Hablemos de bragas, no de braguitas, ni de prendas íntimas… sino de bragas. Ese indispensable trozo de tela que todas llevamos cada día y que, como toda la ropa, está sujeta a modas, pero que ha evolucionado poco en cuanto a su diseño, más allá de darnos a elegir entre tanga o culotte. Puede parecer algo sencillo de ponerse, pero no lo es tanto cuando se trata de mujeres con movilidad reducida, edad avanzada o, simplemente, con determinadas profesiones que requieran cambios constantes.
Para todas ellas hay una gran noticia: Beatriz del Castillo, fundadora de la marca Bix, lanza al mercado las primeras bragas de abrir y cerrar diseñadas para poder ponérselas y quitárselas de forma cómoda y rápida sin tener que agacharse, levantar las piernas, hacer equilibrios o desvestirse. Están pensadas para ganar en autonomía, intimidad, seguridad y bienestar.
Son el resultado de una investigación de cinco años y de la colaboración con el centro de referencia en traumatología ICATME, de Dexeus de Barcelona. Magas ha hablado con la mujer que lidera esta revolución para conocer más de cerca su innovadora prenda. "Ha habido poco cambio en esta prenda, sigue teniendo dos agujeros para poner los pies en las piernas. Ha evolucionado para ser más sexy, pero no más funcional", dice.
Ella misma se dio cuenta al atravesar un problema de salud. "La idea surgió a raíz de un problema ginecológico que me obligaba a cambiarme de braguitas con frecuencia. Un día que tuve que desvestirme en el baño diminuto de un restaurante pensé en lo útiles que serían unas braguitas fáciles de poner para las mujeres que, como yo, tenían que cambiarse con frecuencia o para mujeres con movilidad reducida debido a alguna operación o por la edad, por ejemplo", confiesa.
Y ahí empezó el camino de Bix, probando prototipos y hablando con otras personas que compartían la necesidad de tener unas braguitas de abrir y cerrar. Mujeres mayores con problemas de movilidad que tienen que pedir ayuda para ponerse sus braguitas; otras están recuperándose de una lesión traumatológica grave o de una intervención con un postoperatorio complicado y ven reducida su movilidad; o algunas que trabajan o realizan deportes en condiciones extremas prolongadas y no tienen la opción de cambiarse la ropa interior si no se desvisten completamente.
Después de mucha prueba y error dio con el diseño perfecto. El secreto de estas revolucionarias braguitas que las hace cómodas y sencillas de poner reside en que se abrochan hacia adelante, en la cintura, con un velcro técnico, que es muy suave. Nada que ver con los antiestéticos productos ortopédicos, estas son funcionales y bonitas, lo que aporta un plus de confianza y autoestima para las usuarias.
"Esta braguita te permite primero ganar en autonomía porque te las puedes poner sola, aunque tengas movilidad reducida por cualquier causa. Luego, el hecho de que sea bonita hace que se refuerce el sentimiento de bienestar emocional, que también es importante, además del físico. Investigando me di cuenta de que hay prendas funcionales, pero cero estéticas y el objetivo era crear una que fuera normal en apariencia, pero que se abriera con un sistema lo más inclusivo posible", explica Beatriz.
Nada de corchetes, ganchos o clips, lo que se buscaba era un método sencillo que cualquiera, independientemente de sus circunstancias o problemática, pudiera abrir y cerrar sin esfuerzo. "Este velcro es técnico, funciona bastante bien, responde muy bien a los lavados y, sobre todo, es muy fácilmente manipulable. Es firme, no se abre cuando te agachas y en movimientos así, pero cualquier persona lo puede manipular, no necesitas tener la manipulación fina. Eso también era muy importante porque a veces, por ejemplo, una persona mayor no puede hacer presión con sus manos para cerrar un clip", añade.
El ciclo de vida de las mujeres, desde la menstruación hasta que llegan las pérdidas de orina, hace que sea necesario cambiarse más habitualmente de ropa interior. Ante el auge de los productos menstruales reutilizables y consciente de la necesidad que hay en este campo, Beatriz ya prueba prototipos de una nueva Bix para estos días de regla. "Sería igual que la original, pero con la posibilidad de recoger esos fluidos". No solo eso, las revolucionarias braguitas de esta empresa son aptas para todo tipo de cuerpos y están disponibles hasta la talla 3XL.
Se pueden adquirir a través de su página web, también en algunos centro de ortopedia y disponen de conciertos con un creciente número hospitales de Barcelona y Madrid que ejercen de prescriptores. ¿Lo mejor? La respuesta de sus clientas. "La última compra que hemos tenido es de un chico que tiene una familiar enferma de ELA y tenía muchos problemas para ir al baño. Él vio en nuestras braguitas algo útil para simplificar la tarea", nos cuenta Beatriz.
Entre sus planes de futuro está hacer diseños más atractivos en cuanto a los colores o estampados. Ahora las hay en blanco, negro, rojo y nude, pero llegarán otros tonos y diseños, manteniendo siempre la funcionalidad. Por último, Beatriz del Castillo y su equipo ya están probando prototipos de calzoncillo Bix, porque los hombres también lo pueden encontrar muy interesante.