas y ensayos que también fueron censurados por la Dictadura, ya que en todos ellos refleja una gran preocupación por los problemas sociales de la época, además de luchar siempre en aras del progreso. Ejemplo de ello es su libro La mujer moderna y sus derechos, que apareció en el año 1927 en la editorial Sempere de Valencia.
Además de ser periodista, Carmen era profesora, por lo que siempre luchó por la igualdad de las mujeres en las universidades, e introdujo las líneas más innovadoras en la educación y pedagogía. También defendió la abolición de la pena de muerte, las malas condiciones de las cárceles españolas y denunció la pésima situación laboral de los obreros.
Sin embargo, su mayor aportación es en el ámbito del feminismo, pues fue una gran luchadora por los derechos de las mujeres y por la consecución de la igualdad. Tanto es así, que llegó a fundar y presidir algunas organizaciones feministas de la época. De hecho, presidió la Cruzada de Mujeres Españolas y la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas. Entre sus alegatos feministas, defendió el divorcio, el sufragio universal, o luchó por suprimir algunas leyes sexistas de la época.
Un final agridulce
Algunas de estas ideas se hicieron realidad con la II República, aunque no vivió para verlas: Carmen de Burgos murió en 1932, por una enfermedad cardiaca, un año antes de que las primeras mujeres españolas pudieran votar por primera vez en las elecciones de 1933.
La Dictadura Franquista condenó a sus obras al olvido tras escribirlas en la lista negra de la historia, censurando sus escritos y provocando que nunca se llegara a reconocer su trayectoria. Por ello, su obra dejó de editarse y publicarse.
Durante las últimas décadas, se han recuperado sus escritos y se ha devuelto el prestigio a su figura, señalándola como una de las mejores escritoras del siglo XX y mujeres más influyentes españolas. Ahora, se pueden disfrutar diferentes exposiciones, biografías, homenajes y lecturas suyas.