Megan Maxwell.

Megan Maxwell. Esteban Palazuelos

Protagonistas

La autora de novelas eróticas Megan Maxwell: "El amor y el sexo están sobrevalorados, sobre todo el amor"

La autora española se sienta ante los micrófonos del pódcast Arréglate que nos vamos.

30 junio, 2024 02:01
Cruz Sánchez de Lara Charo Izquierdo

Cruz Sánchez de Lara inicia una nueva sesión del pódcast Arréglate que nos vamos junto a Charo Izquierdo recordando a Kafka. En 2024, se cumple un centenario de su muerte. "Pero tranquilas, no vamos a hablar de Kafka, ni de escarabajos, ni de castillos. Vamos a hablar del amor romántico", comenta con un toque de humor Cruz, antes de presentar a la invitada del día, la autora española Megan Maxwell.

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"No sé si te acordarás, Megan, pero yo te entrevisté hace muchísimos años en la Feria Internacional del Libro y ahí pude comprobar las pasiones que despertabas con tus novelas", comenta Charo. "Es alucinante que la gente se tatúe Megan en el brazo", añade Cruz.

Cruz Sánchez de Lara, Megan Maxwell y Charo Izquierdo.

Cruz Sánchez de Lara, Megan Maxwell y Charo Izquierdo. Esteban Palazuelos

La autora ha firmado más de 60 libros y vendido casi 6 millones de ejemplares. "Hay que intentar no morir en el intento. Tengo que disfrutarlo", explica la autora, que recuerda que sus seguidores son sus guerreras y guerreros. "Soy una guerrera cabezota. Cuando quiero algo, intento luchar por ello. Si veo que es imposible, lo dejo a un lado y ya, a otra cosa, mariposa".

El verdadero nombre de la autora es María del Carmen Rodríguez del Álamo. "Me puse Megan Maxwell porque mi padre es americano, mi madre es de Toledo y yo soy alemana. El nombre de Megan siempre estuvo pululando por mi vida y cuando empecé a escribir novelas, siempre las firmaba con Megan. Desde hace 20 o 25 años, el nombre de Carmen, no lo escuché absolutamente para nada". 

El objetivo de la escritora, a través de sus obras, es claro: "Me defino como una mujer que defiende los derechos de las mujeres en el siglo XXI. Pero también escribo novelas ambientadas en el siglo XIII y allí, defiendo igualmente los derechos de las mujeres. En este siglo, era imposible que hicieran muchas de las cosas de las que yo hago. Las guerreras existían, pero las mataban a los dos días".

Añade: "Me gusta reflejar cómo son las mujeres, lo que queremos y lo mucho que nos cuesta luchar para conseguir cualquier cosa. Vamos consiguiendo cositas y yo, con mi pequeño granito, en mis novelas, las voy poniendo", añade la autora.

Su saga erótica Pídeme lo que quieras se estrena en la pantalla, en noviembre. Un formato que hace especial ilusión a la autora: "Ves reflejado lo que tenías en mente, de pronto dices: 'Este es el personaje que yo he creado con sus ojos y con su estatura. Esta acción es la que yo he escrito'. Es algo muy bonito".

"Tanto la serie como la película que se están llevando adelante son adaptaciones. Pero una cosa es lo que es lo que tú escribes en el libro y otra cosa es lo que la gente luego ve en el cine", apunta. La autora sí comenta que por fin puede vivir de la literatura: "No me puedo quejar. Actualmente vivo de ello. Cuando tú trabajas y da sus frutos, da gustito. Ahora con todo lo que trabajo, llego a final de mes".

Charo le pregunta el significado de sus tatuajes: "Todo tiene que ver con mi vida, con mis libros, con mi gente". Lleva el escudo de las guerreras Maxwell, tiene "Lo malo, lo bueno y lo mejor" y "Un deseo no cambia nada, una decisión lo cambia todo". En el tobillo, luce "Hasta el infinito y más allá". La autora comenta que también tiene tatuajes que salen en sus novelas como Pídeme lo que quieras.

Cruz le pregunta que cuente su historia de vida: "Nací en Alemania sin que nadie la esperara. Me vine a España con mi madre, tuve una infancia superfeliz dentro de las circunstancias de ser hija de madre soltera. A mí, me ha enseñado a ser como soy, una guerrera. Era una niña muy observadora, muy abierta, pero la hija de una madre soltera. Aprendí a protegerme, a poner una valla. Mi madre me protegía, cuando crecí, hice lo mismo con ella."

De hecho, "hace muchos años, le dije a mi madre 'Si algún día gano mucho dinero, te voy a comprar un piso con ascensor'. Cuando gané suficiente dinero, le compré un piso con ascensor. Ese primer día que yo llevé a mi madre a esa casa con ascensor, estaba muy contenta y muy feliz", recuerda la autora. Charo le sugiere escribir otra novela en homenaje a su madre.

Subraya: "Tuve una adolescencia como la de cualquier otra chica de mi edad. Luego encontré el amor. Siempre me ha gustado escribir. Mandaba mis textos a las editoriales y un día escribí una novela erótica llamada Pídeme lo que quieras. Fue el desencadenante de todo lo que vino después".

Cruz invita a reflexionar sobre el erotismo y su impacto en nuestro día a día: "¿Necesitamos erotismo en nuestra vida?". La respuesta es clara: "Cuando empiezas a salir con alguien, no te hace falta hablar de erotismo, porque ya simplemente con mirarte a los ojos o a la cara… pero cuando ya llevas muchos años casada o viviendo con esa persona, dejas de hablar y de practicar. Las parejas tienen que hablar de sexo", comenta Megan. 

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Cruz reflexiona sobre los prejuicios persistentes en el sector: "Yo ya estoy empezando a perder el síndrome del impostor, ya me atrevo a llamarme escritora, no es poco. ¿No te fastidia que te encasillen?". La autora contesta: "Me da muchísima rabia, pero es luchar contra el resto del mundo".

Entre los consejos que la autora deja a su hija, también autora, destaca: "Que disfrute de lo que hace y que sea ella misma. Que escriba lo que ella quiera, no que escriba ni lo que yo quiera, ni lo que otra persona le diga, sino que escriba lo que ella quiera en todo momento. Tú al final tienes tu metodología y tienes tu manera de hacer las cosas".

Cruz añade: "Siempre digo que a mí me encanta escribir porque es el único sitio donde mando". Lo reafirma la autora: "Eres la dueña y señora. Tú decides lo que quieres hacer y que nadie te diga".

Pero, "¿En qué tipo de amor crees de verdad?", le pregunta Charo. La autora no tiene dudas: "Pienso que el amor caduca como los yogures. Da igual los años que esté casada o en pareja, ese amor que se siente al principio… pero menos mal que se acaba, porque es un sinvivir. Creo en el amor de la sangre, de la madre a los hijos".

"Cuando tú tienes esa imaginación y cuentas esas historias de amor, encontrar ese amor de verdad, debe ser muy difícil", comenta Charo. "El amor y el sexo están sobrevalorados, pero más el amor. El sexo es sexo. Con el amor, te hacen creer que es más y luego, es menos realmente", matiza la autora.

Arréglate que nos vamos con Megan Maxwell Esteban Palazuelos

"Si le tuvieras que recomendar uno de tus libros a alguien, ¿por cuál empezarías ahí?", pregunta Cruz. "Como tengo de distintos géneros, yo le diría: ¿qué te gusta?. Pero el libro de mi madre es mi 'hijo favorito'". Cruz afirma: "Las ventas de Megan son la aspiración de cualquier escritor, porque es un fenómeno fuera de serie. Es una mujer que vende lo que a cualquiera nos gustaría vender en este país".

Megan afirma, sin embargo: "El éxito me sienta bien. Cuando empecé a tenerlo, mi madre me dijo: 'Recuerda de dónde vienes, no se te vaya a subir el pavo'. Siempre he recordado quién soy, pero la primera que lo ha recordado, ha sido ella". 

Se rememora su detonante literario: "El libro que me marcó a mí, que me hizo ser escritora de novela, de novela romántica, es uno superantiguo que se llama Al rescate de Julie Garwood. Me enamoré de ese libro porque está ambientado en la Escocia medieval, del siglo XIII".

Sobre sus hábitos de lectura, Megan Maxwell confiesa: "Solamente leo en verano porque como el resto del año estoy todo el día escribiendo, lo último que me apetece cuando dejo de escribir y de leer es ponerme a leer. Prefiero ver la tele, algo que me despeje un poco", explica. "Escribo de 09:00 a 21:00, de lunes a viernes, es casi un horario de oficina. Soy muy puntillosa en este sentido".

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"Es una lección la que hemos recibido hoy: trabajando 12 horas al día, se pueden escribir tres libros al año, vender muchísimos y hacerlos comerciales y entretenidos", recuerda Cruz.

"Yo, señoras y señores, estoy encantada de haber conocido y de que ustedes conozcan a Megan Maxwell, porque a veces se tiene prejuicios contra lo comercial. Lo bueno es sentarse a hablar con las personas y destruir los prejuicios, porque detrás de cada persona con éxito hay un gran trabajador y una historia y una historia", concluye la vicepresidenta de EL ESPAÑOL.

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