Nadia Murad, Premio Nobel de la Paz, ha presentado a las Naciones Unidas el ‘Código Murad’. Se trata de una guía con la que pretende ayudar a mejorar las investigaciones de casos de violencia sexual en conflictos bélicos. Una realidad que afecta a mujeres, hombres y niños.
El ‘Código Murad’ propone estándares para la recolección de pruebas y testimonios, con el objetivo de centrarse en las necesidades de los supervivientes al recolectar pruebas y garantizar que reciban justicia y apoyo.
La joven, de origen iraquí, conoce bien esta situación pues ella misma fue víctima del secuestro, agresiones físicas y violaciones por parte de miembros del Estado Islámico en 2014. Cuatro años después, recibió el Nobel de la Paz por sus esfuerzos para erradicar la violencia sexual como arma en guerras y conflictos armados.
Ahora, la Premio Nobel conversa con MagasIN y explica cómo surge el Código Murad y por qué es necesario:
¿Cómo surge la idea de crear el 'Código Murad'?
Las ideas centrales del Código Murad siempre han sido evidentes para los supervivientes. A medida que la violencia sexual se ha ido convirtiendo en una parte importante de la conversación internacional sobre los conflictos y derechos humanos, se ha hecho más difícil ignorarla.
Los líderes mundiales, los sistemas de justicia y las agencias de noticias confían en los supervivientes para comprender el alcance y el impacto de la violencia sexual, pero ellas rara vez reciben la transparencia, el apoyo o incluso la asistencia que necesitan.
Entonces el Instituto para las Investigaciones Criminales Internacionales (IICI) tomó la responsabilidad de crear el proyecto del Código Murad y trabajó de cerca con mi organización, la Iniciativa Nadia y la Iniciativa para la Prevención de la Violencia Sexual en Conflictos (PSVI) del Gobierno del Reino Unido.
¿Quién ha participado en la elaboración del documento?
El proyecto buscó ideas y comentarios de expertos, investigadores, organizaciones y, lo más importante, supervivientes a la violencia sexual. Para mí era realmente relevante hablar con y no solo sobre ellas.
Las víctimas saben mejor que nadie cómo es contar sus historias y qué tipo de apoyo necesitan. Por tanto, no podríamos lograr los objetivos de la guía sin escucharlas directamente.
¿Por qué es importante usar la guía cuando se trabaja con y para las víctimas?
Los supervivientes ya han soportado una de las peores atrocidades conocidas por la humanidad. Cuentan sus historias para ayudar a llevar justicia y apoyo a sus comunidades y para evitar que este crimen le suceda a otros. Con demasiada frecuencia solo reciben preguntas insensibles y falsas promesas.
Se les pide que repitan sus historias una y otra vez sin respetar su privacidad, confidencialidad o deseos. Los documentalistas rara vez explican cómo se usarán los testimonios o los peligros que conllevan.
Es comprensible que alguien no sepa cómo acercarse a una víctima o hablar sobre violencia sexual, la cual ha sido un tabú durante muchos años, pero no es una excusa.
El ‘Código Murad’ proporciona pautas para que los documentalistas puedan asegurarse que están defendiendo los derechos, la seguridad y los deseos de los supervivientes durante todo el proceso.
"Cuanto más trabajemos por la igualdad de género en tiempos de paz, más seguras estarán las mujeres en la guerra"
¿Cuenta el 'Código Murad' con el respaldo internacional para ser utilizado?
La documentación de la violencia sexual debe ir de la mano de un apoyo concreto. Mostrar que la violencia sexual es algo que ocurre no es suficiente. Es importante también facilitar el acceso a recursos para las necesidades básicas, servicios de salud y atención psicosocial. La recuperación es un proceso muy largo y los supervivientes merecen un apoyo fiable para poder reiniciar sus vidas.
¿Cómo puede ayudar la comunidad internacional a prevenir violencia sexual en conflictos armados?
La prevención va de la mano de la rendición de cuentas. Con el Código Murad podemos documentar de manera ética y efectiva la violencia sexual. Mejorar la integridad de la documentación crea una base más sólida para la justicia, la verdad y el apoyo a los supervivientes.
Pero todavía depende de la comunidad internacional actuar sobre esa evidencia. Los líderes deben enjuiciar a los perpetradores como ISIS para demostrar que la violencia sexual no es un efecto secundario aceptable de la guerra: es un crimen en sí mismo.
Los líderes también deben actuar para proteger a las mujeres tan pronto como estalla el conflicto, en lugar de esperar las denuncias de violencia sexual. En general, cuanto más trabajemos por la igualdad de género en tiempos de paz, más seguras estarán las mujeres en la guerra.
¿Son suficientes las medidas que se están llevando a cabo? ¿Qué está fallando o qué se podría corregir?
El Código es voluntario, así que depende de la voluntad individual de los documentalistas implementar las pautas de la guía. Es realmente importante que sigamos compartiendo el Código y creando conciencia para que podamos cambiar las normas existentes y crear un entorno de mayor apoyo para los supervivientes.