Si hay algo en lo que hay que saber diferenciar en la vida, es entre el ruido y el sonido. Hay personas, trabajos o situaciones que pueden ser cualquiera de ellos. El ruido es el alboroto, la mezcla confusa de intranquilidad. Sin embargo, el sonido obedece a un patrón distinguible y en muchas ocasiones, sanador. El mar, para Nuria Paz, es lo segundo.
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Nuria Paz es jefa de Área de Flota de Salvamento Marítimo, la guardiana de las salvamares y la encargada de coordinar todas las varadas, reparaciones y problemas técnicos de las emergencias que suceden en el mar para socorrer a todas aquellas personas que lo necesiten.
Desde pequeña ya tenía claro que quería ser ingeniera, y a pesar de que se quedó fuera de su primera opción, que la rebotasen a Ingeniería Naval en Madrid fue la causalidad que le cambió la vida.
"Yo no sabía ni lo que era Navales en esa época. En el instituto tampoco te aconsejaban como hoy en día, entonces pensé 'entro en Navales y el año que viene intento rebotar a aeronáuticos'", confiesa Nuria. Y, sin embargo, aunque las personas crean que a las carreras se entra con vocación, muchas veces la vocación surge dentro.
Originaria de Granada, mudarse a Madrid supuso una vida nueva dentro de la que ya tenía. Cuando entró, únicamente había 900 alumnos entre los seis cursos, un número que le benefició no solo a la hora de sentirse arropada por los compañeros, sino para conseguir el asesoramiento que buscó en el instituto.
La jefa de Área de Flota de Salvamento Marítimo lo define como "una familia" que le ayudó a construir el camino que ha recorrido hasta llegar a donde está hoy. Sin tiempo para pensar entre medias, Nuria empezó a trabajar en Gas Natural en cuanto terminó la carrera, donde estuvo 19 años.
"Llega un momento en el que ves que la trayectoria profesional está encajada en un puesto y no subes más allá. Estás estancada y ya no es que estés aprendiendo, estás casi desaprendiendo", confiesa. Una reflexión que la hizo volver a tomar una decisión.
¿Cómo llega a ser jefa de Área de Flota de Salvamento Marítimo?
La empresa motivó un plan de bajas voluntarias y yo me adherí, puesto que en ese momento podía permitírmelo. Cuatro meses y medio después, salió una plaza en Salvamento Marítimo. Un compañero de la escuela me dijo "Nuria, creo que esto te viene como anillo al dedo" y me lancé. Fue igual de rápido como pasó con Gas Natural, a los 15 días me llamaron para una entrevista y ese mismo día empecé a trabajar.
Llegué a Salvamento Marítimo para sustituir a una persona que había ocupado ese puesto de jefe de área, de coordinador de las 57 lanchas que tiene salvamento marítimo. Yo llegué y me encontré con un equipo increíble, con quienes ya había coincidido en la escuela. Me sentí tan motivada, realizada y valorada, que en una semana me di cuenta de que había encontrado mi sitio, confiesa Nuria.
El Área de Flota de Salvamento Marítimo protege la vida en la mar. En los últimos 30 años, han buscado, rescatado y asistido a más de 680.000 personas. Un trabajo que Nuria define como "superreconfortante en el que salvas vidas".
"El centro nacional es una pantalla gigante en la pared en la que aparecen todos los barcos de bandera española a lo largo de todo el mundo. A todos los que le suene la boya, la radio baliza de emergencia, allá donde esté, sonará el aviso en el centro. Ahí hay guardias 24 horas, es decir, tres turnos de ocho horas, y siempre hay tres o cuatro controladores. En cuanto reciben la emergencia, se ponen en contacto con el centro más cercano y comienza el ejercicio de salvamento", explica la ingeniera.
En este punto en el que reciben las emergencias, Nuria Paz es la encargada de coordinar a todos los inspectores —cada uno de ellos, con su propia flota, lanchas y remolcadores— alrededor de España. Programa todos los equipos, para que no coincidan dos en la misma zona o dos del mismo inspector, así como también coordina todas las emergencias a nivel técnico.
La 'ambulancia del mar', que aunque siempre tenga la esperanza viva y trabajen con el único fin de poder comunicar las buenas noticias, muchas veces tienen que enfrentarse a situaciones verdaderamente difíciles.
"En Málaga, dos surferos salieron con unas tablas y nunca más se supo de ellos. Tuvimos una operativa de tres lanchas a turnos durante tres semanas hasta que pensamos que podía haber posibilidad de encontrarlos con vida. Para nosotros la mayor satisfacción es recuperar a las personas con vida, desgraciadamente hay muchas otras veces que recogen cadáveres", confiesa Nuria.
Porque aunque el mar para mucha gente sea su primera opción en la lista, muchos otros ven en la profundidad del mismo un temor absoluto. "Es un medio que, si eres prudente y vas preparado, no tiene por qué pasar nada. Pero las corrientes, los vientos, el propio temporal puede cambiarlo todo. Aunque las previsiones sean unas, siempre tienes que estar preparado para lo que te pueda venir e intentar nunca salir solo".
La primera inspectora y coordinadora mujer
Es difícil pensar que actualmente un oficio esté pensado únicamente para el sector masculino, pero, en la ingeniería, las mujeres siguen pisando fuerte para hacerse el hueco y romper las tradiciones que durante tantos años se han impuesto. "Hasta ahora, este puesto solo lo había ocupado un hombre", pero siempre hay lugar para el cambio, a pesar de que en un principio no parecía que lo fuese a haber.
"Cuando entré en la escuela, no había baños femeninos, solo había uno mixto, tenían que estar dos chicas para que una pudiera entrar. Sin embargo, diez años más tarde, ya había hasta vestuarios femeninos. Había más mujeres de las que pensaban que iba a haber en diez años, subimos a lo mejor de un 10% 15% que había, a los casi el 40% de mujeres", explica Nuria Paz.
Porque si hay algo donde la tradición no puede intervenir, es en tu manera de actuar frente a la situación. "Claro que he escuchado comentarios, pero nunca me he tomado mal ninguno. Si tienes pasión, ganas y actitud, nada puede contigo".
¿Qué significa el mar para usted?
Todo. Yo lo tengo siempre presente y para mí es la vida. La tranquilidad que te aporta el mar no te lo aporta nada más. En un mundo lleno de ruidos, el silencio es maravilloso. Esos momentos de silencio para mí son esenciales, y eso es lo que me aporta el mar.
Son muchas personas las que aseguran que el mar les cura el alma y que expresan que no hay nada como escuchar las olas o sentir la brisa. Y si hay algo que se asemeja al sonido del mar, es la familia, que te acompaña en el camino.
"Mi padre era la persona más positiva que conocí en mi vida y me decía 'Nuria, te tienes que comer la vida a bocados, que nunca pueda contigo, tienes que disfrutar cada segundo'. Yo me siento afortunada, por encontrar mi equilibrio y por tener a mis hijos, no necesito nada más, seguir con lo que tengo hasta ahora".