La historia silenciada de la Segunda Guerra Mundial: el batallón de mujeres negras que salvó al Ejército del caos
- Se estrena una película que narra la gesta del 'Six triple eight', el grupo de soldados afroamericanas que fueron enviadas a Europa en 1945.
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Se han contado muchas cosas sobre el conflicto armado que puso en jaque al mundo entre 1939 y 1945. Películas, series, libros, documentales, homenajes anuales a los caídos… Y, aun así, hay cosas de las que quizá muchos no hayan oído ni siquiera hablar.
Una de ellas, es la desconocida historia protagonizada por el primer batallón formado exclusivamente por mujeres negras en la Segunda Guerra Mundial, que realizó una labor excepcional para los soldados, no exenta de dificultades, por supuesto. Su género y su raza, una vez más, fueron el foco de los problemas.
El 20 de diciembre se estrena en Netflix el filme Seis triple ocho, que recoge este extraordinario relato, dirigido por Tyler Perry y protagonizado por Kerry Washington, en el papel de Charity Adams, junto a otras actrices como Susan Sarandon, Oprah Winfrey, Milauna Jackson y Ebony Obsidian. Ella fue la primera comandante negra en el Cuerpo de Mujeres del Ejército, más conocido por sus siglas en inglés WAC ("Women's Army Corps"), que viajó desde Estados Unidos a Europa para liderar una importante misión.
No se trataba de entrar en combate, sino de algo más administrativo pero fundamental. Había problemas con el correo, los soldados en el frente no recibían las cartas de sus familias y tampoco al contrario, lo que estaba afectando seriamente a su estado anímico y, por tanto, al desarrollo de la guerra.
"Ha resultado una auténtica pesadilla logística. Hasta hemos probado con el WAC", le dice en una escena un mando militar al presidente Roosevelt. En ese momento, Mary McLeod Bethume (Winfrey), activista por los derechos humanos, interviene: "Quiere decir con el cuerpo de mujeres blancas"; a lo que le responden: "¿Es que hay otro?".
Así fue como nació el llamado batallón 6888, compuesto por 885 integrantes. En palabras de la periodista estadounidense Christine Brown Fisher: "El Six Triple Eight fue un experimento para determinar el valor que las mujeres negras traían al ejército".
Y lo demostraron con creces, pues debían encargarse de entregar por toda Europa las más de 17 millones de cartas que se habían ido almacenando durante tres años y que hasta ese momento nadie había conseguido clasificar y entregar. "Sin correo no hay moral", decían para resaltar la importancia del servicio postal en un conflicto durísimo.
Aunque no entraban en combate, sus viajes eran peligrosos, en medio de bombardeos y explosiones. Habían sido entrenadas para arrastrarse bajo troncos, saltar trincheras, marchar con los petates cargados y saber diferenciar las armas más comunes. Mientras la gente de los lugares que visitaban las acogía de buen grado, sus propios compañeros hombres del Ejército, en cambio, las denostaban, por ser mujeres y por ser negras. La segregación racial estaba vigente y sus condiciones en los cuarteles eran de segunda.
Pese a todas las dificultades, cumplieron con su misión en solo tres meses, trabajando 24 horas y organizadas en tres turnos diarios; algo que todos pensaban que era imposible. A su vuelta a Estados Unidos, en diciembre de 1945, Charity Adams fue ascendida a teniente coronel, convirtiéndose en la primera mujer en ostentar este cargo.
Aun así, la contribución de este batallón femenino en la lucha contra los nazis no fue reconocido como debería. Antes de morir, Lena King, una de las supervivientes del Six Triple Eight, hizo estas declaraciones: 'Nunca nos hicieron sentir que lo que habíamos hecho era especial. Jamás protagonizamos un desfile. Acabamos y nos fuimos a casa con nuestras familias'.
En 2021 llegó el ansiado homenaje cuando Joe Biden firmó la ley para concederles la Medalla de Oro del Congreso. Fue un acto muy emotivo, al que asistieron familiares de aquellas valerosas soldados, a quienes muchas compañeras agradecieron su legado.
La vida postejército de Charity
Charity Adams ya forma parte de la historia y lleva el peso de la película de Netflix. Pese a haber llegado a lo más alto, en marzo de 1946, la teniente coronel solicitó ser relevada del servicio activo. Regresó a la Universidad Estatal de Ohio, completó sus estudios en 1946 y comenzó a trabajar con la Administración de Veteranos en Cleveland, como oficial de registro.
En este puesto, revisó las solicitudes de los veteranos de la Segunda Guerra Mundial para obtener fondos educativos y otros beneficios ofrecidos bajo la Ley GI. También desempeñó su labor como decana de servicios de personal estudiantil en Tennessee Agricultural and Industrial State College en Nashville y en el Georgia State College en Savannah.
Se casó en 1949 y se mudó a Zúrich, Suiza, donde su esposo, Stanley A. Earley Jr., estaba formándose para ser médico. Regresó a su tierra en la década de los 50, durante la cual participaría activamente en el trabajo comunitario y cívico. Su principal misión: educar y capacitar a los afroamericanos para que sean líderes en sus comunidades.