Afirma la vital Arielle Dombasle que nunca dejará de jugar a las muñecas. En un instante de su último videoclip, de izquierda a derecha, la actriz y cantante francesa Arielle Dombasle, musa y artista de la escena pop, sostiene en la mano una muñeca Barbie.
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Sin embargo, este momento también podría leerse al revés, como si fuera la muñeca la que se hubiera encarnado finalmente en una mujer real: cantando Oh my Barbie Doll, you are born in 58 like me [Oh, mi muñeca Barbie, tú naciste en el 58 como yo], canta Dombasle, reivindicando esa coincidencia biográfica.
Una proyección de ida y vuelta que comenzó cuando Dombasle, siendo una niña de nueve años, recibió entusiasmada esta muñeca icónica como regalo. “Yo tenía, como muchas niñas, una colección de muñecas”, explica Arielle Dombasle, pero recuerda inequívocamente cómo “a los 9 años me compraron mi primera Barbie, para mí fue una historia de amor inmediata, que duró toda la vida”.
Para ella, “Barbie fue la primera muñeca que no era una niña, que tenía la imagen de señorita. Las niñas podían identificarse, proyectarse en el futuro. Fue la primera muñeca moderna, la que podía lograrlo, la que tenía todos los puestos y trabajos de una mujer contemporánea: abogada, enfermera, socorrista de playa, covergirl, atleta, motociclista, dama de casa, working girl, astronauta, patinadora artística, princesa, ministra de industria…”.
Dombasle habla de “toda la panoplia de la mujer completa que escoge su destino. La podías cambiar todo lo que quisieras, peinarla, cortarle el cabello e inventar vidas y proyecciones de ti misma en el futuro”.
Se define, al igual que su muñeca favorita, como 'muy feminista y muy femenina'. En su caso, “siempre fui feminista, me gusta ser una mujer que escoge su destino, en una época que lo permite puedes lograr ser la quieras ser por medio de trabajar mucho, esforzarte, estudiar”.
Arielle cantante
De padres franceses, nacida en Estados Unidos (Connecticut), Dombasle se crió en México y es heredera de una cultura cosmopolita, formación en interpretación y música clásica, lírica, pop y rock.
Figura underground y popular, después de 25 singles y 10 discos, ahora presenta su nuevo álbum que se titula Iconics en un homenaje a las mujeres de los años cincuenta y sesenta, auténticas estrellas del firmamento cinematográfico y musical, musas de la feminidad absoluta, y en este proyecto incorpora un único tema que no es una versión: Barbieconic.
En el disco, en el que ha colaborado con nombres de la música actual como Omoh o Charly Voodoo, hay un homenaje a todas las mujeres que la han marcado en su forma de ver la interpretación musical. “Mucho trabajo. Muchos ensayos. Acuerdos con la sensibilidad profunda de cada uno”, resume, “¡Inspiración!”.
Para Dombasle, respecto a las mujeres elegidas para versionar, Marlene Dietrich es el “símbolo de la mujer que se apoderó de su imagen, que cruzó su siglo entre el cine y la interpretación de las piezas musicales mayores, siendo un símbolo del glamour, L’ange bleu, L’impératrice rouge, Shanghaï Express, hay misterio y leyenda en su imagen”.
Sobre Peggy Lee, afirma cómo “me encanta la figura de la Frank Sinatra femenina, como la llegaron a llamar en Hollywood” y sobre Marilyn Monroe, que es “la reina más espectacular, la hermanita de todas las actrices, una maravillosa muñeca glamour con un fondo de tragedia”.
En su homenaje a Judy Garland, para ella está haciendo un panegírico en realidad de “una niña con una voz de oro. La primera comedia musical que vi The Wizzard of Oz, fue la que me dio ganas de cantar”, confiesa.
Josephine Baker le parece “la encarnación de la libertad. La insolencia de una artista de piel de color negro en los años 20, que se convirtió en reina de París, ¿lo imaginas?”. Y sobre Shirley Bassey comparte que es “la voz poderosa llena de encanto y de emoción que fue la encarnación de la voz de las primeras spy girls de las películas de James Bond”.
Arielle actriz
Pregunta: Ha colaborado usted con muchos grandes directores: Eric Rohmer o John Malkovich entre otros.
Respuesta: Sí, Eric Rohmer fue el primer director que me miró positivamente y que me escogió porque yo sabía, además de interpretar, cantar, hice el conservatorio de música durante las escuelas de actuación.
Con él trabajé en cinco películas, fue mi gran maestro. John Malkovich es un ser tan delicado y elegante, hice dos de sus primeros cortometrajes con la maravillosa Bella Freud (la hija del pintor Lucian Freud y nieta del gran psicoanalista Sigmund Freud) fue estupendo, y luego actuamos juntos, él fue incluso ‘mi esposo’ en la película Les Âmes Fortes de Raoul Ruiz.
También tiene un agradecimiento especial a Roman Polanski…
Roman Polanski me eligió para un papel en Tess con Nastassja Kinski, y siempre fué un perfecto gentleman conmingo, cuando le pregunté si podía hacer un papel en mi primera película, como directora a los 23 años, me dijo sí con gran generosidad.
De las mujeres que ha conocido en su vida, con las que ha compartido su tiempo, ¿quién la ha inspirado o influido más?
Sin duda, mi maravillosa abuelita, Man’ha Garreau-Dombasle. Gran poeta, mujer de una elegancia sin igual, que escribió toda su vida poesía, libros y que aún su puesto de esposa del gran embajador “Maurice Garreau-Dombasle” que fue también vice cónsul en India en los años 20. Aprendió el idioma bengalí y tradujo a Rabindranath Tagore, en Los amores de Rhada y Krishna. Toda su vida estuvo articulada alrededor de sus escritos y de su poesía conociendo a todos los artistas mas apasionantes del siglo”.
Para Dombasle, “lo importante es tener un sueño, sea cual sea”, es fundamental “imaginar un futuro con imágenes de logro, que sea el sueño perfecto… y trabajar para poder lograr ese porvenir… Desde muy pequeñita sabía que iba bailar, cantar, lucir y que a la gente le gustara verme, escucharme sobre la escena… Fue un sueño que se hizo realidad”.
Femenina y feminista, tal como se define, Dombasle termina esta entrevista reclamando el poder de la feminidad para sí misma y para todas las mujeres, no exenta de ironía y sentido del humor, recordando el disfrute de la creación, la creatividad, la música y la interpretación, aún o especialmente, en épocas difíciles.