Chantal Moll (1974) va saludando a alumnos y colegas con gran sonrisa y calidez, mientras me enseña la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona. Optimista, valiente e inteligente, es profesora de Derecho Civil y Premio Extraordinario de Licenciatura. Ha criado a sus hijos sola, ha montado una consultora jurídica de Derecho Civil y cofundado la plataforma de profesores universitarios Universitaris per la Convivència.
En el campus se respira un ambiente cordial. Los alumnos hablan sobre todo en español. Profesores y administrativos en catalán.
Es usted muy joven, ¿cómo puede llevar 28 años dando clase en la universidad?
Me licencié con 20 años. En el Colegio de Abogados no me querían colegiar. Me dijeron que era la abogada más joven de España y de Europa.
¿En qué idioma imparte sus clases en la universidad?
Cuando empecé, daba muchas clases en catalán porque no había muchos profesores que lo hablaran y escribieran bien. Sin embargo, ahora en Cataluña hay un déficit de enseñanza en español. Como los alumnos vienen del sistema de inmersión lingüística en catalán, creo que ofrecerles asignaturas en español les abriría puertas en el mercado profesional. Con la misma intención imparto clases en inglés.
Por suerte, los profesores tenemos todo el derecho a elegir la lengua con que ejercer la docencia.
La Plataforma per la Llengua, el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC) y la Federación Nacional de Estudiantes de Cataluña (FNEC), apoyados por la Consejería de Universidades de la Generalidad, han promovido una campaña para que los alumnos señalen a los profesores que imparten clases en español.
Efectivamente. Fue muy desagradable. Llenaron todas las universidades de carteles el semestre pasado animando a denunciar a través de una página web. Me imagino que, como a los sectores independentistas no les ha salido bien el procés, arremeten ahora con el tema de la lengua.
El otro día hubo unas jornadas de la Conselleria con personal de las universidades. Su objetivo es hacer del catalán una lengua de uso científico y que en todos los grados y másteres se imparta por lo menos el 80% en catalán. Lo sorprendente es que ya se imparte más del 70% en catalán…
Si la Universidad catalana deseara apostar por la internacionalización, la movilidad del profesorado y del alumnado y la atracción de talento, debería impartir más asignaturas en español y en inglés y así tener una oferta formativa lingüísticamente plural.
¿Hay injerencia política en las universidades catalanas?
En general, en las universidades hay cierta sumisión al poder político, porque la financiación depende de la Conselleiria de Universitats. Esto se vio claramente durante los años del procés.
Por otra parte, hay una estrategia declarada por parte de la ANC (Asamblea Nacional Catalana) de hacerse con las instituciones civiles. Lo han conseguido con la Cámara de Comercio, no lo han conseguido con el Colegio de Abogados y sí con la Universidad de Barcelona. El rector actual ganó con el apoyo de la ANC.
Universitaris per la Convivència
¿Por qué en 2018 funda con los compañeros Maribel Fernández y Jorge Calero, Universitaris per la Convivència?
Lo tengo muy claro. Viví ese año dos experiencias que me hicieron tomar conciencia de la necesidad de articular al profesorado universitario para defender valores básicos, como son la libertad de pensar, la formación del pensamiento crítico y el fomento del debate. Con ese fin nació Universitaris per la Convivencia, una plataforma que agrupa a más de 200 profesores de la universidad catalanas.
¿Cuáles fueron esas experiencias?
En mayo, unos chicos jóvenes de Societat Civil Catalana me llamaron para dar una conferencia sobre pluralidad y convivencia en la Autónoma. Me preguntaron si no me daba miedo.
El día de la conferencia por la mañana vi en las noticias que en el campus de la Autónoma estaban agrediendo a estos chicos. Allí cogí un poco de miedo. No tengo que amedrentarme, es indecente- pensé. - Soy profesora, ellos son alumnos y lo están pasando peor.
Eso sí, fui acompañada de amigos y familia. Los guardias nos hicieron acceder a la sala por un sitio oculto para evitar a la gente que intentaba boicotear el acto. Al final, el acto se pudo celebrar. Nos abrazamos con un clamor por la libertad. Por la libertad de reunirse y expresarse. Tan sencillo como esto. Estoy muy acostumbrada a dar conferencias, pero esa situación no la había vivido nunca.
¿Y el segundo acontecimiento?
Un mes después, en el aula magna de la Central se celebraba una conferencia sobre Cervantes. Vino de París el gran hispanista Jean Canavaggio, que había sido profesor de mi madre en la Sorbonne. Como mi madre no podía ir, me acompañó mi tía, ya mayor, que había escrito un libro sobre el Quijote, y su marido que caminaba con bastón.
En la entrada nos estaban esperando unos CDR (Comité de Defensa de la República), movilizados, porque el acto lo organizaba Sociedad Civil Catalana. No sé cómo los CDR consiguieron entrar en el edificio. Comenzaron a aporrear las puertas. Fue horroroso. Dentro, música de violines, lectura del Quijote en varios idiomas, un salón del siglo XVIII. Y fuera, unos bárbaros aporreando y gritando: ¡Fora feixistes de la Universitat! Al principio nadie decía nada. Pero luego empezamos a gritar: ¡Libertad! ¡Libertad!
¿Consiguieron interrumpir el acto?
"No podía garantizar nuestra seguridad y que teníamos que salir por una puerta lateral, discretamente y “sin provocar”
Sí. Lo más triste fue cuando el presidente de Sociedad Civil Catalana recibió un mensaje del rector en el que decía que no podía garantizar nuestra seguridad y que teníamos que salir por una puerta lateral, discretamente y “sin provocar”. Salimos en fila india. La jauría insultándonos.
Te lo estoy contando tal y como lo viví para que entiendas lo que sentí, porque yo a esa facultad voy feliz todas las semanas. Imparto una clase de Ética y Legislación en la facultad de Matemáticas.
¿Eran estudiantes los que protestaban?
Ese ataque no venía de los alumnos de la universidad, que estaban de exámenes. Estaba orquestado desde fuera. Querían impedir que se celebrara un acto cultural sobre Cervantes y se salieron con la suya. Estaba tan afectada que hice una publicación en Facebook que se hizo viral. Si tú permites este tipo de cosas y no dices nada, las alientas.
¿Y no os pudo proteger la policía?
Había furgones de Mossos. El rector tuvo miedo de dejar entrar a la policía. Yo creo que tenemos que asumir que hace más de cuarenta años vivimos en democracia y nos ampara un sistema de garantías. Y, por lo tanto, si se comete cualquier abuso dentro de la universidad, las Fuerzas de Seguridad del Estado deberían poder entrar.
Universitaris per la Convivència denunció la instrumentalización política de las universidades públicas tras la sentencia del Tribunal Supremo a los líderes del procés.
"Todas las universidades de Cataluña emitieron un manifiesto sobre la sentencia que consideraban injusta"
Todas las universidades de Cataluña emitieron un manifiesto sobre la sentencia que consideraban injusta. Denunciaban la “actual situación de represión” y renovaban su “compromiso con el derecho de autodeterminación”. Eran afirmaciones partidistas que no pueden ser aprobadas por el claustro que representa a la comunidad universitaria y que no fue consultada.
Un grupo de profesores decidimos impugnar el manifiesto (2019) por la vía contencioso-administrativa por vulneración de derechos fundamentales. El juzgado de primera instancia (2020) nos dio la razón. Fue muy contundente.
Una sentencia sin eco
¿La sentencia tuvo eco en los medios?
Fue un poco triste. Nadie en Cataluña nos llamó para ir a la televisión ni a ningún medio público, cuando estos medios no paran de machacar con en el tema de los derechos humanos respecto al procés. Pero de lo que pasa aquí no dicen nada. Sólo que se trataba de una injerencia de la Justicia española contra la Universidad catalana.
Pero la sentencia fue dictada por un tribunal catalán.
Ah, sí, pero cuando una resolución no les gusta lo llaman Justicia española. Y es que, además, en segunda instancia, el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (octubre 2021) ha reiterado que se han vulnerado esos derechos fundamentales: el derecho a la libertad ideológica y el derecho a la educación que- así está establecido en la Constitución- es también el desarrollo de la libre personalidad y el fomento del espíritu crítico. ¿Cómo va a haber espíritu crítico si hay una ideología oficial? Es precisamente en la Universidad donde hay que preservar ese espacio de pluralidad.
La Universidad de Barcelona, con dinero público, ha recurrido la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña al Tribunal Supremo.
Exactamente. El Supremo acaba de admitirla a trámite. La sentencia que obliga a impartir en la escuela un mínimo del 25% de asignaturas en español también es catalana.
Los gobernantes catalanes dicen que es una sentencia de la justícia espanyola. No. Es una sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya que ellos recurrieron al Supremo y que ni siquiera fue admitida. Hay que hacer mucha pedagogía, porque la información se manipula.
En el propio procedimiento que dio pie a esta sentencia, la Generalitat no pudo acreditar que se impartiera ese 25%. Del muestreo que hizo salía que en los centros públicos catalanes se daba un 10%, un 5% o un 11% de asignaturas en español. La administración catalana ha impuesto de facto el monolingüismo, cuando el modelo legal es el de “conjunción lingüística” que es un modelo bilingüe.
¿Desde que fundaron Universitaris per la Convivència ha sufrido algún tipo de presión o acoso?
Agradecimiento, reconocimiento y solidaridad
No. Al contrario. Muchas muestras de agradecimiento, de reconocimiento y de solidaridad. Somos apolíticos, defendemos sencillamente unos valores básicos para poder ejercer con libertad nuestra profesión académica. Estamos también en contacto con otras entidades cívicas-como Foro de Profesores- tanto a nivel nacional como internacional.
Durante el procés, la gente no hablaba por miedo. Se sentía sola, porque no sabía con quién podía compartir sus inquietudes.
¿Miedo a ser denunciado?
Miedo a ser excluido, criticado, estigmatizado, etiquetado… Sobre todo, Universitaris per la Convivència es un ejemplo de lo importante que es que la sociedad civil se articule. Resulta muy difícil que uno solo se enfrente, pero si estás organizado, si lo compartes, es como una terapia de grupo. Por eso es importante una sociedad civil fuerte y sin miedo.
¿Cuál es el nivel de español y de inglés de los alumnos?
Si el objetivo actual de la Generalitat es que se imparta el 80% de las asignaturas de la Universidad en catalán, sólo queda un 10% en inglés y un 10% en español… Es evidente que esos porcentajes no permiten adquirir las competencias lingüísticas necesarias. Es un flaco favor que se hace al alumnado.
¿Qué nuevos frentes hay?
No tenemos frentes. Somos Universitaris per la Convivència. Nuestro único objetico es que haya paz, concordia y respeto. Deseamos el debate, el análisis, la reflexión, pero para ello es necesario que haya libertad. Cuando veamos un caso de abuso a esas libertades, actuaremos.
¿Percibe que la situación mejora o empeora?
Si el procés y post procés han servido para algo, ha sido para dar a conocer la realidad.
Por un lado, quienes toleraron políticas nacionalistas se han dado cuenta de que el fin de estas era la independencia, que no es lo que desean… Por otro, los que sí la anhelan se sienten engañados y traicionados por sus líderes políticos, en general, más preocupados por su colocación personal que por el futuro y bienestar de la población.
Ha sido una experiencia traumática. Ahora la batalla se juega en la sociedad civil. Que seamos capaces los propios catalanes de organizarnos, de convivir entre nosotros y de respetarnos.
El pasado 23 de febrero, seis estudiantes de la asociación S'ha Acabat fueron rodeados, acosados y atacados por una cincuentena de integrantes del sindicato universitario independentista (SEPC), ligado a la CUP, durante la Muestra de Asociaciaciones que se celebraba en el campus Ciutadella de la Universidad Pompeu Fabra.
Universitaris per la Convivència exigió inmediatamente al rector de la Universidad Pompeu Fabra “una condena rápida, exprés y sin paliativos”. El rector, sin siquiera mencionar a los estudiantes agredidos que terminaron en urgencias, se ha limitado a decir que en el campus tiene que prevalecer la convivencia y el diálogo…