La endometriosis es una de las patologías más frecuentes del sistema reproductor femenino, junto a la presencia de miomas uterinos. Es una enfermedad ginecológica común que afecta aproximadamente al 10% de las mujeres durante su edad reproductiva, especialmente en la franja entre los 25-40 años, y está considerada como uno de los grandes enigmas de la patología general y, en especial, de la patología ginecológica.
El endometrio es la capa que recubre el interior del útero, que crece durante todo el ciclo menstrual para albergar una posible gestación. Clásicamente la endometriosis se define como la presencia de tejido endometrial ectópico (fuera del interior del útero) y que puede afectar a los órganos de la pelvis, de la cavidad abdominal y de la cavidad torácica.
A pesar de la constante investigación, su origen sigue siendo desconocido. Solo se puede afirmar, de forma general, que constituye una alteración inmunológica con base genética. La evolución natural de la enfermedad dependerá de factores hormonales (la presencia de estrógenos favorece el desarrollo) y de factores ambientales poco conocidos y concluyentes hasta la fecha.
¿Qué síntomas presentan las pacientes?
El síntoma principal de la endometriosis es el dolor pélvico, casi siempre asociado con los períodos menstruales. Las mujeres con endometriosis suelen describir un dolor menstrual mayor de lo habitual, que no responde a los antininflamatorios en dosis convencionales y la enfermedad y el dolor tienden a aumentar con el tiempo. En aquellas mujeres que sufren dolor con la regla la incidencia de endometriosis alcanza el 70-90%.
Otros signos y síntomas comunes son: dolor al tener relaciones sexuales, dolor al defecar o al orinar, y especialmente infertilidad. En las mujeres infértiles la incidencia de la endometriosis como causa, alcanza el 25-50%. También es frecuente la presencia de fatiga, diarrea, estreñimiento, hinchazón o náuseas, especialmente durante los períodos menstruales.
¿Cómo se diagnostica?
8 años para su diagnóstico
El diagnóstico de sospecha se basa fundamentalmente en el reconocimiento de las características de la sintomatología de la endometriosis por parte del médico de familia o del ginecólogo. Está reconocido que el tiempo medio para llegar al diagnóstico desde que la paciente acude por primera vez al médico es de 8 años de media. Esto es debido a la falta de reconocimiento de los síntomas específicos por los profesionales.
El examen pélvico mediante exploración vaginal y rectal por parte del ginecólogo debe ser la base del estudio de una paciente con posible endometriosis, además de crear un mapa de puntos de dolor selectivo. Ante lesiones en la exploración, debe comprobarse mediante diferentes técnicas de imagen (ecografía transvaginal y resonancia magnética pélvica) la posible afectación severa de órganos contiguos como la vejiga, el uréter y el recto.
¿Cómo se trata la endometriosis?
El tratamiento debe ser individualizado, valorando la totalidad de los síntomas y el impacto que la enfermedad y el tratamiento propuesto ejercerán sobre la calidad de vida de la paciente.
Tratamiento para el dolor
Las terapias médicas deben encaminarse al tratamiento del dolor. Para paliar el dolor menstrual pueden prescribirse analgésicos (como medicamentos antiinflamatorios: ibuprofeno o naproxeno sódico) y terapia hormonal. El uso de anticonceptivos hormonales impiden la ovulación y la producción de las altas cifras de estrógeno.
Éste es el tratamiento de elección para reducir y eliminar el dolor en la endometriosis, dado que el aumento de los estrógenos ovulatorios favorece la proliferación del endometrio ectópico, la invasión de órganos y la producción de sustancias que originan dolor.
Sin embargo, la terapia hormonal no extirpa los implantes tumorales endometriósicos; solo evita la actividad y proliferación de las células endometriales, por lo que los síntomas reaparecen tras dejar el tratamiento.
Terapia quirúrgica
Ante el fracaso de estas terapias antiestrogénicas, la terapia quirúrgica podrá conseguir la supresión del dolor, al mismo tiempo que la restauración de la función reproductora alterada mediante la extirpación de los implantes y la reconstitución de la anatomía pélvica alterada.
Hoy en día, la vía laparoscópica es considerada como la vía idónea para el abordaje de la endometriosis ovárica, peritoneal y pélvica-profunda. La extirpación de todos los implantes o lesiones endometriósicas, puede conllevar ocasionalmente la necesidad de resección parcial de la vejiga, el uréter o el intestino.
La cirugía óptima de la endometriosis profunda puede eliminar los síntomas
La cirugía óptima de la endometriosis profunda puede curar hasta al 70% de las pacientes y conducir a una eliminación total de la sintomatología entre un 60-100% de los casos si se lleva a cabo por ginecólogos apropiadamente entrenados y dentro de unidades especializadas.
En dichas unidades las mujeres podrán recibir la ayuda para comprender esta enfermedad, ya reconocida en los casos más graves como incapacitante por la sociedad y las administraciones, y que, a pesar de un exitoso y completo tratamiento, la completa desaparición de su sintomatología no siempre es posible.
Últimamente se viene utilizando cada vez más la cirugía robótica laparoscópica en el tratamiento quirúrgico de la endometriosis. La cirugía robótica presenta ventajas potenciales para las pacientes comparado con la cirugía laparoscópica convencional y respecto a la cirugía abdominal.
Esta tecnología permite la visión en 3-D con alta definición, máxima maniobrabilidad del instrumental robótico superior a la mano humana y superior a la movilidad instrumental de la laparoscopia convencional, lo cual permite una mayor facilidad en las técnicas de sutura. No hay duda de que la cirugía robótica tiende a ser una de las mejores opciones tecnológicas a corto plazo para esta patología que afecta cada vez a más pacientes y más jóvenes.
*Dr. Andrés Sacristán Juárez. Jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia , Hospital Ruber Juan Bravo-39, Madrid