La autora Desirée Ruiz nos revela los detalles de su nuevo libro
Villa Melania es una novela romántica, de suspense y misterio trufada de secretos familiares.
4 marzo, 2023 02:01Todo comenzó con ella. La imaginé vistiendo faldas pesadas y abrigos largos; fantaseé con sus gestos lentos, con su belleza antigua y un tanto distante. Pero lo que me llevó a pensar que aquello podría ser la esencia de una novela fue su cabello oscuro, denso como un bosque, su mirada a menudo velada por la niebla y, cómo no, su muerte.
Melania me encontró cuando buscaba una nueva historia, un nuevo micro universo que construir. Se topó conmigo un día de verano, mientras garabateaba ideas en un cuaderno, sentada frente al mar. Este fascinante personaje femenino me sugería tragedia, amor y secretos; por supuesto, necesitaba un lugar donde ocultarlos, un mirador desde el que asomarse, una mansión por la que deambular haciendo crujir la tarima de los escalones. Y esa sería Villa Melania.
En mis pequeños mundos inventados siempre trato de crear un ambiente que me aleje de lo prosaico de la vida moderna, a menudo fría y devorada por la prisa. Me gusta envolverme en una atmósfera de misterio y romanticismo, donde los secretos se encierran en habitaciones ocultas y los sentimientos en diarios y cartas manuscritas, donde el pasado y el presente se entretejen para reflejar lo que fue y lo que es. De ese modo surgió Villa Melania: una mansión señorial con un precioso jardín, rodeada de un alto muro de piedra que la aísla del exterior, como una burbuja atemporal donde la presencia de su dueña continúa impregnando las estancias décadas después de su muerte.
La ciudad elegida, como no podía ser de otro modo, fue Zaragoza. Es mi ciudad, esa que llevo en el corazón junto a aquella en la que hace años que resido; y es, además, un lugar maravilloso con rincones muy especiales. Buscando información leí sobre Villa Alta, derruida hacía años y ubicada en el Paseo de Ruiseñores; en ella me inspiré al inicio, y poco a poco, mi villa fue adquiriendo carácter propio.
Cierta vez alguien me dijo que algunas personas poseen algunas de las cualidades de los edificios en los que viven, algo similar a esa teoría sobre el parecido entre los animales de compañía y sus dueños. Supongo que en este caso fue la mansión la que adoptó esa cualidad enigmática de su dueña, convirtiéndose en el vínculo con su tragedia, que muchos años después se repetiría. Villa Melania es, sin duda, un personaje más de la novela.
Antes de comenzar a escribir leí mucho sobre la melancolía, el lirismo de la tristeza, la desolación, la pérdida y la vida paralizada por el dolor. De ese modo, llegué a sentirme conectada con un personaje que vivió durante décadas en la villa, preso de esa enfermedad del alma que inundaba cada estancia de la casa, plagada de silencios, reflejos y crujidos. Así que, unos meses después de ese primer día de verano, ya tenía a Melania, tenía la villa y tenía las sensaciones que deseaba generar; ahora solo necesitaba completar la historia.
Villa Melania es una novela de misterio y secretos familiares que marcan las vidas de diferentes generaciones de mujeres de una misma familia. Un suceso trágico condicionará el futuro de todos ellos: la víspera de Reyes de 1966, cuando faltan pocos minutos para la medianoche, un cuerpo se estrella en el jardín de la mansión. A pesar de ello, no será hasta más de cincuenta años después, cuando otro fatídico acontecimiento se convertirá en el revulsivo necesario para que los secretos comiencen a desvelarse: en 2019, el mismo día, a la misma hora y en el mismo escenario, otro cuerpo sin vida se precipitará al vacío desde el mirador de la torre.
A partir de entonces se hilvanará una historia hasta entonces silenciada, y las lectoras podrán descubrir las complejas relaciones familiares de las hermanas Vega y de sus descendientes. Los intereses, los celos, la amistad incondicional, el amor eterno, la generosidad y la envidia, deambulan entre los miembros de esa familia, muchas veces sin poder evitarlo; a menudo una misma persona puede albergar sentimientos contradictorios hacia otra, apasionados, fríos, incluso enfermizos.
A pesar de toda la oscuridad y la tristeza que parece impregnar la historia, estoy convencida de que siempre hay luz. En este caso, Cloe será quien tire de ese hilo tejido con los silencios, a veces por las buenas intenciones, otras por la vergüenza, algunas por la culpa, e intente restablecer la alegría y la esperanza de un futuro luminoso en Villa Melania. Quizá lo logre, quizá no. Esa es una de las incógnitas de la novela.
Las personas somos como grandes mansiones. Estamos llenas de corredores, escaleras, estancias y recovecos. Muchas veces, nuestras puertas están abiertas o algo entornadas, pero otras están cerradas. Quizá escondan una pequeña buhardilla, un desván, o una amplia sala. Tal vez estén limpias o llenas de telarañas. Pero lo que está claro es que todos, absolutamente todos, guardamos secretos.