Autoras de palabra con Rosa mantiene una interesante charla con Marta García Aller, periodista y escritora sobre su libro Años de perro (Círculo de Tiza 2024). Se trata de una compilación de sus crónicas periodísticas de los últimos siete años que incluyen sucesos inverosímiles, multiplicados por las redes sociales y embarrados por las fake news, y el desafío de la inteligencia artificial.
Aller asegura: "No somos conscientes de los cambios que han ocurrido durante esos siete años ni los que nos dedicamos a contarlo día a día, y eso que la información es nuestro trabajo. La actualidad en riguroso tiempo presente".
Y sigue: "Desde el 2016 en adelante, han ocurrido cosas que nos parecían increíbles y lo que es más sorprendente de cuántas cosas nos hemos olvidado, y el vértigo que produce mirar hacia atrás".
"Cómo era el mundo antes de Trump, cómo era el mundo antes del Me Too, antes de la pandemia y del procés y de tantas cosas que hace siete años parecían que iban a ir por otros carriles. En todo eso te das cuenta de cómo el ser humano se adapta", sostiene la escritora. "Y adaptarse—añade— es una buena noticia, pero tiene una trampa, la de normalizar ciertas cosas que pueden no gustarnos y, por lo tanto, tenemos la oportunidad de cambiarlas". En su opinión, tampoco debemos confundir el adaptarse "con el conformismo. Pensar que ya ha pasado y tendemos a ver como inevitable lo que antes nos parecía inverosímil. Es revivir en tiempo real a través de estas crónicas de los Años de perro en el que todo pasa tan rápido que cada uno vale por siete, de repente, ver cómo todo pudo haber sido de otra manera".
"El peligro de normalizar, por ejemplo, la inteligencia artificial que es una de mis neuras, que me fascina y me aterra a partes iguales. Ya no es que todo el mundo sepa lo que es la posverdad, es que ya no sabemos si algo es humano o no lo es. Acabamos 2023 teniendo el chat GPT y la inteligencia artificial, no solo en texto, también en audio y en vídeo, poniendo patas arriba el concepto de la verdad".
Marta García Aller considera que a veces es importante "no solo estar pegada a la actualidad política de los dimes y diretes, de los políticos de turno, porque estos van y vienen. No hay más que hacer un paseo por Años de perro, un viaje en el tiempo presente, para ver cuántos líderes que parecían que iban a revolucionarlo todo, de repente suenan a papel mojado".
"Consumimos actualidad en las últimas horas por encima de nuestras capacidades de asimilación. Hay un poco de bulimia informativa de noticias que van sucediéndose unas a otras sin que las terminemos de asimilar", asegura. Algo muy diferente a lo que sucedía "con el papel que teníamos la atención fijada en un objeto, en un soporte. Ahora estamos saturados de últimas horas, de notificaciones, de estímulos informativos que no nos dejan profundizar en el contexto. Nos llegan las noticias, no vamos a buscarlas. Y, además, no solo llega la información, llega la desinformación".
"La historia no es lineal—afirma la autora—. Es como la barra de sushi en la que hay personajes que parece que desaparecen y vuelven otra vez. Ahí tenemos a Trump que parece a punto de volver, Puigdemont que está dando vueltas y otra serie de líderes que no terminan de irse nunca y algunos nombres que nos parecen papel muy mojado".
Y continúa: "Si queremos que la gente lea noticias, deberíamos intentar limpiar el fango. No digo que no haya que exponer las miserias, que para eso está la prensa, ninguna función más importante del cuarto poder que exponga esas malas praxis que puedan tener los políticos, pero creo que a veces en la búsqueda constante de conflictos para hacer las historias más atractivas, nos olvidamos de contarlo". "Habría que preguntarse por qué hay tanto voto antisistema, darse cuenta de que el sistema está decepcionando a los jóvenes, y la política y las instituciones están fracasando en seducirlos", ratifica Aller.
"Hemos creado incertidumbre. Cuanto mayor es la sensación de vértigo, más futuro tienen los que venden crecepelo y recetas que prometen arreglarte la vida. La sensación de que vivimos en el alambre constante, de que todo puede cambiar en cualquier momento... Esto es en realidad es el hilo conductor que acompaña todos los Años de perro durante los siete años, que en realidad cada uno vale por siete porque todo puede cambiar", concluye Aller.