Raquel Sánchez Jiménez (Barcelona, 1975) es, desde el julio pasado, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Un cargo que, afirma, aceptó con "una enorme responsabilidad" y asumiendo algunos de los retos más importantes a los que se enfrenta el Gobierno: solucionar los problemas de acceso a la vivienda y de movilidad.
Abogada de carrera, Sánchez llegó a montar su propio bufete, pero en 2007 se lanzó a la política como teniente de alcalde del área de Economía y Hacienda, Recursos Humanos y Servicios Generales en el Ayuntamiento de Gavà, donde ha desarrollado su trayectoria política. En 2014 fue elegida alcaldesa de ese municipio de algo más de 47.000 habitantes. Cuatro años más tarde revalidó el puesto obteniendo una ajustada mayoría absoluta.
La llamada de Pedro Sánchez le hizo abandonar Gavà a mitad de la legislatura, aunque Sánchez Jiménez mantiene ese 'gen local' que hace que quiera "pisar la calle" y no perder la cercanía con los ciudadanos. Virtudes que demuestra durante su entrevista en el Ministerio con EL ESPAÑOL MagasIN, donde conversa sobre movilidad, transporte y vivienda, pero siempre desde la tan necesaria perspectiva de género. Una visión que la ministra tiene muy presente, quizá también gracias a haber sido secretaria de Políticas de las Mujeres del PSC.
Pregunta: Lleva menos de un año en política nacional. ¿Cómo valora estos meses?
Respuesta: Pues la verdad es que de una manera extraordinaria, como oportunidad política, pero desde luego como vivencia personal. Estos meses han sido los más apasionantes de mi vida. Es una enorme responsabilidad que asumo, pero para mí, que venía del mundo local, de tener una responsabilidad como la de ser alcaldesa, sin duda refuerza mucho más mi compromiso y mi vocación pública.
Es un reto político muy importante. Y además, en un momento en el que nuestro país necesita que estemos muy concentrados y muy decididos a trabajar por lo que realmente importa.
Usted tomó el relevo de José Luis Ábalos, que era una de las figuras más importantes dentro del Ejecutivo y del Partido Socialista. ¿Cómo afrontó el reto de sustituir a un pilar como él?
Bueno, nunca es fácil. Y no sólo por José Luis, sino porque además en este Consejo de Ministros y Ministras hay muchos compañeros y compañeras que para mí son, han sido y siguen siendo referentes. Lo más importante es que pongamos en valor el proyecto. Todos debemos trabajar para dar lo mejor de nosotros mismos por este país.
Sin perder de vista que somos un equipo, que estamos muy cohesionados y que por encima de las personas lo que defendemos es un proyecto. Creo que los socialistas además representamos eso: el valor, la fuerza de un proyecto del que ahora celebramos su aniversario -la fundación del partido-. Eso nos permite ser coherentes con nuestras políticas, más allá de las personas a las que en un momento determinado nos toca asumir una responsabilidad como esta.
A nivel programático, ¿ha seguido la estela marcada por José Luis Ábalos dentro del Ministerio o quiere tomar otro rumbo?
Bueno, no me lo he planteado nunca en esos términos. Como decía, yo creo que lo importante son los proyectos, los objetivos, y más en un ministerio como este que es tan importante y decisivo para la vida de las personas. A veces se ha relacionado con el ministerio de las grandes infraestructuras, el inversor, el de las obras, de las carreteras, los ferrocarriles... Y es verdad, lo seguimos siendo. Pero sobre todo, a mí lo que me interesa incorporar es que lo importante no es la infraestructura en sí misma, que lo es y hay que hacer inversiones, sino qué es lo que pretendemos conseguir con ellas.
Garantizar derechos es lo que queremos. Cuando hablamos de un ferrocarril o de una carretera que pasa por una ciudad lo que tenemos que pensar es si esa ciudad será mejor o no con esa infraestructura. Cuando hablamos de movilidad estamos hablando precisamente de eso: cómo garantizamos el derecho a la movilidad, al acceso a las oportunidades, a los servicios, al desarrollo económico por parte de todas las personas; con independencia del lugar donde residan, donde nazcan, de su género.
Y cuando hablamos de la Ley de Vivienda, lo mismo. Estamos hablando de personas que tienen dificultades para acceder a una vivienda y este Ministerio tiene que dar respuesta. Por lo tanto, es fundamental incorporar esa visión más humana en la que reforcemos la perspectiva de género. Estas políticas muchas veces se han asociado con una manera de entender el mundo y las ciudades desde un prisma mucho más masculinizado.
Para mí es importante ser capaz de integrar todas estas políticas desde una perspectiva necesariamente ecologista y medioambiental. El cambio climático o la contaminación es también uno de los grandes retos en los que este Ministerio tiene mucho que decir y aportar. Creo que esos serían los ejes en los que al menos yo me estoy intentando centrar en este tiempo que me toca ser ministra.
Ha desarrollado toda su trayectoria política a nivel local. Entonces, cuando recibió la llamada para ser ministra, ¿cómo fue? ¿Se lo pensó mucho antes de aceptar?
Esto lo resumía muy bien Bolaños cuando decía: "Esta es una llamada, una oferta que uno nunca espera, pero que no puede rechazar". Tengo que decir que no lo pensé demasiado porque fui consciente del honor que suponía y también de la responsabilidad. Decidí asumir con mucha humildad, pero también con la valentía necesaria que se requiere para ejercer este cargo. Por suerte, tenemos un presidente que ejerce un liderazgo indiscutible en el que tenemos muy claro cuál es nuestra hoja de ruta. Un equipo y un Consejo de Ministras y Ministros que trabajamos muy coordinadamente.
También un Gobierno de coalición que está dando resultados, por encima de que a veces haya diferencias porque somos dos formaciones políticas con tradiciones diferentes y orígenes diferentes. Al final lo importante es que estamos aprobando leyes e impulsando políticas.
Por lo tanto, asumí esa responsabilidad, insisto, con mucha humildad porque no tenemos que dejar nunca mirar a los ojos de la gente, de pisar la calle. No quiero perder ese aspecto de la proximidad, de la empatía y de la cercanía que te da la experiencia de ser alcaldesa. Pero desde luego con la valentía de tomar decisiones que son muy importantes y no a veces sencillas.
Habla del liderazgo del presidente, pero ¿cómo definiría el suyo? ¿Ha cambiado con respecto a cuando era alcaldesa?
Pues intento que no cambie mi manera de ejercer el liderazgo. Me gusta compartir mis reflexiones y también que mi equipo comparta las suyas conmigo. Después, uno tiene que formar su criterio y adoptar las decisiones oportunas en cada momento, pero creo que esa manera más colectiva de formarse un criterio es altamente positiva.
Y como feminista que soy, siempre defiendo la presencia de las mujeres en términos de igualdad en todos los ámbitos de la sociedad. Precisamente, uno de los argumentos de las feministas es que ninguna organización o empresa, ni en el ámbito público ni privado, puede permitirse el lujo de prescindir de la mirada y el talento de la mitad de la población. Intento aplicar esos mismos criterios en el trabajo que desempeño en el día a día.
Durante estos años que lleva en política e incluso cuando trabajaba abogada, ¿ha sentido alguna vez el síndrome de la impostura que tanto machaca a muchas mujeres todavía?
No todas las mujeres tenemos el mismo carácter, ni nos defendemos de la misma manera. Ni todas las mujeres son feministas. Pero al margen de eso, lo que hay que hacer es buscar esos lazos que nos unen, tejer y trabajar la sororidad, que es muy importante. El feminismo por definición no es excluyente y trabaja por una sociedad más justa, que dé oportunidades y que garantice derechos y libertades a todos por igual.
A veces se utilizan los lemas feministas o el folclore feminista de una manera que yo creo que es equívoca. Mi compromiso es intentar contribuir a que la igualdad y la perspectiva de género estén presentes en todos los ámbitos de mis decisiones. Es importante en un ministerio como este que tradicionalmente ha sido un muy masculinizado. Incluso la propia confección de las ciudades, del urbanismo, las infraestructuras, también ha tenido un sesgo de género. Eso hay que corregirlo.
Cuando planificamos una infraestructura tenemos que tener en cuenta que no sólo tiene que unir ciudades con centros de producción, que es la visión o la distribución del espacio que muchas veces se ha hecho. Sino que también tienen que ser infraestructuras que atiendan a esa necesaria cohesión social y a ese objetivo de igualdad.
"El sector de los transportes tiene que modernizarse, garantizar unas mejores condiciones para los conductores"
¿Se está encontrando muchas trabas para incorporar esa perspectiva de género en los nuevos planes, tanto urbanísticos como de movilidad?
La verdad es que no. Hay inercias que muchas veces se repiten precisamente por eso, por inercia. Pero creo que al menos este gobierno está decidido y estamos trabajando en ello. Hay otras formaciones políticas que no le dan la misma importancia a este hecho y yo lo que espero es que no se pongan en cuestión derechos y libertades que hemos conseguido las mujeres y que hemos consolidado.
Decisiones políticas como la formación de un gobierno en Castilla y León, conformado por la derecha, el Partido Popular, y la extrema derecha, desde luego que hacen cuanto menos estar en alerta. Pero sobre todo, adoptar una posición decidida, unánime y contundente de que nosotros vamos a seguir luchando para que las mujeres en esos territorios no den un paso atrás. Desde este Ministerio también lo podemos hacer.
Por lo tanto, esas reticencias pueden venir derivadas de criterios que se modifiquen en ese sentido, pero desde luego no por este Ministerio. Y si así se produjera, le aseguro que las corregiría.
Volviendo a la política local, ¿qué le ha aportado su experiencia como alcaldesa en una ciudad de menos de 50.000 habitantes?
Pues tengo suerte también de que este es un ministerio muy de calle. Es decir, yo visito muchas ciudades y territorios muy dispares en los que las realidades que viven las personas o empresas son muy diferentes. Creo que el gen local lo que te transmite al final es esa necesidad de escuchar siempre. Además, lo comparto con mis equipos cuando hago visitas. En algún momento me gusta escaparme de lo que es más propiamente institucional y tener ese contacto con las personas o los entornos donde se están dando los problemas.
Por ejemplo, hace unas semanas hubo un problema en las cercanías de Valencia. Tenía una reunión con el presidente de la Generalitat y con el conseller para hablar de esta cuestión, pero quise visitar una de las estaciones en las que se producía esos problemas, la estación Joaquín Sorolla, y hablar con la gente que estaba allí esperando para conocer su opinión. Esto que parece muy básico creó que es absolutamente necesario. Te transmite una información muy valiosa y te permite también adoptar decisiones.
Incluso muchas veces comunicar mejor lo que estamos haciendo porque puede ser que adoptemos medidas para corregir determinadas situaciones, pero no seamos capaces de comunicarlas bien o no sean lo efectivas que pensamos. La evaluación de las políticas es algo necesario y hay que establecer procedimientos para hacerlo; pero esa escucha activa, la de la calle, es muy importante. Lo hacía mucho como alcaldesa e intento mantenerlo también como ministra.
Como sabe bien lo que es estar al otro lado, ¿cree que a veces el Gobierno o las instituciones centrales pecan de, justamente, no escuchar lo suficiente a los municipios más pequeños?
Evidentemente. Los municipios, el mundo local, siempre ha sido muy reivindicativo. Aunque no tengan una competencia legal o sustentada en una norma, acaban asumiendo más competencias y eso no está acompañado de los recursos que precisan. Pero considero que este gobierno y los gobiernos socialistas, que también partimos de una tradición muy municipalista, hemos hecho un trabajo muy importante de organizar la municipalidad.
Sobre este Ministerio, lo que tengo que decir es que yo personalmente intento trabajar muy de la mano de la Federación Española de Municipios y Provincias, que es la encargada de transmitirnos ese posicionamiento local. Para nosotros ha sido muy importante. Hemos trabajado con ellos a la hora de definir los programas y las subvenciones del plan de recuperación, transformación y resiliencia.
También a la hora de conocer y de aportar soluciones en relación a la Ley de Vivienda y en otras leyes, conscientes de que no podemos aportar las mismas soluciones en una gran ciudad que en un entorno rural o un área despoblada. Si digo que somos el Ministerio de las ciudades, la voz de las ciudades tiene que estar muy presente.
Uno de los retos más importantes a los que se ha tenido que enfrentar es la huelga de transportes que se vivió hace unas semanas. ¿Cómo la afrontó?
Aquel fue un momento muy complicado. Hacía unas semanas que había estallado la guerra en Ucrania, teníamos unos niveles de inflación, y los seguimos teniendo, elevados, un incremento de los precios de los combustibles... Todo el Gobierno estaba trabajando para poder articular el Plan Nacional de Respuesta a la crisis provocada por la guerra.
Era necesario acompasar dos tiempos, los de la urgencia de la movilización y de la radicalización que se produjo por parte de una minoría de las personas que se movilizaron fundamentalmente los primeros días. Pero también ese trabajo que se estaba realizando por parte de este Ministerio y del conjunto de los ministerios para articular un plan más global. Eso, desde luego, no era sencillo.
El presidente del Gobierno estaba trabajando en el marco de la Unión Europea para poder conseguir medidas que fueran más estructurales y que fueran más allá de las propias que adoptamos en el ámbito nacional. Tuvo un buen resultado, pero manejar esa situación y esa crisis no nos resultó fácil. Cómo compatibilizas el interés particular de un colectivo muy afectado con el interés general y con el impacto que podían tener esas medidas.
"Somos un gobierno que se ha caracterizado por dar respuesta a las situaciones de crisis de emergencia"
Creo que fue una negociación muy intensa que duró lo que tuvo que durar y que al final lo importante es que alcanzamos un acuerdo con un conjunto de medidas que han sido satisfactorias, que tienen efectos muy positivos, que están ayudando al sector. Partíamos de un acuerdo anterior que habíamos adoptado con los transportistas, que les tiene que permitir no solo poder hacer frente a mejores condiciones a esta situación provocada por la crisis, sino también a esa reforma que necesariamente es estructural.
El sector de los transportes tiene que modernizarse, tiene que garantizar unas mejores condiciones de trabajo para los conductores. Se tiene que digitalizar, tiene que contribuir necesariamente a esos retos del cambio climático. Por lo tanto, yo estoy satisfecha de ese acuerdo, pero soy consciente de que tenemos que seguir trabajando porque parte de los contenidos de esos acuerdos hay que desarrollarlos y estamos centrados también en ellos.
Algunos de los grupos de transportistas dijeron la suspensión de las huelgas era temporal y que continuaría así en función de si el Gobierno cumplía con todas las medidas prometidas. ¿Teme que en algún momento se reanuden los paros?
Pues me gustaría no temerlo. Estamos cumpliendo los compromisos y estamos trabajando en esas cuestiones. Por ejemplo, cómo somos capaces de garantizar que los transportistas, sobre todo los más pequeños, trabajen en unas condiciones de dignidad y que al final sean sostenibles en términos de que no trabajen por debajo del coste.
Nos comprometimos con ellos a que antes del verano presentaríamos una propuesta. Estamos trabajando en ello y espero que en ese ánimo constructivo y debido a que estamos cumpliendo los compromisos, nos sirva esto también para hacer de esto una oportunidad para fortalecer un sector que es muy importante en nuestro país. De él dependen muchos más (o la mayoría) y por lo tanto debe ser esa oportunidad para robustecer, modernizar y hacerlo mejor.
Y teniendo en cuenta que cuestiones como por ejemplo la guerra en Ucrania parece que van a continuar durante un largo periodo tiempo...
Esperemos que no.
Sí, aunque es lo que apuntan los expertos. En ese sentido, ¿tienen planteadas más medidas o ayudas para el conjunto de la población? Por ejemplo, para los combustibles, cuyo precio sigue bastante alto pese a las ayudas de los 0,20 euros.
Precisamente el Plan Nacional de Respuesta contemplaba medidas que tenían impacto en el conjunto de la población y otros sectores. Se han adoptado medidas con carácter general, pero también para los sectores más afectados y eso es importante.
Nosotros siempre hemos dicho que este era un plan que tenía un periodo de vigencia entendiendo que para ese momento hubiéramos superado esta situación, pero que en cualquier caso era un plan revisable. Se tiene que modificar si las necesidades y demandas de la ciudadanía, empresas y sectores, así lo precisan.
Creo que somos un gobierno que se ha caracterizado por dar respuesta a las situaciones de crisis de emergencia. Lo vimos con la pandemia y lo estamos viendo ahora. Ojalá no sea necesario adoptar nuevas medidas porque finalice la invasión a Ucrania, porque conseguimos que las que estamos adoptando tengan el efecto que prevemos. Pero desde luego si es necesario, seguiremos trabajando.
Se está haciendo también un seguimiento de su impacto para ver si estamos llegando donde queremos llegar y favoreciendo a los colectivos que queremos. Si por ejemplo esa ayuda de los 20 céntimos que se está dando al combustible está llegando realmente al bolsillo de los ciudadanos. Somos conscientes de que es un plan de medidas que tiene que funcionar, pero que si no funciona lo revisaremos.
Pasando a la movilidad, usted ha comentado lo importante que es legislar con perspectiva de género. ¿Está implementada en el proyecto de Ley de Movilidad?
Sí, desde luego. La Ley de Movilidad en primer lugar, pretende garantizar el derecho a la movilidad de todos y de todas con independencia de su lugar de procedencia, su capacidad económica y su género. Es verdad que las infraestructuras se han concebido tradicionalmente desde una mirada muy masculinizada y en los transportes también hay diferencias. Creo que ahí cada vez hemos adquirido trenes que se adaptan mucho más a las necesidades de las mujeres o de colectivos diferentes como invidentes, personas con algún tipo de discapacidad física, sensorial o intelectual.
Hay que seguir trabajando en esa línea y esta ley incorpora esa perspectiva. También cuando hablamos de cómo tenemos que diseñar una estación donde tiene que llegar un tren y dónde la tenemos que situar. La estación hay que situarla en lugares céntricos, que no generen inseguridad. En eso las mujeres a veces tenemos una percepción diferente. Entonces, la Ley de Movilidad evidentemente incorpora este prisma.
"Si hay que apostar por un medio de transporte, es el tren"
Hablando de movilidad, durante su intervención en el Wake Up Spain! que organizó EL ESPAÑOL, también habló de la importancia de "articular soluciones innovadoras a la movilidad". Afirmó que no siempre es conveniente el abrir nuevas estaciones de tren o incorporar flotas de autobuses que luego van vacíos. ¿Cuáles son esas soluciones que tienen sobre la mesa?
Bueno, pues soluciones que tenemos sobre la mesa y también ya se están aplicando. Muchas veces a la realidad y lo que ya funciona lo que es importante es ponerlo en valor e introducir nuevos modelos y sistemas. Gracias a las nuevas tecnologías, a la digitalización, a que ha cambiado el trabajo nos replanteamos esas necesidades de movilidad y cómo la articulamos.
Mire, hay servicios de movilidad a demanda, es decir, no siempre tiene que funcionar el transporte público o el transporte colectivo en base a la sujeción de unos horarios determinados que son inamovibles. Quizá es más eficiente establecer sistemas de movilidad a demanda y eso requiere un análisis. Es mucho más quirúrgico, si se me permite la expresión. La digitalización, la información, los datos nos permiten tener y poder manejar una información que nos puede ayudar a dar una mejor respuesta diferente a la tradicional, pero que seguro que va a ser más eficiente socialmente, económicamente y medioambientalmente.
Esto a veces genera recelos porque todo el mundo quiere un tren que llegue a su ciudad, pero no siempre es la mejor solución. Eso es lo que pretende la estrategia de movilidad y también la Mesa de movilidad rural que hemos constituido para que en esas áreas más despobladas, en los entornos rurales, podamos dar una respuesta precisa.
No se trata de que eso lo entendamos en términos de que queremos ahorrar dinero, lo que queremos es destinar esos recursos públicos de la mejor manera posible. Eso es lo que estamos haciendo, trabajar también con los ayuntamientos con la sociedad civil, los agentes económicos y sociales para construir y diseñar esas soluciones.
Y por ejemplo, de los servicios de movilidad a demanda, ¿podría explicar un poco dónde se han incorporado, cómo funcionan y si se tiene en cuenta la brecha digital?
Nosotros ahora hemos aprobado un proyecto que se llama El Proyecto por Cuenca, que pretende sustituir o dar una alternativa al uso del tren. Imagínese un tren con una capacidad de más de 200 personas que en el momento en el que más ocupación tenía eran 14 personas. El replanteamiento es: bueno, reforcemos el sistema de transporte a través de los autobuses, trabajemos con las administraciones locales y con los representantes de los sindicatos, agentes sociales y económicos, para ver dónde hay más necesidades de movilidad, con qué frecuencias, a qué horarios.
A partir de ahí diseñemos ese sistema que pasa por reforzar las líneas de autobuses. Pero no cualquier autobús, sino que sean autobuses eléctricos. Esa es una movilidad más sostenible, más eficiente. Que podamos incorporar, por ejemplo, con determinadas bonificaciones en otro tipo de abonos de los trenes regionales o de media distancia.
Se trata de combinar todas las oportunidades que tenemos, trabajar desde una vertiente de la intermodalidad. Teniendo en cuenta experiencias como estas, que las hemos acordado, y que yo creo que van a ser un buen ejemplo en el que luego podamos reflejar otras que se hagan en el territorio.
Pese a todo, el tren sigue siendo como el transporte sostenible y del futuro por excelencia, ¿verdad?
Desde luego. Yo quiero explicar eso. Estamos estudiando las respuestas de movilidad un poco a medida, pero por encima de todo si hay que apostar por un medio de transporte, es el tren. La Ley de Movilidad lo refleja y también todas las estrategias que estamos poniendo en marcha, las inversiones que estamos desarrollando en cercanías y alta velocidad. Los corredores Mediterráneo, Atlántico, que también se unen con el Norte, con Asturias y con Galicia... Esa extensión de los corredores para hacer que nuestro país pase de una estructura radial a una estructura mallada.
Eso nos lo permite hacer el tren y tenemos los instrumentos para hacerlo posible. Los fondos de recuperación, transformación y resiliencia van a suponer, una vez más, una oportunidad histórica de transformar y mejorar las infraestructuras ferroviarias en nuestro país. En eso estamos centrados.
"Muchas veces, las mujeres tienen más dificultades que los hombres para acceder a una vivienda"
¿Usted, por ejemplo, qué transporte usa cuando vuelve a Gavà?
Pues a veces voy en AVE, en tren o, bueno, en avión, no os voy a engañar. Según el horario o las circunstancias del momento adopto una opción u otra.
Hace unos meses llegó el AVE a Galicia. Era algo que llevaba pendiente muchos años y todavía hay territorios de España que lo están reclamando ¿cuál es el próximo destino en el que están trabajando para que llegue el AVE?
Ahora tenemos objetivos más a corto-medio plazo. La llegada del AVE a Murcia, que esperemos que lo podamos consolidar ya durante este año. También a Burgos, de aquí a unos meses. Estamos trabajando en esos proyectos, también en Extremadura. Esos objetivos son más inmediatos, pero seguimos trabajando en los corredores, el resto de infraestructuras de alta velocidad y también la red convencional.
Y es que tenemos que hablar del cercanías que posibilita esos desplazamientos más del día a día. Estamos impulsando la alta velocidad en este país, yo creo que como nunca, pero también hay que poner en valor el esfuerzo que estamos haciendo en la red convencional y cómo tenemos también que mejorarla.
Yo soy muy sensible a este tema. Sigo con atención cuando se dan problemas en cercanías. Precisamente estos días hay un movimiento que se está articulando en Cataluña por un descontento con el funcionamiento de Cercanías. Eso me preocupa y desde luego me comprometo a trabajar para mejorar ese servicio tan esencial para los ciudadanos.
¿Cree que en un futuro a medio plazo el tren conseguirá sustituir al avión? Porque muchas veces todavía vemos que hay billetes de avión más baratos que de tren.
Creo que muchos trayectos en los que hay una alternativa ya se está produciendo ese desplazamiento al tren. La liberalización del sector ferroviario ha ayudado a eso y también fue una decisión que pretendía ese objetivo: hacer la alta velocidad, los trenes, más asequibles a todos los bolsillos. Y lo hemos conseguido. Tenemos AVLO, que digamos, es el operador low cost de Renfe; pero también Ouigo, Iryo…
Esa liberalización nos ha permitido democratizar la alta velocidad, utilizar y optimizar el uso de una infraestructura como la nuestra, que es de las mejores del mundo. Creo que eso que hemos ido consiguiendo y en lo que ya tenemos resultados, desde luego que se va a ir aumentando.
¿Cuál es la situación de la mujer en el sector de los transportes? La Ley de Movilidad destaca que aunque ha aumentado la presencia de mujeres todavía se requiere de una mayor participación. Además, antes lo comentaba, este Ministerio está todavía muy masculinizado.
Aparte de atraer, yo creo que hay que incorporar esa visión de género a la movilidad, a las infraestructuras, y lo estamos haciendo. Dentro de la estructura del Ministerio estamos incorporando cada vez más mujeres. También estamos promoviendo, a través de programas como Niñas de la Ciencia -el programa de STEM que hacemos con el Ministerio de Educación-, esas en vocaciones de carreras científicas y tecnológicas en niñas.
Creo que vamos a ir consiguiendo cada vez más que sea algo mucho más natural, que esa visión de género y la igualdad estén más presentes en cuestiones como la movilidad. Vamos a seguir en esa senda.
Otro de los grandes retos que tiene el Ministerio es la vivienda. Sobre su Ley de Vivienda, ¿cuáles son los puntos que más destacaría y cómo se ha planteado ese enfoque de género?
Partíamos de una situación en este país muy compleja y que en los últimos años ha sido dramática para muchas familias y jóvenes que se han visto impedidos para poder acceder a una vivienda, en compra o en alquiler. Partiendo de esa situación y de que las Administraciones públicas tenemos que garantizar el acceso a una vivienda digna y asequible, nos planteamos también con valentía el aprobar la primera Ley de Vivienda en la historia de la democracia.
Cuando hablamos de vivienda, también hablamos de una de las principales herramientas para garantizar la dignidad de las personas, y evidentemente de las mujeres. Las mujeres tienen más dificultades que los hombres, muchas veces, para acceder a una vivienda, por el simple hecho de que existe una brecha que hace que su salario sea inferior de media.
Hemos promovido una ley que incorpora esa perspectiva y el Plan Estatal de Vivienda es otro de los instrumentos que acompaña a nuestras políticas. Establece programas para priorizar esa ayuda a esas mujeres que tienen más dificultades, que son familias monoparentales o víctimas de violencia de género. En la redacción en sí de la ley y en el conjunto de articulado el objetivo es ese: garantizar el derecho a la vivienda por parte de todos los ciudadanos y ciudadanas. También tenemos una serie de programas específicos para ayudar a los colectivos más desfavorecidos.
"Hay que ser capaz de compatibilizar el desarrollo de lo nuevo con la transformación de lo que ya existe"
Hace unos días estuvo en Nueva York y se reunió con diferentes políticos para hablar de urbanismo y sostenibilidad. ¿Qué conclusiones ha sacado de esa visita? ¿Qué están haciendo en la Gran Manzana?
La conclusión que he sacado es que, en primer lugar, España es un referente en muchas cuestiones. Muchos países reconocen los avances que ha hecho este país en materia de igualdad. Y lo tengo que decir, han sido los gobiernos socialistas los que han aprobado leyes que han permitido que las mujeres avancemos.
Al margen de todo eso, en Nueva York se trataron las cuestiones que tienen que ver con la agenda urbana. Reconocieron esas medidas que hemos adoptado en España, que aprobamos en 2018 y que pretenden hacer de nuestras ciudades, ciudades más amables, igualitarias, sostenibles. Más humanas.
Esa experiencia te permite ver también cómo todavía siguen existiendo grandes desigualdades en este mundo. Es fundamental que prestemos la atención necesaria a la cooperación en países que están ahora en vías de desarrollo, porque hay batallas que son globales y que necesitamos abordar conjuntamente, como por ejemplo el cambio climático.
¿Cuáles son los planes que sí o sí quiere cumplir hasta que se acabe la legislatura?
Aprobar la Ley de Vivienda y la Ley de Movilidad. Es muy importante que sigamos impulsando transformaciones de lo que ya existe. No hemos hablado de todas las políticas de rehabilitación, de eficiencia energética, de la regeneración de entornos residenciales y urbanos. No solo tenemos que preocuparnos de hacer nuevas cosas, sino también de mejorar lo que ya tenemos.
Hay que ser capaz de compatibilizar el desarrollo de lo nuevo con la transformación de lo que ya existe. Hacer nuestras propias infraestructuras más modernas, sostenibles y digitales. Los fondos de recuperación, transformación y resiliencia nos permiten hacerlo. Sobre todo, que contribuya a hacer mejor este país y nos pueda hacer más fuertes para soportar crisis como las que nos ha tocado vivir, que ojalá no se repitan pero que también nos está obligando a hacer ejercicios, no solo de solucionar lo que tiene que ver con el corto plazo, sino también reformas estructurales que estamos abordando.
Por último, una vez acabe esta etapa ¿se plantea volver a la política local?
No, de momento no me planteo nada. Estoy aquí a disposición del presidente del Gobierno, intentando dar lo mejor de mí misma para mejorar la vida de la gente y ya está. No tengo más aspiración que esa, que ser útil mientras pueda ser útil.