Melpo Axioti, la escritora griega de la clandestinidad a la que Picasso y Neruda acogieron en el exilio francés
- Fue una de las pioneras del surrealismo griego. Debido a la persecución del comunismo en la guerra civil de Grecia, pasó gran parte de su vida en el exilio.
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[Para ella todo es nuevo: la arquitectura de la ciudad, las costumbres de los parisinos, sus ropas, sus comercios... Al ritmo de sus paseos para explorar su desconocido barrio, asaltan su memoria acontecimientos aparentemente aleatorios: Recuerdos que trae un rostro, la maleta de un viandante, su pasado en la Resistencia, la guerra, las ejecuciones o la hambruna ateniense de 1940].
Estas líneas hablan de Lisa, una joven escritora llegada de Grecia tras el final de la Segunda Guerra Mundial pero, en ella, todo recuerda a Melpo Axioti. Parece una radiografía de la que fue vida, expuesta en una de sus últimas novelas, République-Bastille, escrita íntegramente en francés que no será publicada hasta ya después de su muerte.
Pero Melpo Axioti no se trata solo de otro nombre escrito en la lista de literatas de la Grecia del siglo XX. Melpo Axioti es mucho más que eso. Fue la pionera en el estilo del surrealismo griego, y su historia se escribe mucho más allá de su manejo de la plumilla. Ferviente defensora de los ideales comunistas y miembro activo del Partido Comunista Griego, participó en la resistencia contra los ocupantes nazis.
Con la persecución de los comunistas durante la Guerra Civil griega y la coalición de derechas que finalmente tomó el poder, fue privada de su nacionalidad y obligada a huir hacia el exilio. Desde que abandonó su tierra natal en 1947, fueron muchos sus destinos, pasando por París, Dresde, Varsovia o Berlín, hasta que, por fin, pudo regresar. Sin embargo, no disfrutó mucho tiempo de su vuelta a casa, pues moriría siete años después.
Conoció a Neruda y Picasso
Hija del músico y compositor Georgios Axiotis, se crio en la isla griega de Mykonos sin madre. De 1918 a 1922 asistió a la escuela de las Ursulinas en la isla de Tinos. Tras un breve matrimonio con su profesor de teología, Vassilis Markaris, se fue a Atenas en 1930, donde pronto debutó con relatos breves en la revista Mykoniatika Chronika. En 1937 publicó su primera novela, Noches pesadas, que recibió en 1939 el primer Premio de la Asociación Femenina de Letras y Artes.
A la vez que avanzaba en su carrera como escritora, sus ideales comunistas se fueron conformando, hasta convertirse finalmente en miembro del Partido Comunista. Durante la ocupación de Grecia por parte del Eje, participó en el trabajo clandestino del Frente de Liberación Nacional. Con la persecución de los comunistas durante la Guerra Civil griega en 1947 se exilió en Francia, donde el Partido le encargó la promoción y difusión de la cultura griega.
Allí conoció a personalidades como Louis Aragon, Pablo Neruda y Pablo Picasso, pero la junta militar griega forzó su expulsión de la ciudad francesa en 1950. Encontró entonces admisión en la República Democrática Alemana (RDA), interrumpida solo por una breve estancia en Varsovia. Mientras enseñaba griego moderno e historia de la literatura griega moderna en la Universidad Humboldt de Berlín, varios de sus libros fueron traducidos y publicados por editoriales de la RDA.
Su novela sobre el siglo XX, Eikostos Aionas (1946), que además fue muy leída, trata de la resistencia intransigente y, por consiguiente, resistente a las pérdidas de las mujeres griegas al fascismo y a la Wehrmacht (fuerzas armadas de la Alemania nazi). Su poemario Kontrabandp (1959) da lugar a una amistad y cooperación con el poeta y político griego Yiannis Ritsos.
En 1964, recibe un permiso oficial de entrada para regresar a su país de origen. Sin embargo, su estancia en su país natal no fue idílica. Allí vive en situación de pobreza y, tras una larga lucha contra varias enfermedades, muere en un hospital en 1973 y es enterrada en el cementerio de Zografou. En 1989, con intención de preservar su recuerdo, el director y guionista Gay Aggeli presentó un documental de 35 minutos titulado La vida y la obra de Melpo Axioti.
Reconocimientos
"Querida Melpo, has escrito sobre nuestro tiempo y sobre tu gente con tanto talento que quienes vivan después de ti comprenderán a la perfección cómo es el mundo de hoy".
Considerada una de las grandes voces de la literatura helena y siendo una de las que mejor expresaron el sufrimiento y, a la vez, la grandeza de la Grecia contemporánea, sigue obteniendo reconocimiento varias décadas después de su muerte.
Estas palabras se las dedicó la escritora y militante de la resistencia alemana Anne Shegers. Pero la novelista no fue la única en dedicarle unas palabras. La psicoanalista, escritora y filósofa griega Sabine Prokhoris, homenajeó a su compatriota con unas líneas en el periódico francés de cabecera Libération, donde escribía regularmente sus llamadas 'crónicas filosóficas'.
"Alguien me regaló este libro. Un gran regalo. Ahora me toca a mí difundir entre el resto de lectores el inmenso placer que produce leerlo".