Menos del 30% de las investigadoras del mundo son mujeres, tal como afirma la UNESCO. En España, llegamos a la imponente cifra del 49,3% de presencia femenina en el ámbito de la ciencia y la ingeniería, un dato que solo Noruega, Lituana y Dinamarca logran superar. 

La situación en la Unión Europea es algo más desafortunada, con un 41,1% de mujeres en el sector. Sin embargo, las futuras generaciones prometen cambiar este panorama, y es que más del 50% de las matrículas de las universidades que ofrecen estas titulaciones corresponden a mujeres. 

Entre todas las mujeres españolas que han tomado la ciencia como su camino de vida, nos sentamos esta vez con Alba Sánchez, una investigadora que con tan solo 27 años ha disfrutado de una de las mayores experiencias en su sector. La granadina ha participado en el proyecto de la estación Mars Desert Research Station, donde ha permanecido incomunicada durante dos semanas. 

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Trabajo en equipo, comida liofilizada y una simulación de lo más inmersiva han sido algunas de las situaciones a las que ha tenido que hacer frente la biotecnóloga durante esta experiencia, que afirma haberle cambiado la vida y las perspectivas de futuro.

¿Qué te llevó a estudiar biotecnología?

Yo desde pequeña siempre había sido muy curiosa. Era una niña que hacía muchas preguntas. Entonces, con el paso del tiempo, creo que en el instituto, me di cuenta de que lo que me gustaba era la ciencia y, en concreto, todo lo relacionado con el cuerpo humano. Al principio quería hacer medicina, pero a la hora de elegir carrera tenía todavía bastante duda.

Sabía que quería hacer algo relacionado con la salud, más enfocado al laboratorio, pero no sabía qué carreras estaban exactamente y cómo se implicaban en esto. Y resulta que el año que yo entraba a la universidad también entraba nueva la carrera de Biotecnología en Granada. Le eché un vistazo al plan de estudio y básicamente me encantó y dije "esta carrera está hecha para mí". No tuve que pensármelo mucho.

Alba Sánchez durante una de sus investigaciones. Cedida

¿Por qué especializarte en neumología?

Durante la carrera pude ver las diferentes ramas. Se ve un poquito de la rama industrial, un poquito de la rama de la salud y la que más me gustaba fue esta última. Y de hecho, la asignatura que más me gustó de la carrera fue precisamente la de inmunología. A partir de ahí fue simplemente porque en la carrera tuve más contacto con esta asignatura y me gustó tanto que bueno, todo lo que era el sistema inmunitario me fascina y me especialicé porque era lo que más me atraía.

Terminas los estudios y... ¿Cuál es el plan?

Un poco improvisado, fue lo que iba saliendo. Cuando acabé el máster no sabía qué hacer. Tuve la suerte de que con la Incubadora de Talento de la Universidad de Granada, tuve la opción de hacer un programa en el panel de liderazgo y estuve seis meses trabajando en la empresa que financia este programa. Estuve esos seis meses haciendo algo diferente y tuve tiempo para pensar en qué quería hacer.

Al final me decanté por un doctorado, porque era el siguiente paso en la investigación. Era la experiencia más cercana a tener tu propio proyecto de investigación más largo, que a lo mejor lo que son nueve meses que estás en un TFG o en un TFM y yo siempre había querido tener esa experiencia de investigación más pura y dura.

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¿Cómo surge la oportunidad de embarcarte en la misión de la Mars Desert Research Station?

Fue un poco de pura casualidad. Es el proyecto de chulísimo que se llama Proyecto Mars UCLouvain, pero no se conoce tanto. Básicamente, fue porque yo vi a una chica de mi departamento que llevaba una camiseta con el logo del proyecto y le pregunté. Me contó sobre el proyecto, que era algo que se hace cada año, ocho personas que se van a la estación, a la MDRS, y que se llevan a cabo diferentes experimentos científicos durante dos semanas.

En cuanto supe del proyecto me obsesioné de manera que yo ya no concebía no formar parte de ello. Y justo cuando conocí el proyecto, estaban las candidaturas abiertas para el siguiente año, así que me preparé bien mi solicitud y durante un fin de semana entero tuve estuve con ellos. Y ya está. Al final me cogieron y se dio la oportunidad.

Alba Sánchez en la misión de la MDRS en Utah. Cedida

¿En qué ha consistido la misión?

La misión va realmente de octubre a octubre, o sea, nosotros empezamos a trabajar en ello en octubre de 2023 y estamos hasta octubre de 2024. Ha tenido lugar del 31 de marzo al 13 de abril y el proyecto consiste en lo que queramos nosotros, más allá de lo que son la réplica, las condiciones de vida de Marte.

Cada uno de los ocho que vamos tiene su propio experimento. Entonces, al final, adaptamos los días a nuestro experimento según lo que se haga. Además, obviamente de lo que es la simulación, que ha consistido en tener horarios estrictos, ciertos protocolos también muy estrictos en cuanto a la vida en la estación, la comida liofilizada, el tener cuidado con el agua y otros recursos que son limitados.

Ocho proyectos de ocho investigadores diferentes, ¿cómo os habéis coordinado?

Nosotros empezamos en octubre de 2023 y lo que hicimos fue tener reuniones semanales, o sea, todos los miércoles teníamos reuniones a las 20:00 de la tarde. Semana a semana hemos ido avanzando en todo lo que es la financiación del proyecto, porque esto es un proyecto que se hace cada año y se busca que se financie solo. Nos ocupábamos tanto desde esa parte de la financiación hasta la parte de pulir cada detalle de nuestro experimento.

Los dos últimos meses antes de la misión, es cuando más pisamos a fondo y más teníamos que traer a la realidad el experimento. Pero ha ido en general bastante bien, un poco caótico el justo antes de irnos porque se acercaba la fecha y estábamos todos súper nerviosos, pero en general muy muy poquito a poquito y lo hemos sacado adelante bastante bien.

Alba Sánchez junto al resto de investigadores en la estación MDRS. Cedida

En tu caso particular, ¿cuál era el objetivo de tu investigación en la estación?

Mi experimento consistía en ver cómo afectaban las condiciones de esta simulación y, sobre todo, estudiar el efecto que tiene el aislamiento en grupo: el contacto cero con las redes sociales y todo lo que es potencial estrés que pueda acarrear la misión. Se sabe que hay ciertas cosas en los viajes espaciales que pueden afectar sistema inmunitario.

Obviamente, la gravedad y la radiación tienen un papel importante en ello, Pero también es importante si pudiéramos detectar que el aislamiento de un grupo y el estrés también puede tener un papel a descartar o confirmar. Todo suma para el día de mañana, como saber qué candidatos serían mejores para una misión u otra, por ejemplo.

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Sin duda has vivido una experiencia única, ¿qué te llevas a nivel personal?

Fue una experiencia que me ha cambiado la vida. La actuación me ha afectado a muchos niveles en cuanto a lo profesional o personal. Era una simulación más inmersiva de lo que de lo que yo pensaba. También me ha cambiado un poco las perspectivas de futuro. Yo ya estaba emocionada de por sí con el espacio y ahora más todavía.

Quizá el día de mañana me gustaría dedicarme a algo directamente relacionado con eso. A lo mejor buscar otros programas de simulaciones o intentar buscar una empresa o un grupo de investigación que lo que hagan sea estudiar la inmunología de los astronautas. Así que sé que existe y sé que hay mucho, pero bueno, tengo que encontrarlo, pero es que una experiencia que te cambia la vida.

Alba Sánchez en una de las expediciones en la estación MDRS. Cedida

Después de pasar este tiempo en la estación, ¿cómo ves ir al espacio?

Me encantaría, pero bueno, creo que los astronautas se preparan durante años y son los que de verdad tienen esa oportunidad. Yo hoy por hoy no tengo ese acceso, requiere una preparación... Pero quién sabe, a lo mejor en el futuro, pues si sacan otra vez la vacante de astronauta en reserva ya sería un primer paso y luego ya se vería. Pero a mí me encantaría.