La artista Francesca Martí (Sóller, Mallorca) nos recibe en la prestigiosa Gerhardt Braun Gallery en Madrid, donde se presenta por primera vez. Lo hace tan solo unas horas antes de inaugurar su última exposición bajo el nombre Flux, sobre la filosofía de cuidar y cuidarse a sí mismo.
Y no está sola, con ella se encuentra Mark Gisbourne, uno de los comisarios e historiadores del arte europeos más conocidos y respetados a nivel internacional, con quien ya he tenido la oportunidad de trabajar en otras ocasiones. Junto a él también ha colaborado en la publicación de varios libros.
Martí recorre los distintos rincones del espacio donde aguardan sus obras para ser contempladas por quienes decidan acercarse al corazón del distrito de Serrano. Algunas cuelgan de las paredes o se sostienen sobre el suelo teñido de un blanco impoluto. Otras, en cambio, se mueven a través del sonido.
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Allá donde se pose la mirada, esta solo podrá encontrarse con arte. Con voz serena relata los detalles de alguna de las piezas que han viajado hasta la capital desde su Mallorca natal, y de las que la ciudad podrá disfrutar hasta el próximo 9 de diciembre.
Donde todo comienza
La historia artística de Francesca Martí se remonta hasta su infancia. "El arte ha sido toda mi vida. Me ha servido como una forma de expresión según he evolucionado por mis propias circunstancias", cuenta a Magas. En este sentido, la naturaleza y todo lo que le rodea le han valido de inspiración para plasmar sus habilidades artísticas.
Y es que Martí fue criada en un entorno natural donde ha decidido permanecer hasta la actualidad. Sobre ella, la artista considera que se trata de "una extensión de nosotros mismos y una fuente inagotable de inspiración". Por lo que, bajo su visión, la humanidad es parte intrínseca de la misma.
A este respecto, Gisbourne habla del humanismo natural, que significa la unión entre el mundo natural y el mundo humano. En este sentido, afirma que "todo lo que incide negativamente en la naturaleza no es bueno para la humanidad". Actualmente, nos encontramos en lo que se denomina como poshumanismo.
Este se trata de un término que describe la idea de que todo lo que ha ido mal respecto a la naturaleza puede ser reparado por el ser humano. "Lo estamos viendo ahora con lo que sucede con el cambio climático a causa de nuestra intervención. Ya no hay armonía entre estos mundos y esto es peligroso", cuenta Gisbourne.
En el año 2000, la mallorquina realizó el proyecto Soul, que le valió representar a España en el Bienal de El Cairo. En 2012, llevó a cabo una performance usando parabólicas recicladas. "Lo hice para representar lo que yo sentía como un cambio en la sociedad con las nuevas tecnologías", explica.
Gracias a esto surgieron los que ella ha bautizado con el nombre de believers, a quienes define como "personajes migrantes en nuestro mundo, que resisten a distintas situaciones que producen el 'caos' y cuya figura refleja cómo estos deben ir adaptándose a la velocidad en la que todo cambia", continúa.
La obra de Martí habla de desplazamiento, en un sentido de desconexión entre lo humano y lo natural. "Ella siempre se fija en esto, y es que de alguna manera estamos 'desplazados' en relación con nuestra humanidad y la naturaleza", señala Gisbourne sobre la artista.
La figura de la artista
Martí no se califica como escultora, sino más bien como "una artista multimedia", que se adapta libremente a distintos tipos de disciplinas como la fotografía, el dibujo o la escultura. Esto le permite contar con más recursos para poder expresar todo lo que percibe a través de sus sentidos.
Y lo hace guiada, como ella misma afirma, por la curiosidad que le produce "lo que no entiende sobre lo que pasa en el mundo". Además, para dar vida a su proceso creativo involucra a amigos y colaboradores, quienes la apoyan en hacer realidad sus proyecciones.
Su obra ha experimentado una evolución constante a lo largo de los años, reflejando tanto su desarrollo personal como los desafíos cambiantes de un mundo donde todo es incierto. En ella siempre realiza una profunda reflexión sobre los tiempos actuales bajo una perspectiva única.
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La artista destaca la importancia del arte como "una herramienta para reflexionar sobre los desafíos contemporáneos. En un mundo cada vez más tecnológico, el arte ofrece una manera de sensibilizar a la sociedad sobre temas complejos como la movilidad humana, la tecnología y la relación con la naturaleza".
En este sentido, el trabajo de Martí es ejemplo de cómo el arte puede evolucionar y adaptarse para reflejar las inquietudes y desafíos de nuestra época. Su obra multidisciplinaria y su compromiso con la exploración y la experimentación la convierten en una figura destacada y visionaria en el panorama artístico actual.