El sábado 7 de octubre la princesa Leonor jurará bandera junto al resto de los cadetes de la Academia General Militar de Zaragoza. Todos los ojos estarán puestos en ella, pero también en la Reina, que tiene un papel secundario pero importante. La incógnita sobre cómo irá vestida Letizia en un acto castrense tan relevante para su hija y para la Institución está abierta.

[El estratégico 'look' de Letizia para no desviar la atención: vestido repetido de Boss y tacones bajos]

Tradicionalmente, la vestimenta en los actos castrenses incluyen dos premisas a nivel de protocolo: color negro y mantilla. En el caso de la esposa de Felipe VI casi nunca ha seguido la norma y, en los últimos años, el blanco ha sido el color elegido para este tipo de compromisos, ya sea en la entrega de despachos militares o de la bandera. Sólo la hemos visto con este adorno en la cabeza en su etapa de princesa.

En 2005 cumplió a rajatabla con lo establecido en un acto de la Guardia Civil y también para amadrinar la entrega de la Bandera de Combate a la fragata Alvaro de Bazán, en el puerto de Motril (Granada), en el mismo año. En 2011 volvió a ponerse la mantilla, esta vez para la beatificación de Juan Pablo II. Fin de la presencia de este accesorio.

Letizia, en su etapa de Princesa, con mantilla en un acto castrense en Motril. Getty

Magas analiza de la mano de Marina Fernández, directora de Comunicación del Grupo Escuela Internacional de Protocolo, cómo debería ser a nivel de etiqueta el look de Letizia para la jura de bandera. "Efectivamente, la mantilla es una prenda que tradicionalmente las reinas y otras mujeres utlizaban para actos castrenses, pero Letizia está adquiriendo por costumbre prescindir de ella para este tipo de eventos. Creo que es una estragegia de la Casa Real para acercarla más a la normalidad, porque es verdad que en España cada vez se llevan menos mantillas y la Reina no quiere ser una excepción", asegura.

Por tanto, es muy probable que esta vez tampoco la use. En el caso de que decidiera volver a las tradiciones, hay reglas que debe cumplir. "Si se va a poner mantilla, recordar que las blancas están reservadas para las mujeres solteras, a excepción del llamado Privilegio de blanco, para las reinas católicas para las audiencias con el Pap en El Vaticano. Las negras son para casadas, viudas o divorciadas. Las de colores no están contempladas por el protocolo", añade Marina.

Sea como fuere, el hecho de no llevar mantilla no supone "ningún error. Insisto en que es una estrategia de comunicación bastante exitosa. Tampoco es una prenda es obligatoria, se trata de una tradición y las tradiciones evolucionan. La etiqueta se adapta a las nuevos tiempos, porque si no, las Reinas tendrían que ir aún con corsé y miriñaque".

La Reina, en dos actos castrenses. Gtres

De todos modos, según aprecia Marina estamos ante una situación en la que siempre se gana. "Si la Reina decide llevar mantilla, apluadirán el hecho de eguir la tradición, si la deja en el armario, se alabará su evolución. Otra cosa sería que se presentara en chándal... Mientras el resto del estilismo sea adecuado al acto, todo correcto".

Dicho esto, destacar que la esposa del Rey ha acertado de lleno en los actos militares más recientes. El año pasado, en la entrega de la Bandera Nacional a la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de Infantería de Marina, con base en La Algameca, estrenó un vestido blanco de encaje de Sfera de largo midi y manga sisa. En 2021, para el acto de entrega de la enseña nacional en la modalidad de estandarte a la Academia de Aviación del Ejército de Tierra en Madrid, optó por el mismo color con un diseño abotonado de tweed.

Pero Letizia no ha sido la única que ha ido relegando la mantilla. La emérita Sofía, que tanto la usó en el pasado tanto en citas militares como en bodas y funerales, también ha prescindido de ella en los últimos actos castrenses que ha presidido.

La Emérita, sin mantilla, en la jura de bandera del personal civil en El Pardo. Gtres