Joana Bonet, directora del Magazine de La Vanguardia: “La autocompasión es uno de los peores males”
Pedro del Hierro ha presentado recientemente las 8 capas de su colección solidaria ByBy, diseñadas por el director creativo Nacho Aguayo, junto a 8 mujeres inspiradoras.
10 enero, 2024 02:07Joana Bonet (Vinaixa, 1966), directora del Magazine de la Vanguardia, es una de las 8 mentoras del proyecto. Todas son referentes de la prensa femenina. Joana, también es columnista, escritora, colabora en radio y televisión y, entre otras muchas responsabilidades, ha dirigido 16 años, Marie Claire y 4 Woman.
La entrevisto en las oficinas de La Vanguardia en Madrid. Por la tarde hay poca gente en la redacción. Llega apresurada de un almuerzo. Aun así, la entrevista se desarrolla con buen paso. Ella habla de “la mujer de 7 cabezas”, que está pensando y haciendo muchas cosas a la vez. Mientras atiende atentamente la entrevista, está pensando que mañana vuela a Milán, el teléfono no para de vibrar.
Joana es la mentora de la compositora y lutier electrónica Reyes Oteo, co-diseñadora de una de las capas de la colección “ByBy”. Favorecer el emprendimiento femenino y decir adiós a techos y barreras son los objetivos de la colección que destinará el beneficio íntegro de la venta a uno de los 8 proyectos de impacto social seleccionados.
Joana Bonet, periodista y escritora, ¿a partes iguales?
No. Soy periodista. Publico libros desde hace 27 años, pero me he casado con el periodismo. Ha sido mi “marido vigoroso”.
En varias ocasiones se ha referido a “la moda como coartada”. ¿Puede explicarlo?
A finales de los 80, a nadie le interesaba escribir de moda. Ahí encontré una ventana. Yo entendía la moda como una representación cultural de la sociedad, como una coartada para poder explicar cómo viven las mujeres. Mi propuesta estética ha ido de la mano de una voluntad ética: empoderar a las mujeres y liberarlas.
No quisimos que Woman llevara ni una receta de cocina como una declaración de principios. Eran los años 90. Han cambiado mucho las cosas desde entonces. En cambio, llevaba ecología y reportajes internacionales. En Marieclaire hacíamos reportajes feministas, hablábamos de la violencia de género, convocábamos concursos…
La moda es también muchas veces punta de lanza para asimilar aspectos que nos resultan difíciles. Por ejemplo, el racismo, la transexualidad… Que grandes marcas de moda utilicen modelos negros y trans nos ayuda a domesticar y asimilar los cambios culturales que vive nuestra sociedad.
¿Qué tipo de concursos convocaban?
Literarios algunos. Gracias a Anna Caballé y a la Universidad de Barcelona, hay archivados más de 60.000 diarios íntimos de mujeres y hombres de la España contemporánea. Hablan de la imagen, la maternidad, la paternidad, la lucha por la vida, los abusos en la familia…
“Hay que seguir luchando, desafiando las reglas. ¡Avanzar!”, ha escrito usted. ¿Por qué lucharía ahora?
Siempre lucharía contra la mediocridad, los prejuicios, el pensamiento inmovilista. Lucharía por un pensamiento crítico más allá de la polarización, por una mayor comprensión, para que se acerquen los extremos y haya duda.
Lucharía por una democracia real, no solo de puertas hacia afuera y discursos, sino también en nuestras vidas. Por un discurso igualitario. Me dan pena quienes se sienten superiores. Todos estamos mucho más cerca de lo que creemos. Hemos nacido y moriremos solos. Tenemos que reforzar el sentimiento de comunidad, de hermandad y avanzar mucho más.
Hoy también lucharía por los chicos jóvenes. Veo a los adolescentes sin voz, muy perdidos y adictos a la realidad virtual, a la burbuja de la pantalla. Por tanto, cada vez más lejos de la realidad.
La sociedad se ha polarizado. ¿También el feminismo?
El feminismo ha vivido un debate interno, importante. Ha ocurrido en muchas ocasiones desde el principio del movimiento.
Dice que la conciliación laboral es una quimera. Muchas de las mujeres que he entrevistado opinan igual. ¿Hay alguna solución?
La conciliación es una falacia absoluta, porque los horarios de la vida, de nuestros hijos, se solapan con nuestros horarios profesionales. Por lo tanto, las madres son mujeres con 7 cabezas: una avanza un informe, otra escribe un artículo, otra piensa qué tiene en la nevera, la quinta está pendiente de la llamada de su hijo cuando llegue solo a casa…
Solo las políticas sociales comprometidas podrán lograr la conciliación. Falta creatividad para ello, como en tantas otras facetas de la vida.
¿A qué se refiere cuando habla de metapolítica?
Muchas veces nos quedamos con la primera lectura de lo que entendemos por política y no miramos los pliegues. De hecho, hoy la moda es política, la decoración es política… Hay un manifiesto sobre sostenibilidad que incluye luchar contra la esclavitud infantil en las cadenas de producción. Tú te posicionas a cada momento en la sociedad. Eso también es política.
Usted mezcla en su escritura asuntos generales con detalles personales y observaciones de lo cotidiano. ¿Podría decirse que es una escritura femenina?
No le pondría sexo. Joe Brainard, W.G. Sebald o Nuccio Ordine también hablan de las pequeñas cosas. A través de ellas entiendo los asuntos de la condición humana.
Hay que desarrollar capacidad de observación para fijarse en lo que aparentemente es intrascendente. Me dice mucho de una persona si prefiere ocupar asiento de ventanilla o pasillo cuando viaja. Enseguida identifico dos maneras de ser diferentes. No es banal.
En sus artículos se observa un interés por comprender y describir la sociedad en la que vivimos. ¿Es usted nostálgica? ¿Optimista?
En mis artículos siempre hay un trasfondo sociológico para intentar comprender el aire de los tiempos a través de las tendencias. Buscan movimientos colectivos. Fijan una postal de quienes somos.
Por ejemplo, hay un estudio que refleja que los jóvenes quieren vivir en pisos minimalistas. Ellos, sobre todo, destacan la limpieza y la luz. ¡Qué diferencia de nuestros padres cuyas casas estaban recargadas con miniaturas! ¿Qué esconden las miniaturas? Lo que me gusta es preguntarme continuamente.
¿Melancólica? Sí, hay un poso de melancolía en mi manera de ser y de mirar, pero no es antagónico de optimismo. Puedo ser melancólica y optimista, y puedo sentir una nostalgia que no es para nada autocompasiva. La autocompasión es uno de los peores males y una de las formas con la que nos castigamos a nosotros mismos. El que sabe perdonarse es más optimista.
El mundo atraviesa turbulencias. ¿Cómo va a afectar esto a los sectores de moda, lujo y estilo de vida?
Vivimos en un mundo lleno de contradicciones, de contrastes: conviven el horror y la alegría. Mueren miles de inocentes y continúan naciendo. Me preocupa mucho que se agrande la brecha de las desigualdades.
Afecta, por un lado, a la manera de crear, como lo hizo también el coronavirus. Por otro lado, la geopolítica es cada vez más importante en la moda por todos los sistemas de producción. No hay que olvidar cuando se habla tanto de sostenibilidad, la justicia social y la sostenibilidad laboral.
Usted ha compartido en algunos artículos su vivencia con el cáncer: el susto cuando se lo diagnostican, el dolor del tratamiento, y lo que llama el “trauma silencioso de la revisión”.
El cáncer no tiene que ser tabú, no tiene que estar estigmatizado. 2 de cada 3 hombres y 1 de cada 3 mujeres van a sufrirlo. Lo poco que he escrito ha sido para luchar contra la estigmatización y recordar la importancia de la humanización en los protocolos sanitarios. Muchas veces, en lugar de ayudarte a sobrellevar el miedo, parece que lo potencian.
¿Qué diría a futuros periodistas?
Que se acerquen a la información sin prejuicios. Tanto estos como los tópicos, son monstruos que no nos dejan entender la realidad. Y que no olviden nunca el factor humano en la información. Los datos tienen que estar acompañados de una aproximación a la vivencia de la persona que ocupe la noticia. Lo que decía Nabokov a los escritores: “acariciad el detalle”.
Como mentora, usted aconsejará a Reyes Oteo, una de las 8 mujeres inspiradoras de la campaña “ByBy”.
El trabajo de Reyes es muy interesante. Gracias al proyecto de Pedro del Hierro, se puede conseguir que las mujeres compositoras de música clásica contemporánea, que está tan poco valorada, tengan mayor visibilidad. Apenas nos llegan nombres.
Ella investiga sonidos a través de la tecnología digital y la electrónica y crea nuevos instrumentos. Creo que los mundos sensibles, que decía Machado, nos explican y nos ayudan a soportar la dureza de la vida. ¡Cuántas percepciones y emociones pueden abrir la música! Música y memoria, esa aleación tan mágica y misteriosa.
Le dije a Reyes Oteo que podía proponer una banda sonora a Pedro del Hierro para un desfile. Explorar esa especie de mapa de los sonidos que contiene la propia moda, desde el fru fru de la falda hasta el chasquido de una seda. Podrían ser sonidos muy misteriosos y envolventes.
Al fin y al cabo, los buenos creadores son aquellos capaces de hacerte cuestionar una idea, de explicarte cosas que sentías y no habías sabido explicarte. Ese es el don de la creación.