Los interiores también se escriben. Detrás del elegante escritorio en el que se sienta Gina Díez Barroso llama la atención una colorida estampa de Keith Haring con dos figuras en un gesto alegre. También relucen unos marquitos dorados con fotos familiares en una balda de la estantería y el ojo captura un curioso vaso que podría ser de diseño mexicano: todos objetos como si fueran frases de la misma persona que hablan del espacio que ocupan y anticipan una conversación sobre arte, arquitectura, educación, familia y México.

La presidenta del Grupo Diarq, fundadora de la conocida Universidad mexicana Centro, ejerce desde hace años como consejera independiente de diferentes conglomerados empresariales (Grupo Santander, Consejo de Administración de Americas Society and Council of the Americas, Laurel Strategies o Qualitas of Life Foundation).

Es también la consejera no ejecutiva de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), de Dalia Women (Dalia Empower), miembro del Comité de las 200 (C200) y representante de México de la iniciativa W20 de mujeres en el G20, siendo miembro de las comisiones de nombramientos y de banca responsable, sostenibilidad y cultura.

Gina Díez Barroso

Explica cómo, a pesar de su agenda, es una persona muy familiar. “Tuve cinco hijos, más dos de mi esposo. Hemos hecho una completa fusión y adquisición [sonríe], así que tengo siete hijos y dieciséis nietos, es un gentío tremendo cuando nos reunimos los fines de semana", reconoce.

"¿Cómo balanceo mi vida?", pregunta. “No se balancea, un día te das cuenta de que no es posible hacerlo todo perfecto y te quitas la culpa… y la vida sigue. Yo trabajo mucho, unas 10 o 12 horas al día. Después, una vez cada cinco semanas voy a Nueva York y cada seis paso una semana en Madrid. En México, trabajo en mi oficina, que está cerca de casa y también voy a la universidad dos o tres días a la semana…”.

De Televisa a Diarq

La empresaria mexicana, que después de magasIN atenderá a un conocido medio norteamericano para hablar sobre México [“trato de hacer todo lo que puedo por mi país”], relata a vuelapluma su extensa experiencia en el campo inmobiliario y educativo: “Yo estudié Diseño y creo que tengo una vocación por arreglar lo que no sirve, por dar un nuevo uso a lo que supuestamente no usaremos”.

Tras licenciarse en el Centro de Diseño de la Ciudad de México, y debido a su primer matrimonio, explica cómo se trasladó a Stanford para estudiar Psicología: "No era eso a lo que me iba a dedicar, pero pensé que, de las opciones que había, al menos me gustaría”.

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A su regreso propuso un nuevo producto en la Editorial de Televisa. “Fue mi abuelo quien lo fundó, pero cuando me metí a trabajar en Editorial Televisa, donde había muchas revistas, lo hice pensando en dos preguntas: ¿qué es lo que no hay?, ¿qué es lo que no sirve? Todas las revistas de aquella época hablaban ‘de usted’ a las mujeres, y no había ninguna que hablara a los jóvenes, no era posible, a las niñas nadie les hablaba”.

Gina Díez Barroso

Describe su idea sin tapujos. “Desde chica me etiquetaban como la niña que ‘no aceptaba un no por respuesta’. Era mi defecto y ha sido mi mayor virtud. Al final, por cansancio, me dieron el ok a hacer una revista para chicas, pensando que quizá iba a durar un mes. Recuerdo que empecé esa revista pensando qué nombre ponerle, pensé un logo, un formato y, curiosamente, cuando nos invitaron hace unos días al 35 aniversario de la revista , le pregunté a mi marido: ‘¿Cuánta gente crees que habrá?’. Y al llegar encontramos a más de 8.000 niñas gritando, aún en esta época, y me dicen que la revista sigue imprimiéndose porque las coleccionan”.

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“Cuando tenía 26 años no quería trabajar con mi familia para siempre”, continúa, “así que fui a hacer mi primer emprendimiento. Pensé que cuando se construye un inmueble necesitas lidiar con muchas compañías diferentes, primero un arquitecto que haga un proyecto, después con alguien que lo construya, luego con un diseñador de interiores y si algo sale mal todos se echan la culpa los unos a los otros. ¿Por qué no hacer una empresa que se encargara de todo? Mi empresa, Diarq, ha llegado hasta 400 empleados, con cientos de proyectos comerciales y residenciales muy exitosos”.

La Universidad Centro

La Universidad Centro, con 3.000 alumnos y 380 profesores [“ninguno en tiempo completo, todos en ejercicio profesional”, describe], es el único campus del mundo con un nivel de 100% de sostenibilidad, nivel platino. Gina relata cómo llegó al ámbito de la formación. “Perdí a mi papá cuando tenía 11. Yo siempre me había llevado muy bien con él. Y luego crecí con mi abuelo, que dejó un legado en teleco. Pensé en mi vida sobre qué más legados se pueden dejar, así que, cuando cumplí 42 años, habida cuenta de mi interés en los dos lados del cerebro, pensé en por qué no empezar con un proyecto universitario para enseñar los dos hemisferios. Decidí montar la universidad, Centro, y ahora competimos con el mundo entero”.

“Nuestra ambición fue desde el principio tener cero burocracia, el mayor enemigo de la creatividad y la innovación”, explica. “Al principio del proyecto, como no tenía credenciales, dije ‘voy a hablar con los presidentes de las diez mejores universidades del mundo’, y les hice una pregunta: ¿Si pudieran hacer una universidad nueva, qué harían diferente?... Todos coincidieron en que lo más primordial era ‘eliminar la burocracia al máximo posible’”.

Explica la fundadora de Centro cómo “la necesidad de la burocracia muchas veces proviene de la financiación, de las famosas donaciones y algunos modelos realmente atan las manos de la dirección de la universidad. Cada uno de los cambios tienen que pasar por todos los consejos, así que cuando se autorizan ya están obsoletos. En EEUU casi el 90% de los ingresos de las universidades proviene de sus colegiaturas, aquí solo del 50% porque el resto proviene de que trabajamos para Google, Meta,… todas las empresas que puedas imaginar. Somos un semillero de talento y el alumno que se gradúa, antes de hacerlo, ya está trabajando en pasantías”.

Además, señala la importancia de la salud mental y concretamente en relación a la tecnología [actualmente tienen una muestra en colaboración con Meta sobre creatividad]: “Tenemos que recordar que los seres humanos somos más humanos que seres... La tecnología es una herramienta, pero no puede ser nunca el objetivo final”.

Liderazgo femenino

“Mis respetos para Ana Botín”, explica, “es impresionante su liderazgo”. Asimismo señala a Christine Lagarde: "Ella me dijo una frase que me marcó". Recuerda Gina cómo la presidenta del Banco Central Europeo se sinceró con ella: "Cada mañana que me cuesta levantarme, cuando me giro y veo a mi marido dormido, me levanto y recuerdo a una sola mujer que me haya dicho que su vida cambió por algo que yo hice, así que brinco y me pongo a trabajar”. También recuerda cómo tuvo "la suerte, en el G20, de conocer a Angela Merkel, una mujer impresionante con una inteligencia ridículamente avasalladora" y de la que destaca su forma de vida, su sencillez y congruencia.

En relación a la cultura, explica cómo admira a la artista mexicana Frida Kahlo. “Tú mira por un momento la vida de Frida Kahlo, no sólo sus obras de arte, sino sus libros, su pensamiento, lo libre que era y cómo se expresaba y la congruencia de esa mujer, por eso es mundialmente admirada”.

Menciona también a Peggy Guggenheim y a las muchas mujeres neoyorquinas que la rodearon: “Te das cuenta de que todas ellas eran mujeres olvidadas y hoy está siendo impresionante la cantidad de artistas que estamos recuperando de aquella época y todas las nuevas que estamos conociendo ya como directoras de películas, directoras creativas en el mundo del diseño…”.

“Con las mujeres”, continúa, “siempre he sido una total convencida de que la equidad tiene que existir”, aclara. “Hace 20 años accedí a formar parte del Comité de las 200, todas mujeres líderes en el mundo, ahora la realidad es que somos 300, y yo soy la única latinoamericana, no porque no haya más, pero hasta que otras lleguen, considero que debo aportar lo máximo que pueda”.

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Explica cómo esta estructura tiene en 3 divisiones: “Unas llevamos políticas públicas, el acceso a posiciones de liderazgo y en consejos. Otras, la Fundación, en donde becamos a mujeres en doctorados o maestrías. El tercer grupo se dirige a conectar con las mejores universidades del mundo [Harvard o London School of Economics]”.

Comenta con ironía que el nombre de las habilidades blandas le molesta: “Es que no hay universidad en el mundo que no las resalte... El nombre me molesta mucho porque no tienen nada de blando”. Hace 9 años, Gina fue escogida para representar a México ante el G20 y fue ahí cuando se dio cuenta, "tratando con los 20 países, de que la cuestión de la inequidad no es un monopolio mexicano, no existe un piso plano”.

Describe “estereotipos equivocados que nos diferencian desde pequeños”, que provocan que “comiencen las inseguridades a estar dentro de nosotras, que las mujeres hagan suyo el no decidir lo que quieran hacer en la vida": "Ojo, si quieres ser ama de casa, perfecto, o si quieres ser escritora, ingeniera o astronauta, lo importante es que el día que cumplas 60 te digas orgullosa y felizmente que fue tu decisión vivir tu vida”.

El proyecto Dalia

Respecto a Dalia, su iniciativa de apoyo al liderazgo femenino en México, explica que "nadie necesita un esposo o esposa, sino socio de vida o socia de vida, que te ayude a crecer y a hacer realidad tus sueños”. Se refiere a Programas de transformación y networking, dos vectores de este cambio social.

“¿Ya negociaste con tu pareja?, comienzo siempre preguntando a las niñas”, comenta. “No planeen la boda, planeen la vida. La boda dura un día, pero lo más importante es que se aseguren de sus valores y sus objetivos, qué piensa su pareja de la economía, del trabajo, qué piensa del dinero, qué piensa de la religión: eso es crear un proyecto, no sólo casarse con alguien que te agrada”.

“Hace unos meses”, recuerda, “World Economic Forum, LinkedIn y MacKinsey publicaron las 20 fortalezas que el ser humano tiene que tener para el éxito profesional y, de esas 20, 15 son soft skills. En ellas nos especializamos en Dalia. Si una mujer que accede a una posición de liderazgo o consejo falla, esto lo dicen los gurús, no va a ser por los hard skills. Si me colocan en una posición, habrá un headhunter que ya habrá chequeado los hard skills, será porque mis soft skills no estaban desarrolladas lo suficiente”.



“Yo tuve la suerte de tomar un ejercicio con Simon Sinek”, explica, “respecto a Encontrar tu propósito: él dice que tu propósito siempre viene del pasado. En cualquier caso, todos tenemos pasiones y propósito. Mi pasión es darle la mayor educación posible a las mujeres para que logren sus metas en la vida personal y profesional”. Sin embargo, aclara, “el New York Times publicó hace poco que sólo el 35% del mundo tiene un propósito”.

En cuanto a la existencia de mujeres en los Consejos, explica que, “por lógica, si el 80% de la decisión del consumo la lleva la mujer, ¿cómo puede haber aún consejos con 14 personas que son todas hombres, blancos y financieros? La diversidad siempre lleva a pensar en el género, por supuesto, pero debe aplicarse a las formas de pensamiento, las formas de ser, los estudios realizados, los orígenes… ¡Hay empresas de fabricación de ropa de niños en las que no hay una mujer sentada ahí! No se trata de una oportunidad para las mujeres, es una oportunidad para las empresas y hay datos duros de todas las consultoras, no hay una sola que diga lo contrario”.