Al otro lado del mundo, en pleno océano Pacífico, existe un país flotante de parajes paradisíacos, salvajes y muy verdes. Allí niños, niñas y adultos de todas las edades comparten cultura nativa y una especial pasión por un deporte que día a día cobra mayor prestigio en occidente.
Un deporte que no se juega con balón redondo, que no se chuta con el pie (o sí) y en el que los valores de integridad, respeto y equipo van por encima del resultado final del marcador.
Nueva Zelanda es aquella tierra ubicada en Oceanía. El rugby, ese deporte que escapa a la comprensión de quien no lo ha practicado, el mismo que se queda en el corazón de todo el que ha tenido la oportunidad de tocar el oval (balón que se utiliza en su práctica) en algún momento de su vida. Y Sarah Hirini, la mujer 'todopoderosa' al frente de la capitanía del equipo más reputado a nivel internacional en su categoría sevens: las Black Ferns.
Con ella hablamos desde Magas, aprovechando su visita a Madrid con motivo de la 'Gran Final' de Sevens celebrada en el Civitas Metropolitano. Ya vencedoras reales de la liga, al ser el equipo con mayor cantidad de puntos acumulados al final de la temporada, llegaron a esta cita con ganas de conocer, de disfrutar y de compartir campo con el resto de países participantes, entre ellos por supuesto España y sus leonas.
Desvelamos los detalles de su trayectoria y logros, cómo vive desde dentro el rugby, sus referentes y un emotivo mensaje a la infancia.
Sarah Hirini comienza contándonos que llegó al rugby en la adolescencia, cuando tenía 13 años y cursaba la secundaria en el instituto de Feilding, Nueva Zelanda. Comenzó por sus amigos y reconoce que "el rugby es uno de los deportes principales para los niños y niñas. Somos un país que ama el deporte y es habitual que elijan o practiquen más de uno".
Cultura y tradición
Mientras que en España el rugby se conoce, sobre todo, en las esferas universitarias, en Nueva Zelanda es parte de la cultura, como nos dice Hirini: "Es el deporte nacional y ocupa un lugar especial en el corazón de nuestra gente y de aquellos que lo practican. Nos une como país, ya sea en el escenario internacional, con los Juegos Olímpicos, la Serie Mundial de Seven, la Copa Mundial de Rugby o a nivel comunitario y local".
Dentro de las particularidades de este deporte de equipo, las de Nueva Zelanda suman una más que tiene mucho que ver con ese arraigo cultural. Un ritual que llevan a cabo antes de cada competición, frente a sus adversarias:
"'La 'Haka' es una expresión de quiénes somos y de lo que estamos a punto de hacer. Representa a las jugadoras actuales, pero también a quienes ya vistieron la camiseta e incluso a quienes la vestirán en el futuro. Es una forma de celebrar nuestro éxito y representar nuestra cultura maorí en todo el mundo", explica con orgullo la capitana de las Black Ferns.
En estos momentos se encuentra apartada de la competición por una lesión en el ligamento cruzado desde el pasado diciembre, pero de la cual se recupera con éxito y prudencia, tratando de llegar a estar en forma para disputar los Juegos Olímpicos de París en julio.
Referente internacional
Con 24 años, Sarah Hirini ya era campeona del mundo. En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se hizo con el oro, es considerada una jugadora excepcional y aun así mantiene la humildad y los pies en la tierra cuando le preguntamos por todo ello.
Me siento una privilegida de poder jugar al rugby de manera profesional y representar así a mi país.
"Esos logros solo son posibles en equipo, con mis hermanas con las que juego y nuestro equipo directivo apoyándonos. Hemos pasado varios años trabajando duro para lograrlo y nunca es algo que doy por sentado. Me siento privilegiada de poder jugar al rugby de manera profesional y representar así a mi país".
De todos los privilegios que esa representación conlleva, "conseguir el oro en los Juegos Olímpicos de Tokio, después de entrenar con ese objetivo en mente durante 8 años, es mi logro más emocionante y memorable", confiesa emocionada.
Y no es para menos que recuerde aquella medalla con especial afecto, pues es el sueño de cualquier deportista de élite. Sin embargo, haciendo gala del noble corazón que tiene, destaca que lo mejor que le ha dado el rugby "fácilmente son las amistades que he hecho jugando. Puedo jugar junto a mis mejores amigas a un deporte que todas amamos. Estoy muy agradecida con eso y con poder ganarme la vida con ello, algo que solo habría soñado cuando era niña".
Rugby femenino
Para Sarah, ser un modelo a seguir para muchas chicas de hoy es "una sensación surrealista saber que comencé solo porque me encantaba jugar al rugby…"
"Me apasiona ayudar a otras a alcanzar sus objetivos, ya sea en el rugby, el deporte o cualquier otra cosa."
La capitana de las Black Ferns es consciente de su impacto en el mundo, "por eso me apasiona ayudar a otras a alcanzar sus objetivos, ya sea en el rugby, el deporte o cualquier otra cosa".
Así como ella es ahora referente, la suya fue "Farah Palmer, ex capitana del equipo Black Ferns y la primera mujer en la Junta de Rugby de Nueva Zelanda. Es profesora universitaria y madre, Farah lo ha hecho todo y al mismo tiempo ha cambiado positivamente el juego para nosotras".
El cambio es siempre bienvenido cuando es positivo. Hoy día 2.7 millones de niñas y mujeres entrenan y juegan a rugby a diferentes niveles de la competición, "ha cambiado mucho a lo largo de los años" suscribe Sarah Hirini.
"En Sevens, las mujeres ahora somos totalmente profesionales y tenemos el mismo salario que nuestros homólogos masculinos. El rugby femenino es uno de los deportes de más rápido crecimiento en Nueva Zelanda en este momento y hay muchas más oportunidades para las jugadoras de rugby en todo el mundo. Es muy emocionante".
Una visión de futuro optimista y paritaria en un deporte que podría tener mucho que enseñar a otros más populares en occidente, donde aún pesan más las categorías masculinas.
Estas oportunidades profesionales hacen que sea posible ver a rostros femeninos patrocinados por grandes marcas, como Tudor, apoyo de los All Blacks de manera igualitaria.
Mensaje final
Viendo lo lejos que ha llegado aquella niña de 13 años que comenzó a entrenar con amigos, queríamos echar la vista atrás y saber qué le diría la jugadora a su "yo" adolescente.
"Lo que quieres ser en la vida es una posibilidad si continúas trabajando duro y eres amable con quienes te rodean. La vida con la que sueñas algún día será realidad y será incluso más grande y mejor de lo que jamás hubieras pensado". Y así, Sarah Hirini cerraba de manera emotiva e inspiradora nuestra conversación.