Las expedicionarias, a su llegada al aeropuerto.

Las expedicionarias, a su llegada al aeropuerto.

Protagonistas Magas para Reto Pelayo

Cinco supervivientes de cáncer de mama regresan de la Antártida: los detalles del "viaje de su vida"

Gabriela González
Publicada
Actualizada

Cinco mujeres que han sobrevivido al cáncer regresan de una aventura única: una expedición a la Antártida para la que llevaban meses entrenando. Cruz Álvaro, Macarena Bohórquez, Marta Castillo, Patricia del Solar y Almudena Sánchez no solo se enfrentaron a las aguas más temidas del mundo –el Paso de Drake– y las extremas condiciones de la Antártida, sino que ahora, con la misión cumplida, son un ejemplo de esperanza y superación para miles de mujeres que enfrentan la enfermedad.

"Si me dices que iba a hacer esto antes del cáncer, yo misma me habría puesto muchas trabas. Me alucina cómo, cuando estamos bien, nos ponemos obstáculos innecesarios, y cuando llegan las limitaciones reales, te creces", afirma Macarena.  Seleccionadas entre más de 500 candidatas a participar, tres de las cinco expedicionarias hace unos meses ni siquiera sabían navegar.

La meteorología: un recordatorio del poder de la naturaleza

La expedición tuvo que anticipar la vuelta para evitar quedarse atrapados en la Antártida. "Perdimos tres días en la Antártida y eso pesó. Pero bueno, la meteorología manda y había que volver porque si no nos pillaba una borrasca que nos iba a dejar allí pasar las Navidades". El regreso no estuvo exento de desafíos. Marta explicó que la vuelta fue más dura que la ida: "Hubo dos noches muy malas. No había manera de sujetarse para dormir. En el momento en que te relajabas y te empezabas a dormir, te caías".

Las expedicionarias, a su llegada al aeropuerto.

Las expedicionarias, a su llegada al aeropuerto.

Un recibimiento inolvidable

El aeropuerto fue testigo de momentos llenos de lágrimas y alegría. El marido de Macarena, acompañado de su perrita Bsaja –que significa 'salud' en árabe–, expresó con emoción: "Hace un año no podíamos imaginar que tanta alegría podía entrar en casa. Ver que ha conseguido este reto demuestra su fuerza y que hay mucha vida después del cáncer".

Por su parte, los hijos de Marta Castillo, Tomás y Ángela, llevaban flores y una pancarta que decía "¡Bienvenida mami!". "Esto era muy importante para ella. Estamos muy orgullosos porque ha demostrado que es capaz de todo lo que se propone", comentaron.

La familia de Almudena tampoco pasó desapercibida: un cartel ilustrado con las caras de las cinco expedicionarias daba la bienvenida y la enhorabuena al equipo.

Un viaje que les cambió la vida

La expedición llevó a estas cinco mujeres al continente más remoto del planeta, donde izaron la bandera de "reto conseguido". Para Macarena Bohórquez, la experiencia fue transformadora. "Formar parte de esta gran familia del Reto Pelayo Vida es una oportunidad que me ha dado la vida y que he disfrutado al máximo", aseguró mientras compartía sus planes inmediatos: escalar en La Pedriza con su marido y preparar nuevas aventuras.

Cruz Álvaro, por su parte, reflexionó sobre lo vivido: "Si el cáncer te posiciona en el centro de tu vida, esto te posiciona en el centro de tu vida, pero haciéndote muy pequeñita. Hemos visto la naturaleza en estado puro. Y eso es irrepetible. Ahora tengo la certeza de que es el viaje que necesitaba".

Un equipo unido

Más allá del desafío físico, las expedicionarias resaltaron la importancia del equipo. "Me llevo a cuatro hermanas para toda la vida", declaró Marta Castillo, quien describió la experiencia como "un subidón constante".

Las familias recibieron a las expedicionarias con pancartas.

Las familias recibieron a las expedicionarias con pancartas.

Patricia del Solar, por su parte, destacó el impacto del proyecto: "Esto no solo es una expedición. Es un mensaje de esperanza para muchas mujeres que están pasando por la enfermedad. Si algo he aprendido es que sí se puede".

Más que un reto, una red de apoyo

El Reto Pelayo Vida trasciende lo vivido en la Antártida. Es una red de apoyo emocional que conecta a las mujeres que han participado en las diez ediciones con sus familias y con quienes ahora encuentran inspiración en sus historias.

Desde hace diez años, Pelayo Seguros ha demostrado que este proyecto no solo fomenta la superación personal, sino que se convierte en un motor de esperanza para miles de mujeres. Un reto que demuestra que las que han enfrentado el cáncer pueden superar los mayores desafíos.

El equipo cerró su aventura con un fuerte abrazo antes de despedirse. Hoy, las expedicionarias vuelven con más que recuerdos: regresan con historias de superación, amistad y una nueva perspectiva sobre la vida. La pancarta de los familiares de Almudena terminaba con una frase final que resume a la perfección lo que representa esta experiencia: "El mejor viaje es el de vuelta".