“Creíste que demostrar dureza y rigidez ante los demás sería una buena manera de tenerlo todo controlado y se convirtió en tu modus operandi”, asegura Sonia Díaz Rois, experta en la gestión de la ira en su página web.
[Mujeres al borde de un ataque de nervios: la ansiedad se recrudece en los meses de verano]
Y añade: “Cada vez que llegas al trabajo, la gente se torna seria o se dirigen a ti con cuidado y guardan distancia. Lo mismo pasa con tu entorno familiar y tu círculo de amistades se ha ido reduciendo con los años, pero siempre pensaste que el problema estaba en los otros. Te sientes agotada y mal”.
Muchas mujeres se verán identificadas en esta descripción. La ira y el enfado continuo persiguen a aquellas que tienen una carga excesiva, ya sea familiar, ya sea profesional, o ambas a la vez.
La coach asegura que “estar todo el día en tensión hace sufrir mucho, pero la mayoría de las mujeres no saben gestionarlo. Ya no sólo se sienten enfadadas con el mundo, sino también consigo mismas”.
Añade que: “La mayoría de ellas ya han probado otras técnicas como mindfulness, practicar yoga o libros de autoayuda, pero no han conseguido resultados”.
Por ello, Sonia Díaz Rois, experta en gestión emocional y Eneagrama, una herramienta de observación que permite conocer nueve tipos básicos de personalidad para comprenderse a sí mismo y a los demás. Desde su experiencia ha puesto en marcha un programa, GTI (Gestiona Tu Ira), de tres meses de duración, con el objetivo de ayudar a quienes estén en esta situación. “Este programa te lleva de la mano desde “no me aguanto ni yo’ hasta ‘vivo feliz y en paz sin que nada me perturbe”, asegura la experta.
Experiencia propia
Durante la experiencia, la coach muestra todo lo que sabe acerca de la gestión emocional para que se pueda disfrutar de la vida basada en la buena comunicación, el respeto y la tolerancia.
No en vano, ella ya pasó por esta situación: “Durante más de 20 años he trabajado como supervisora de atención al cliente en una empresa, sumado a mis malos hábitos de gestión de la ira, fue lo que provocó que viviera inmersa en un mundo de malas relaciones hasta que cumplí los 40”, confirma.
“Me saturé y comencé mi propia aventura de autoconocimiento, y ahora me dedico a ayudar a mujeres que están hartas de ir cabreadas por la vida”.
Para Díaz Rois, lo primero hay que ser consciente de que estás malhumorada y estresada. Y ver qué te enfada y cuándo pasa. En segundo lugar, pensar en el otro y ver qué necesita. Y por último, buscar salidas para prevenir el enfado, por ejemplo utilizando una palabra clave con tu pareja. Se trata de cortarlo antes de saltar por los aires.
La danza de la ira
No opina así la escritora Harriet Lerner (Nueva York, 1944), psicóloga clínica que publicó en 1985 La danza de la ira (Editorial Gaia), un manual dirigido especialmente a las mujeres para comprender y utilizar eficazmente la ira como motor de cambio.
Lerner identificó la ira como una emoción casi prohibida para la población femenina, o al menos, como una emoción que tiende a paralizar, frustrar y asfixiar a las mujeres en lugar de empujarlas hacia el cambio personal, hacia la vida que quieren.
Casi 40 años después de su publicación, el libro sigue siendo un bestseller totalmente actual. La escritora asegura que las mujeres enfadadas no tienen buena reputación y que la ira se considera una emoción negativa, pero es esencial por dos razones: porque nos ayuda a definirnos y también es un vehículo para el cambio personal.
El problema es que las mujeres tienden a gestionarla mal enfadándose con facilidad, viendose involucradas en peleas y quejas que no llevan a ningún sitio.
La psicóloga aconseja entender las consecuencias de nuestra ira. Esta señala un problema pero desahogarse no resuelve el problema.
Pautas para reducir la ira
Los expertos en Psicología aconsejan algunas pautas para reducir el mal genio y el mal humor. Son éstas:
Aprender a decir que no facilita mucho las cosas porque no tendrás que hacer nada en lo que no creas. Serás sincera contigo misma y eso es muy positivo.
Respetar las horas de sueño es fundamental. Te sentirás mucho menos irascible.
Un humor cambiante también puede ser signo de depresión, y estar enfadada siempre puede ser una alarma, por lo que es preciso acudir a un especialista.
La ansiedad y el estrés pueden ser causantes de enfado continuado.
También arrastrar problemas de pareja puede ser un motivo para estar más irascible con el resto del mundo.
Querer controlarlo todo y tenerlo bajo control es imposible, ya que puede provocar un sentimiento de frustración y llevar a la ira. Los expertos aconsejan relajarse lo máximo posible y que la preocupación sea sólo por lo que nos atañe directamente.