La diseñadora en la presentación de su colección durante los desfiles Primavera/Verano 2019 en Milán.

La diseñadora en la presentación de su colección durante los desfiles Primavera/Verano 2019 en Milán. Andreas Solaro AFP vía Getty Images

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Quién es Miuccia Prada, la magnate rebelde de la moda que quería ser mimo y se ha hecho con el imperio Versace

La diseñadora convirtió un negocio local de cuero en una firma icónica y ahora asume la dirección de la casa milanesa tras la salida de Donatella.

Más información: Prada compra Versace por 1.250 millones de euros

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La noticia de la adquisición de Versace por parte del grupo Prada ha marcado un hito en el mundo de la moda. La compra, que se produce tan solo un mes después de que Donatella Versace abandonara la dirección creativa —tras más de tres décadas — representa la creación de un nuevo gigante del lujo made in Italy y pone a la discreta pero poderosa Miuccia Prada en el foco de todas las miradas.

Todo apunta a que el bajo perfil que acostumbraba a tener la dueña de Prada experimentará ahora una mayor proyección. Este movimiento muestra su capacidad de maniobrar con precisión en la industria y abre un nuevo capítulo en la historia de las dos marcas. Como informó Magas el 10 de abril, la casa fundada por Gianni —y propiedad de Capri Holdings— ha sido vendida en una operación valorada en 1.250 millones de euros.

Para la diseñadora y empresaria, esta transacción supone mucho más que eso. Es el punto culminante de una carrera que comenzó hace cuatro décadas, cuando entrar en la industria y convertirse en una de sus figuras más influyentes no entraba en sus planes.

La diseñadora italiana al final del desfile de su colección de prêt-à-porter femenino Primavera/Verano 2019 para Miu Miu en París, Francia, en 2018.

La diseñadora italiana al final del desfile de su colección de prêt-à-porter femenino Primavera/Verano 2019 para Miu Miu en París, Francia, en 2018. Stephane Mahe Reuters

Bianchi antes de Prada

Nacida como Maria Bianchi en Milán en 1949, su vida ha estado marcada por el contraste desde pequeña. Hija de un empresario industrial y de la heredera del negocio de marroquinería Fratelli Prada, no parecía destinada a continuar la tradición. Su interés estaba en la política —obtuvo un doctorado en Ciencias Políticas— y en el teatro, donde pasó cinco años entrenando como mimo en el Piccolo Teatro de Milán.

La moda le parecía frívola, pero esa concepción fue cambiando cuando, en 1978, tomó las riendas del que entonces era un negocio familiar de piel y cuero. Sus años de activismo derivaron en la idea que Prada tenía de la ropa como una forma de expresión con gran "implicación social". De este modo, lo que comenzó como una incursión casi accidental al sector derivó en una revolución estética a escala global.

Prada redefinió el concepto de lujo con la introducción del tejido nailon en los bolsos.

Prada redefinió el concepto de lujo con la introducción del tejido nailon en los bolsos. Getty Images

Ese mismo año, conoció a Patrizio Bertelli, empresario de la marroquinería con quien contrajo matrimonio en 1987. Él la convenció para empezar a producir calzado y juntos iniciaron una estrategia con el fin de revitalizar la marca. Uno de sus primeros éxitos fue la introducción del concepto ugly chic en el sector y la creación de su primera línea de bolsos de nailon negro en 1985.

Aunque inicialmente no tuvieron gran acogida, tiempo después se convertirían en un emblema de la casa. En 1988, comenzó a diseñar ropa ella misma y presentó su colección debut de prêt-à-porter femenino, caracterizada por líneas sencillas, colores sobrios y prendas cómodas para la mujer que desafiaban las tendencias más ostentosas de la época. ​

Ha nacido una magnate

Al casarse, Miuccia Bianchi no tomó el apellido de su marido; una tía soltera la adoptó para que su nombre coincidiera con el del negocio, que no paraba de crecer. En 1992, lanzó Miu Miu, línea más asequible y joven inspirada en su estilo personal y cuyo nombre proviene de un cariñoso mote de la infancia. Bajo su liderazgo, Prada se expandió, incorporando otras marcas como Church’s, y fundó la Fundación Prada en 1993, dedicada a apoyar el arte contemporáneo.

El salto definitivo al mainstream tuvo lugar en 1995, cuando Uma Thurman apareció en la gala de los Oscar con un vestido de gasa lavanda, minimalista y sin escote. La actriz no ganó la estatuilla, pero Prada sí cosechó un gran reconocimiento global entre la crítica y el público. La prenda copó portadas en todo el mundo.

Uma Thurman en la 67ª gala de los Premios de la Academia (Oscars) en 1995.

Uma Thurman en la 67ª gala de los Premios de la Academia (Oscars) en 1995. Getty Images

Fue la confirmación de que la empresaria había conseguido algo único: convertir la ausencia de artificio en símbolo de modernidad. En los años siguientes, su imperio creció hasta incluir líneas masculinas, deportivas, perfumería y una red de más de 100 tiendas. Actualmente, Miuccia Prada ocupa el puesto 512 en la lista de las personas más ricas del mundo según Forbes, con una fortuna estimada de 6,6 mil millones de dólares.

A lo largo de su carrera, ha sido destacada con múltiples reconocimientos, como el Premio Internacional del Consejo de Diseñadores de Moda de América en 1993 y el título de Caballero de la Gran Cruz de la Orden al Mérito de la República Italiana en 2015. Su contribución a la moda italiana es indiscutible.

La clave de su éxito radicó en su capacidad para anticipar las tendencias sin seguirlas ciegamente. Miuccia Prada ha sido y sigue siendo sinónimo de innovación, precisamente porque su visión de la moda siempre fue subversiva.

Patrizio Bertelli, presidente y director ejecutivo del Grupo Prada, destacó que la reciente compra de Versace consolidará "el compromiso inquebrantable con la creatividad, el cuidado del producto y la sólida herencia cultural" compartidos por ambas marcas. Por su parte, Donatella Versace, que recientemente dejó su cargo tras 27 años al frente de la dirección creativa, permanecerá vinculada en un rol de embajadora de la marca.