Si algo he tenido siempre claro, es que escribir era lo mío, y que desde que tengo uso de razón he querido publicar mis cuentos. Siempre ha sido mi sueño, que los lectores vean las historias a través de mis ojos, y que al leer todas las páginas de los libros, se sumerjan en ellas y en su universo.

['Donde descansan las flores', una conversación, más allá de la fragilidad, hecha poemario]

Después de terminar mis estudios en el grado de periodismo y comenzar los de Publicidad y Relaciones Públicas, esta historia empezó a armarse en mi cabeza, entre las dudas de si había hecho bien con este nuevo reto en la universidad o si había hecho mal.

Y con muchos proyectos en mente, como crear mi propio programa de radio de moda en la universidad, para seguir avanzando y trabajando duro para dedicarme a la comunicación.

Así surgió Tras la puerta (Ediciones Ruser, 2024). Por un lado, de la necesidad de salir de las cuatro paredes de mi casa para imaginarme un mundo totalmente nuevo y distinto; y, por otro lado, de querer escribir mientras seguía estudiando en la universidad.

Con dos carreras y un trabajo en comunicación y Relaciones Públicas en la agencia Suite Comunicación de gastronomía y lifestyle, publiqué 265 páginas de una historia inmersiva, que pone los pelos de punta. Y de la que este próximo mes verá la luz la segunda parte.

Portada del libro 'Tras la puerta'.

Al final, siendo mi vocación el periodismo y escribir, mi primer pensamiento al escoger un buen libro es empatizar con cada uno de los personajes, y sentir todo lo que sienten ellos.

Xana, la protagonista

Y eso es lo que he querido conseguir con Xana, la protagonista de esta novela. A través de todas las páginas, no solo la conocemos, sino que la acompañamos en todas sus decisiones y nos pone los pelos de punta con cada cosa que le sucede.

Si llegas a leerlo, debes de saber que mi parte favorita es el final de la segunda parte. Cuando mi padre se leyó el manuscrito, le interrumpí justo en este momento, esperando a presentarme al examen práctico del carné de coche.

Me miró con su mirada de incredulidad porque acababa de romperle la concentración de la lectura y de desconcierto con lo que acababa de leer. "Es increíble cómo sobresaltas al personaje". En ese momento mi cabeza pensó: objetivo conseguido.

Xana es una chica normal de ciudad, pero que necesita encontrar su sitio. Descubre que su don de viajar en el tiempo le va a permitir descubrirlo. Y además de eso, se enamora. ¿De qué o de quién? Hay una persona, obviamente, pero también hay una profesión y está la moda. Esta gran y apasionante industria cuya historia pasa parcialmente desapercibida, y, sin embargo, con ella es muy fácil de aprender y entender todo en su contexto.

Las puertas del cambio

Las puertas son un símbolo al final, de cambio, de historia, de evolución, que nos permiten abrir y cerrar etapas. Y eso es lo que nos enseña la vida. Muchas veces necesitamos irnos de un sitio para crecer como profesionales o como personas, y no nos damos cuenta de ello hasta que vemos cómo cerramos la puerta y como la abrimos. Hubo un cambio tan importante en nosotros, que apenas nos damos cuenta de ese gran cambio que se dio. Y eso lo podremos aprender en este viaje con cada salto, cada escena y cada sentimiento.

Ana F. Vázquez en la Feria del Libro de Madrid.

La investigación es fundamental

El periodismo está en mi naturaleza y corre por mis venas, y la investigación es una pata fundamental de este libro. Todos los datos históricos, las escenas más míticas, los diseñadores y el contexto de los detalles, está profundamente investigado a base de libros concretos sobre diseñadores, historia de los trajes, el contexto histórico de cada escena… Para que esté meticulosa y concretamente en su sitio y así poder disfrutar de la lectura.

Todo ello, ha sido muy divertido. Es un sueño poder ver en las librerías esta novela. La primera vez que la vi, no pude evitar emocionarme y que los pelos se pusiesen de punta.

Sonreía como una niña pequeña que acababa de ver a Mickey Mouse. Pero, ¿cómo no emocionarse hasta tal punto? Todavía sigo haciéndolo. De hecho, el día que deje de hacerlo, será el día que ya no me haga ilusión. Pero si algo tan bonito como esto, recuerda que los sueños se hacen realidad, ¿por qué no emocionarse?

Espero que disfrutéis de estas páginas tanto como disfruté yo escribiéndolas.