“Voy a salir corriendo otra vez a comprar medicinas para un punto donde nos han pedido”. Apresurada, la periodista asturiana Covadonga Solares (@covasolares) nos coge el teléfono desde Cracovia (Polonia) mientras se dirige a comprar medicamentos para uno de los centros de refugiados ucranianos que hay en la ciudad.
Solares estudia allí, desde septiembre de 2021, un máster en Política Europea y el pasado viernes 24 se despertó con una noticia que esperaba no ver nunca. “Me quedé congelada y dije ‘no puede ser que esto esté pasando a 250 kilómetros de donde yo estoy”.
Algo dentro de ella le dijo “tienes que hacer todo lo que esté en tu mano para ayudar”. Entonces se empezó a movilizar, a buscar cosas y encontró que el Ayuntamiento de Cracovia había organizado una colecta de ayuda para enviar a Lviv (Leópolis).
Lviv, además, de ser una de las mayores ciudades de Ucrania, está a tan solo 70 km de Polonia. Está ubicada al oeste del país, por lo que es un lugar que han escogido los ucranianos para refugiarse de los ataques rusos.
En un primer momento, pidió ayuda a sus padres y a su hermana que están en Asturias. “Les dije que iba a ir a comprar ciertas cosas y pedí que me mandaran algo de dinero”.
Como sabía que iba a necesitar manos para llevar todo aquello, se lo dijo a sus compañeros de máster y de repente se paró a pensar que, ella que es una persona a la que le gustan las redes sociales y se expone bastante, podría ayudar a través de ellas. “Si uso Instagram para tonterías, para que mis amigos vean mi vida, por qué no usar una plataforma como esta para pedir ayudar”.
Grabó un vídeo improvisado y lo colgó pensando “seguro que alguien lo escucha, aunque sean dos o tres personas, alguien va a querer ayudar”. A día de hoy el vídeo tiene más de 15.000 vistas y ha recaudado más de 50.000 euros.
Las redes sociales son una plataforma enorme. “Yo voy con mi móvil, con el pequeño recurso que tengo, y saco fotos a todo para que la gente lo vea, creo que verlo en primera persona es una manera de empujarte a no cerrar los ojos. Sobre todo desde España, que podría ser fácil decir eso no va conmigo, pero esto va con todos”.
Ahora mismo, Solares solo usa las redes para canalizar ayuda y llegar al mayor número de gente posible, “que es también lo que me están permitiendo los medios”.
"Necesitamos una lavadora"
Cuando publicó el vídeo tenía en mente recaudar dinero para comprar las cosas que le piden desde los centros de refugiados que han habilitado en Cracovia.
Solares se alió con sus compañeros de máster, a quienes pidió que compartieran su mensaje, y a ellos les envían las donaciones. Van todos los días a centros de refugiados a preguntar qué es lo que necesitan. Nos cuenta que en muchos centros ya la conocen y tienen su número de teléfono “recibo muchas llamadas todos los días y me dicen por ejemplo ‘aquí necesitamos una lavadora’ o ‘necesitamos radiadores eléctricos’”.
Necesitan medicinas
Uno de los espacios que se ha convertido en refugio para los Ucranianos es el antiguo edificio de la estación de tren principal de la ciudad. “Es desgarrador ver cómo están ahí”. La mujer que lleva la clínica en el refugio le pide con frecuencia medicinas. “Justo cuando yo entraba había un niño con fiebre y su madre estaba muy preocupada porque no tenía medicamentos”.
Explica que todos los centros son muy improvisados, son hospitales de campaña. “Cada vez hay un centro nuevo de acogida. Creo que en Cracovia ya no hay más sitio para acoger gente”.
Una de las cosas que más les piden son walkie talkies, porque es con lo que se comunica la gente dentro de Ucrania cuando se caen las infraestructuras de comunicación.
Ayuda asturiana
Nerea Prado, una antigua compañera de instituto, vio su iniciativa y quiso colaborar. “Me dijo que iban a montar unos puntos de recogida de donaciones en Asturias y que juntas podíamos hacer llegar esa ayuda”. Así lo hicieron, empresarios asturianos ofrecieron sus pequeños locales para hacer la recogida. Solares ofreció su estudio de 30 metros cuadrados para recibir en todas las cajas que se enviasen desde España.
Asturias se vuelca
Montaron la red y ya han conseguido enviar dos camiones de varias toneladas y están confirmando tres más que saldrán esta semana. Estos camiones han sido financiados por empresarios de la región. “Los empresarios asturianos se han volcado en hacer llegar esa ayuda, nos han ayudado a empaquetar, a transportar…”.
Solares está sorprendida por la respuesta que ha tenido su movilización. “Me siento abrumada por la confianza ciega”. Está orgullosa y muy agradecida por las donaciones que ha recibido de familiares, amigos, compañeros y gente que no la conoce. Los empresarios asturianos se han volcado con su iniciativa e incluso un grupo de jóvenes ha iniciado un crowdfunding para enviar otro camión.
Es una guerra
Le preguntamos por la situación y Solares responde que es horrible. Los ciudadanos ucranianos llegan a Cracovia agotados y desesperados, voluntarios que hablan su idioma les redirigen a los sitios donde se pueden quedar.
“El otro día hablaba con dos chicas de 26 años de Kiev a las que les conseguí alojamiento en casa de un amigo (a través de las redes sociales) y me contaron que estuvieron unas 10 horas en pie esperando en la estación sin saber si podrían montarse en algún tren”.
Las dos mujeres tardaron en un trayecto que normalmente se hace en tres horas, unas treinta, sin espacio para sentarse, rodeadas de niños, adultos, ancianos y animales.
"Se morían de hipotermia y de agotamiento"
“Era gente que igual había tenido que andar 20 kilómetros para poder llegar a un sitio donde hubiera trenes. Pero había gente que estaba aún peor, grupos de personas que iban a pie y alguien moría a los días, no por un ataque, se morían de hipotermia y de agotamiento. Lo que estamos viendo es horrible, te abre los ojos a la realidad de lo que es una guerra”.
¿Cómo podemos ayudar?
Solares invita a todo aquel que quiera ayudar a acudir a los organismos oficiales. “Ahora mismo, por ejemplo, hay una necesidad enorme de acogida de refugiados y en España eso se puede hacer a través de la Delegación del Gobierno y de Cruz Roja, además de otras oenegés.
“Que nos escriban si quieren ayudar a aquellos refugiados que están dentro de Ucrania o en zonas como en Polonia o a las oenegés implantadas en terreno, que conocen las necesidades mejor que nadie de esta gente y que tienen los recursos para hacerlo llegar".