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Sandra Figaredo y Rocío Martínez-Núñez son dos mujeres que engrosarán, sin duda, la cifra de personas que han formado parte activa en la guerra contra el Covid-19. No son sanitarias, ni policías, ni cajeras de supermercado. Son dos amigas que junto con otros tres colegas -otra mujer y dos hombres- emprendieron el pasado 13 de marzo una carrera contrarreloj para traer a cuatro hospitales españoles, y desde China, cuatro súper robots capaces de realizar cada uno 2.400 tests PCR al día.
Unas pruebas que vienen a ser casi como un milagro teniendo en cuenta el cuello de botella de la sanidad española a la hora de hacer test masivos a la población en prevención del coronavirus.
La historia y el viaje de estas cuatro máquinas darían para un buen guión cinematográfico desde que surgió la idea en la brillante cabeza de Rocío, profesora en la Facultad de Inmunología y Ciencias Microbianas del Kings College de Londres y cerebro de la operación, hasta que Sandra, consultora senior de Asuntos Públicos en Llorente y Cuenca, se erigió en responsable de orquestar la red de contactos para conseguir los cientos de miles de euros necesarios para comprar, traer e instalar los equipos en tiempo récord (400.000 euros sólo su adquisición, más el transporte y la instalación).
Claro que no quieren olvidarse del investigador Andreu Veà, el director de Innovación en ESADE, Javier Colás, y María Parga, presidenta del Consorcio Alastria (asociación sin ánimo de lucro que fomenta el desarrollo de la economía digital a través del Blockchain) y nexo común entre todos ellos: "María, Javier y yo habíamos hablado de las necesidades urgentes que teníamos en nuestro país por la pandemia y una de las que más nos preocupaba era la del procesamiento de muestras PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa)", aclara Sandra Figaredo en conversación con MagasIN.
En el otro lado del hilo, los esperaba Rocío: "Andreu y yo llevábamos tiempo hablando sobre el diseño de una estación robotizada, las características, y sobre lo ideal que sería encontrar una solución flexible que se pudiese adaptar a las necesidades de diferentes hospitales, y que fuesen compatibles con reactivos de diferentes casas comerciales, porque la mayoría se limitan a los suyos propios. Y María nos juntó a todos para trazar un plan estratégico".
Y así es como este repóquer de ases, los cinco magníficos, pasaron a formar parte de COVIDwarriors, la asociación creada por Andreu el pasado 22 de febrero con un denominador común: agrupar profesionales que suman inteligencia, talento y conexiones para luchar contra el Covid-19 y que se encargará de analizar y dinamizar ideas para formalizarlas en proyectos que van a ser una realidad.
El primer contacto entre todos fue justo la víspera del confinamiento. Se reunieron para desarrollar, entre otros proyectos, el 'Covichain Robots'. La misión era traer a España unos súper robots estadounidenses, los Opentrons que serían capaces de hacer miles de test y procesarlos en tierras hispanas.
En tan solo tres semanas, estos cinco guerreros en lucha contra el coronavirus han esquivado decenas de obstáculos para conseguir que los cuatro robots estuvieran operativos desde el jueves 16 de abril en los hospitales que se han considerados más afectados por la crisis sanitaria: el Clínic y el Vall d'Hebrón en Cataluña, y La Paz y el Instituto de Salud Carlos III, en Madrid.
"Ya están siendo optimizados en cada centro porque los protocolos que usan son diferentes pero esperamos que a partir de la semana próxima estén a pleno rendimiento", asegura Figaredo.
Para Rocío era clave que los robots fueran los Opentrons: "Para lidiar con la crisis y poder liberar de trabajo a las personas de los laboratorios que se han visto inundados con miles de peticiones de muestras todos los días, necesitábamos automatización y yo hacía meses que había oído hablar de los Opentrons. Leí que tenían un sistema para el Covid-19 y me puse en contacto con ellos para saber y valorar su producto. La ventaja que tienen sobre los demás es que son los únicos abiertos (open source), y eso se traduce en que permiten utilizar reactivos de múltiples casas comerciales, maximizando los recursos que hay en cada laboratorio".
Y aún hay más: "Otra ventaja, es que estos robots permiten procesar las muestras desde que llegan en el tubo del paciente hasta que se genera la placa de PCR. Son compatibles con la mayoría de materiales que tenga cada laboratorio".
Procesan anticuerpos
Además, los cuatro robots adquiridos también son capaces de procesar test de anticuerpos, que serán fundamentales en una próxima fase de la pandemia para determinar qué porcentaje de la población está ya inmunizada. "Identificar a la población inmune es fundamental porque esta población debería ser la primera en incorporarse a la actividad laboral para activar la economía del país", concluye Rocío.
Mucho se estaba esperando la llegada de estos procesadores e incluso se vendió casi como una iniciativa público-privada desde que el propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, lo anunciara en su intervención del pasado 2 de abril en la Comisión de Sanidad en el Congreso de los Diputados con un discurso bastante ambiguo: "Se han adquirido cuatro robots... que estarán operativos...", explicó.
La realidad es que cuando estos cinco emprendedores contaron su propuesta al Gobierno para conseguir una financiación pública se toparon con toda la buena voluntad y disposición pero con una barrera infranqueable: Sanidad debía abrir un presupuesto extraordinario y esa demora era incompatible con la urgencia de la situación. Así que asumieron ellos todo el proceso.
"Éste es un proyecto que está formado por personas de todas las organizaciones, con un compromiso social muy alto. Siempre hemos tenido ayuda de las autoridades cuando así la hemos requerido y respuesta y disposición por su parte pero el tiempo jugaba en nuestra contra. Los Opentrons son americanos pero se fabrican en China y los teníamos reservados; así que o pagábamos ya o nos las quitaban", asegura Figaredo.
Y aclara aún más Rocío Martínez-Núñez: "El 20 de marzo conseguimos la autorización del Instituto Carlos III y el 21 de marzo tras hablar Sandra con su jefe (Cristóbal Herrera), y explicarle el proyecto, y la necesidad de una financiación urgente, éste habló con Merlin Properties y se convirtió en nuestro primer donante".
"Me llamó un directivo de MP, para decirme que contáramos con los 400.000 euros que costaban los robots. La alegría fue inmensa y a partir de ahí, Rocío, Merlin y yo realizamos todos los trámites para el pago a Opentrons", completa Sandra.
El viaje
Ya tenían el dinero para comprarlos pero ahora había que hacer frente al siguiente reto: traer los robots desde China e instalarlos en España en un contexto mundial tan complicado con restricciones de movimiento en personas y mercancías por el coronavirus y seguir buscando financiación para terminar la operación.
Quedaba mucho todavía: la contratación de los perfiles adecuados, cómo se iba a proceder con la logística, temas aduaneros y hablar con las autoridades competentes para informarles y solicitar su ayuda si fuese necesario...
A Merlin le siguieron ManpowerGroup que costearon la contratación de ingenieros especializados en la programación de los robots, aunque se ofrecieron voluntarios, ya que los estadounidenses obviamente no podían venir hasta aquí. Inditex puso el avión para traer los equipos desde China. Apple cedió los ordenadores para que los robots se comunicaran y conectaran entre sí y Telefónica ha proporcionado los equipos periféricos para las máquinas. Ikea ha facilitado el mobiliario necesario para su instalación en los hospitales y Renfe ha colaborado en las labores de transporte hasta Barcelona.
"El contexto internacional exigía tener una buena logística y María había contactado con Inditex, así que estábamos con los mejores", asegura Sandra. "Las personas del equipo de Inditex no solamente nos ayudaron con eso, también con las gestiones aduaneras, tanto en China como en España. Nos organizamos a través de grupos de trabajo por teléfono y por videoconferencias. Es gente espectacular, cómo trabajan, estaban tan ilusionados como nosotros. Con Telefónica y ManpowerGroup, hablé a través de contactos personales a los que expliqué el proyecto. Se lo envié para que desde sus organizaciones pudieran valorar su apoyo. Igualmente, las personas se volcaban en facilitarnos todo, por lo que estamos tremendamente agradecidos. Hay muchas personas a las que abrazar cuando esto pase", insiste una de las protagonistas de esta hazaña.
Sandra Figaredo reconoce que casi todo se ha movido gracias a los contactos personales: "En el caso de Apple también: un amigo que trabaja en la compañía me dio el contacto de la persona con la que tenía que hablar en España y pedirle nada menos que 36 ordenadores. Mientras tenían lugar esas conversaciones, el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, nos contactó para saber si necesitábamos algo; así que le lanzamos el S.O.S. Las personas de su gabinete y él mismo facilitaron la gestión con Apple".
Más peticiones
En el viaje de estos cuatro robots que pueden marcar una diferencia en la forma de enfrentarse a la pandemia, otros ministerios han puesto su granito de arena como Hacienda, Interior y Exteriores, tanto en las gestiones como en la resolución de algunos temas.
"Con Ikea me ayudaron mis compañeros de LLYC que han estado ahí en todo momento e incluso hay una pequeña empresa, Nuerva Sistemas, que nos dejó su nave para configurar los equipos informáticos. Andreu fue el que contactó con Renfe y Correos, que nos facilitaron el envío de los equipos configurados de forma que llegaron a Barcelona antes que los robots. Y tengo que hablar de nuestros ingenieros: Rampa, Alex, Aitor y Ernesto que, además de comprometidos e ilusionados con el proyecto, están haciendo un trabajo excelente y mucho más allá de sus responsabilidades", añade Sandra.
Con todos los deberes hechos y a contrarreloj, el 3 de abril, a las 14.20 horas aterrizaban en Madrid los cuatro robots: "El día que llegaron quedamos muy temprano por la mañana para realizar una call y organizar la llegada, su posterior logística en España y los trámites aduaneros. Estabámos el personal de Inditex en China y en España, con los que veníamos hablando, CEVA, el Instituto de Salud Carlos III y yo, comprobando si toda la documentación estaba correcta o faltaba algún papel por rellenar. También estaban pendientes desde Hacienda e Interior y afortunadamente todo salió bien", asegura.
La impecable gestión solidaria, y muy humana, de estos cinco colegas ha traspasado fronteras hasta el punto de que han comenzado a pedirles desde otros países que actúen de intermediarios en la compra de más robots: "Es así pero por discreción vamos a mantenerlos en el anonimato. Gracias a los conocimientos de Rocío y a su investigación, los Opentrons, que están en más de 40 países, se han montado por primera vez como una estación robotizada. La empresa de EEUU nos ha dicho que quiere seguir trabajando con nosotros y han alucinado con la profesionalidad y alto nivel de nuestros ingenieros", aclara la responsable de LLYC.
Con los cuatro robots en disposición de empezar a testar "la sensación que nos queda después de este ilusionante maratón es que unidos somos capaces de hacer posible hasta lo imposible", asegura Rocío, quien quiere agradecer a todos su ayuda.
Y advierte de que no se van a parar aquí: "Nuestro próximo paso es traer más robots para aumentar la capacidad de hacer más y más test PCR y trabajar otros cuellos de botella que aparecerán como la escasez de reactivos que ya se está dando en el mundo".