Dos amigas, una vuelta al mundo y una bebida refrescante. La historia de Beatriz Magro y Nuria Morales, dos emprendedoras extremeñas, ha roto con todos los estereotipos: son mujeres al mando de una empresa afincada en un pueblo de Extremadura, Fregenal de la Sierra, de menos de 5.000 habitantes. El producto estrella que les une es Komvida, "la mejor kombucha del mundo", o eso dicen ellas y los que la prueban.
Magros explica a MagasIN cómo empezó su pasión por la kombucha. Después de haber acabado sus estudios en la universidad, decidió ir a descubrir el mundo con el objetivo de encontrar un proyecto que le diera sentido a su vida. En España, su mejor amiga, Morales, esperaba las noticias de los descubrimientos que fuera haciendo. La primera parada de la extremeña fue California y allí se topó con la kombucha, amor a primera vista: "Mi madre dice que me vino Dios a ver y yo creo que también", cuenta.
Entonces, como si de una película se tratara, Magros comunicó a su mejor amiga las magníficas sensaciones que obtuvo al probar esa bebida tan refrescante por primera vez: "Cuando se lo conté a Nuria, me dijo que siguiera viajando, pero yo me obsesioné con la idea y cinco años después, aquí estamos, con una marca de kombucha en España, siendo referente en Europa y en el mundo".
La kombucha se consigue con la fermentación natural de té verde y azúcar que lleva a cabo una colonia de bacterias y levaduras llamada Scoby. Además, es beneficiosa para el sistema inmunitario y digestivo. Por lo que se convirtió en un producto más que perfecto para las dos jóvenes.
Con la ilusión de comenzar un nuevo proyecto, ambas se instalaron en Fregenal de la Sierra para ejecutar su iniciativa. "Al inicio de todo en el pueblo no se lo creían, decían: 'dónde van estas 2 locas con esa idea'", cuenta Magros. Sin embargo, ahora el pueblo les apoya, al menos, la mayoría. Muchos trabajan en la empresa: "Cuando han ido viendo que vamos en serio y que todo lo que estamos haciendo es de verdad, se lo van creyendo más". Desde que la fábrica abriera sus puertas por primera vez, ya han pasado 5 años.
¿Qué diferencia a vuestra kombucha de otras que podemos encontrar en el mercado nacional?
Antes de hacer Komvida, no había una marca de kombucha en España. Es un producto milenario, que no hemos inventado nosotras, ya existía. En España se consumía como algo medicinal por los beneficios que provoca en el cuerpo. Entonces, hasta la llegada de Komvida no había una propuesta que estuviera muy rica y muy equilibrada.
La bebida viene en vidrio, se hace de manera local y con ingredientes de verdad. Hasta hace cinco años, en España eran importadas en plástico. Por lo que nuestro objetivo es llevar la kombucha a cualquier persona que la quiera beber, que no sólo se encuentre en un herbolario, sino cuando hacen la compra. Por eso hemos sido la primera marca en España en entrar en retailers.
Muchos adolescentes sueñan con salir de estos pueblos, pero vosotras volvisteis para ejecutar este proyecto, ¿por qué en Fregenal de la Sierra?
No hay mejor sitio para echar raíces que aquel que te vio crecer y supo cuidar de ti. Para nosotras Fregenal es el lugar donde está nuestra familia y sigue siendo el sitio que nos ha visto crecer, que nos ha visto irnos y volver. Nosotras lo que queremos es cambiar el mundo y entendemos que hay que empezar a cambiar lo que tengamos más cerca; vamos a aportar valor a lo que de verdad nos toca, que en nuestro caso es nuestro pueblo y nuestras raíces.
Mucha gente nos pregunta por qué hemos contratado a nuestra familia. Ellos fueron los primeros que ayudaron y trabajaban gratis, pues fueron los primeros empleados junto a nuestros amigos de toda la vida.
Entiendo que estar aquí supone retos que no habríais tenido en una ciudad.
Hay uno muy importante, la logística. Al final estamos muy lejos, no tenemos tren, no tenemos un buen sistema de transporte que llegue a nuestra tierra y eso lo complica todo. Complica los costes, enviar los productos y es más caro. Es peor en cuanto acceso. Emprender en España es difícil, imagínate en un pueblo.
"Estamos muy lejos, no tenemos tren y no tenemos un buen sistema de transporte que llegue a nuestra tierra"
Al final en Madrid tienes acceso a círculos de empresarios y a personas que están en tu misma situación. Aquí te sientes un poco solo muchas veces porque no hay gente en tu misma situación. Las empresas están más relacionadas con el cerdo, que no tiene absolutamente nada que ver con nuestro modelo empresarial.
¿Qué puede aportar una empresa como la vuestra a un pueblo de la España vaciada?
Estamos generando casi un centenar de empleos en este pueblo de 5.000 habitantes, entonces te puedes imaginar el porcentaje. Al final yo creo que esto es hacer por nuestro país y por nuestra tierra, que en este caso es Extremadura. Creo que ese es el principal valor que tiene; estamos generando riqueza. Además, algo que tenemos muy claro como compañía es la importancia de generar oportunidades para las mujeres, que son la mayoría de nuestros empleados.
Hablando de mujeres, ¿cómo es liderar un negocio con tu mejor amiga?
Tuvimos nuestro momento de adaptación al inicio para saber de qué se encargaba cada una. Una vez definidas las cosas, todo bien. Obviamente en todas las casas se cuecen habas y tenemos nuestros roces.
Lo que sí es cierto es que ahora hablamos mucho más de temas de socias, sobre la empresa y menos de temas de amigas. Eso lo echas de menos. Aunque hablo con ella y la veo a todas horas, la echo de menos como amiga.
Es verdad que se dice que nunca hagas una empresa, ni con amigos ni con familiares. Entonces hemos incumplido todos los manuales, pero por ahora muy bien, sabemos buscar cosas buenas, estoy contentísima y muy feliz de haberlo hecho con ella y de tener a la familia metida en el proyecto.
La visión sostenible de Komvida ha nacido de la mano de dos mujeres emprendedoras como tú y Nuria, ¿habéis pasado en algún momento por el síndrome de la impostora?
Creo que sí, aunque trabajamos porque no nos pase, si no nosotras nos tiramos piedras a nuestro propio tejado. Pero, obviamente, creo que hay muchas situaciones en las que tanto a Nuria como a mí nos sigue pasando desafortunadamente.
Aquí es importantísimo también rodearte de mujeres que viven situaciones como la tuya, para hacernos fuertes las unas a las otras. Tanto Nuria como yo tenemos una labor muy importante y de compromiso con otras mujeres y con las niñas. Apoyamos y colaboramos con la Fundación Inspiring Girls, que pretende demostrar a las niñas que no tienen límites. Por lo que para nosotras es muy importante servir de ejemplo, empezando por las niñas para que lo tengan claro desde pequeñas.
¿Alguna vez habéis encontrado problemas en vuestro camino empresarial por cuestión de género?
Sí, al final te sigues sintiendo muy sola. Yo acabo de tener un bebé y se necesitan, por ejemplo, programas por la conciliación. Es verdad que debería estar de baja, pero soy empresaria y no quiero. En el caso de la lactancia hay ciertas personas que se asustan de que vaya con un bebé al trabajo. Pero nuestra labor es demostrar que la empresa se puede hacer de manera femenina y se puede hacer muy bien.
¿Habéis instaurado algún Plan de Igualdad?
Sí, también. En Fregenal de la Sierra a quienes les han faltado oportunidades, sobre todo, es a las mujeres. Y oye, ya que esto es un proyecto nuevo, que tiene nuevos aires y que no tiene nada que ver con lo que había hasta ahora, pues las mujeres han sido las que primero se han convertido aquí. Son nuestra fuerza de cambio y a las que queremos dar la oportunidad.
Después de 5 años de éxitos, ¿cómo ves el futuro de Komvida?
Pues nos queda muchísimo por hacer todavía. Como te decía, mi misión es llevar la kombucha a todos los rincones de España y de Europa. Así que estamos sólo en el inicio de nuestra función y nuestro objetivo, que va a ser muy grande. Visualizo que gracias a esta bebida, las personas mejorarán su calidad de vida y entre todos formaremos un mundo mejor.